Amante peligroso romance Capítulo 97

Joaquín le preguntó a Denis , -¿Has conocido la culpa?-

¿Culpa?

¿Qué es la inocencia?

¿Qué es la culpa?

-No tengo la culpa.-

Ella dijo.

Por dentro, ella se sentía sumamente dolorosa.

Incluso él le preguntó si había conocido la culpa.

Ella se burló.

-Señor Joaquín, si dices que tengo la culpa, tendré que aceptarlo, pero si me preguntas si la he conocido…- Ella levantó la barbilla. Su aspecto orgulloso deslumbró los ojos y su sonrisa que afectó la herida de la boca era muy similar a la sonrisa antigua durante el período brillante en la Playa. Ella siguió, -No sé qué culpa tengo-

¡Odio!

Le odio a Jimena. Denis le decía a sí misma que ya no podía engañarse. ¿Por qué no podía enloquecerse una vez? No tenía nada más que ser llevado otra vez a ese lugar horroroso.

-¡Déjeme ir!- Ella levantó la cabeza, mirando fijamente a esa sombra de la espalda, -¡Déjeme ir!-

¿Tan fuerte era la gana de dejarlo?

¿La dejó ir? ¿La dejó enamorarse de Julián?

Joaquín recordó que esta mujer le llamaba soñando cariñosamente a Julián, por dentro, él ardió de ira, mirándole a Denis que estaba en la cama, -Mejor es dejar la idea para siempre, entre tú y yo, ¡siempre no acabaremos sin mi acuerdo!-

¿Querría irse? ¿Querría pasar una vida dulce con Julián?

¡Ni soñarlo!

Denis no paró de temblar, pero todavía mantuvo la barbilla levantada, -¡Joaquín! Acabas de preguntarme si me he equivocado, ya me recuerdo.- dijo riendo, -Sí, tengo la culpa.-

Por sus ojos se podía ver la tristeza profunda que se hundió pronto en el fondo del corazón. Le miró seriamente, -Me he equivocado, de verdad, es la culpa mía. ¡El error más grande es que me he enamorado de ti! ¡Tengo la culpa! ¡De ahí que yo la corrija!-

Las miradas y las palabras eran tan serias exactamente como las anteriores, cuando Denis se le declaró a Joaquín oración por oración, una y otra vez. ¡Qué similares eran las dos ocasiones!

Joaquín la miró fijamente, pensando sobre la expresión seria de Denis que era similar a la de antes cuando esa mujer le declaró el amor. Él todavía tenía muy presente la escena de que esta mujer extraordinaria y orgullosa se le declaró. Sin embargo, en ese momento, con esta misma cara de la misma emoción, Denis le dijo que ella tenía la culpa.

Ella dijo que se había equivocado, ¡quería corregirla!

¿Qué quería corregir?

Inexplicablemente Joaquín sentía un dolor en su corazón. Parecía que había un sentimiento fuera de control como una bomba que iba a explotar.

Sólo le quedó la realidad de que esta mujer intentó dejarlo sin perder ni un segundo para estar con Julián.

No lo permitió.

-Denis, he mencionado que incluso si no quiero algo, nadie más debe intentar tocarlo.- La voz de Joaquín se tranquilizó, pero en ese momento esta voz suave di una sensación de temor.

A Denis se le quedó la respiración en la garganta, agarrando fuertemente la manta de abajo, inconscientