Amante peligroso romance Capítulo 200

El corazón helado se derretirá por la sangre caliente.

Ella miró su palma ensangrentada y movió la mirada hacia su rostro. Denis vio un rasgo de duda en la cara de Joaquín y el calor de su corazón se enfrió lentamente de nuevo.

Después de todo, lo dudó... no confiaba en ella, ¿no?

Denis frunció los labios con amargura.

En ese momento, Ivana desató la cuerda a Denis con una cara pálida.

Al ver los labios pálidos de Ivana, Denis le levantó, y le dijo a Joaquín, -Ivana sufrió una patada por mí y está herida. Le llevaré primero al hospital, y tu tienes la mano herida.-

En cuanto a Patricio... a ella no le importaba la muerte de esta persona.

Lo que Joaquín no lo esperaba, era que, por el momento en que dudó antes, volvió a apartar a esta mujer sensible y suspicaz que había sido arrojada por la vida. Al ver que Ivana realmente tenía un rostro muy pálido, manteniendo apretada la barriga, y encima Denis dijo que Ivana había sufrido la patada de Patricio. Joaquín soltó a Patricio violentamente.

-¿Puedes andar?- Le preguntó a Ivana.

Con sudor en la frente, Ivana apretó los dientes y asintió, -Sí, jefe.-

Joaquín asintió con la cabeza. -Denis, ayúdala primero. Os adelantaré más tarde.-

Y de mientras, llamó a Manrique para informarle la dirección del almacén. -Ven aquí ahora.-

Joaquín cogió la cuerda de cáñamo, la que había usado antes Patricio para atar a Denis, y la ató en la silla.

Terminó todo pulcramente, se limpió el polvo en las palmas de las manos y caminó hacia la puerta del almacén. Cuando estaba a punto de alcanzar a Denis e Ivana afuera de la puerta, un grupo de personas vinieron repentinamente y les bloquearon la puerta.

Joaquín los miró con sus ojos condensados y no habló, pero los miró con vigilancia.

El grupo de personas claramente se dirigía a él, y un hombre fuerte y robusto se puso de pie y se acercó a medio metro de Joaquín.

-Sr. Joaquín, nuestro jefe dijo que, hoy, usted no podrá salir fácilmente de este almacén.-

-Sois su gente, ¿verdad?-

Obviamente, Joaquín sabía de quién era estos lacayos.

Miró a Denis e Ivana a través de la multitud. Las preocupaciones en sus ojos se revelaron lo que le importaba.

Miró a la bandada de hombres amenazadores de corte militar, -Esto es asunto entre hombres, no involucremos a las mujeres. Déjalas ir.-

El líder se acercó a Joaquín, -Las llaves del coche.-

Joaquín lo lanzó con la gran palma, la llave en su mano salió dibujando una parábola en el aire y cayó en las manos del líder. El hombre se volvió con indiferencia y exclamó, -Oye, cógelo.-

Denis extendió la mano y agarró la llave en la palma. Miró a Joaquín a través de la multitud, -Tú solo, ¿podrás?-

Joaquín mostró una sonrisa tranquila en su rostro, -No pasa nada.-

Luego sus ojos se posaron en Ivana, -llévala de aquí inmediatamente.-

Era un lugar inseguro, mientras que ella se quedara aquí por un minuto más, él no podía estar seguro.

-Denis, vámonos rápido. Estando aquí no podemos ayudale, solo distraemos al jefe-, dijo Ivana nerviosa. Sostenía su barriga con una mano mientras convencía a Denis a que se subiera al auto rápidamente. También fue esta frase la que hizo que el corazón de Denis pensara... Ivana tenía razón, si se quedaban aquí, solo molestarán.

-No mires más, conduce.- Después de que los dos subieron al auto, a través de la multitud, Denis miró profundamente a Joaquín que estaba rodeado.

Pisó el acelerador, -Ivana, te llevaré primero al hospital.-

No se dio cuenta de que conducía mucho más rápido que otros coches en la carretera.

A esta velocidad, Ivana podía sentir claramente la profunda ansiedad en el corazón de Denis.

-Ivana, llama. A cualquier contacto de él, llámalos a todos.-

-No te preocupes, el jefe no está tan débil como crees.-

De hecho, el cuerpo de Joaquín, además del entreno de cuando era joven, también experimentó combates reales más tarde. Si esa persona fuera derrotada tan fácilmente, no será Joaquín.

Aunque dijo eso, Ivana cogió el móvil e hizo una llamada. Dijo unas palabras y cortó.

-Denis, ¿qué te dije? No subestimes al jefe, ¿verdad? Cuando el jefe llegó al almacén solo, ya había enviado un mensaje de texto a sus subordinados durante el camino, y acabo de llamar a Manrique. Dijo que pronto estará allí.-

De esta forma, el tez de Denis mejoró levemente.

Los dos llegaron al hospital. El médico revisó a Ivana y dijo que estaba bien, pero el dolor era realmente imaginable, sobre todo una patada en el abdomen de una mujer.

Al escuchar que Ivana estaba bien, Denis soltó el corazón colgado.

-Tu hombro.- Ivana miró el hombro de Denis, que estaba tenso de músculo por la patada, y dijo, -Ese ancianoes tan cruel.-

-Está bien-, sonrió Denis.

-¡Ivana!- De repente, Ivana fue abrazada con fuerza. Denis le dijo al lado de la oreja de Ivana, -Ivana, conocerte es la mayor suerte de mi vida.-

Denis se emocionó de repente, pero Ivana comprendió en seguida. Abrió lentamente la mano y abrazó a la mujer de enfrente.

-¿Lo has decidido?-

-Sí... lo siento.-

-No tienes que disculpar... ¿Pero no estaba ya claro lo que pasó en aquel año? Tu inocencia también ha sido confirmada y se resolverá el malentendido entre tú y el jefe... ¿Todavía quieres irte?-

Denis negó con la cabeza y sonrió con amargura, -El resentimiento entre él y yo había comenzado por su desconfianza. Desde ese año, cuando me metió despiadado en la cárcel, ya no había ninguna posibilidad entre nosotros.-

-¡Pero el malentendido ya se había resuelto!-

-A las mujeres les encantan engañarse.

También quería engañarse así para siempre. Pero no podía.

El dolor de día y días de su cuerpo, le recordaba las cosas que habían sucedido. El auto engaño era lo más triste de este mundo.-

Encima, hoy en día, ese hombre todavía no se creía de ella, ¿no?

Cuando ella le preguntó si le creía, su vacilación de ese momento ya había explicado todo.

Sacó su carnet de identidad, -¡Ivana, mira, ya estoy libre!-

Debido a las palabras de Denis, el corazón de Ivana se contrajo repentinamente por algún motivo, ¡le dolió mucho!

Denis podía decir cualquier agravio y podía maldecir todo tipo de palabras desagradables de Joaquín. Cuando podía demostrar su inocencia, cuando ya podía desahogar todos los agravios y humillaciones que había sufrido a lo largo de los años. Sin embargo, ella eligió despedir.

Ella estaba feliz como una niña cuando le despedía sosteniendo el carnet de identidad que todos tenían, y se dijo a sí misma: “Ivana, mira, por fin estoy libre.”

¡qué desesperación ella tenía!

-¿A dónde vas?-

Denis respondió sin pensar, -Mar Fresco.-

Un rato después, como si recordó en algo, agregó, -Pero no se lo digas a nadie. El cielo de Mar Fresco es de azul y claro, el agua es cristalina y el viento es fresco.-

Para ella, este lugar es su paraíso.

-Por eso, no se lo digas a nadie, no vengas a buscarme.-

Déjala en paz y en silencio...

-Última pregunta,Denis.- Dijo Ivana, -¿aún lo amas?-

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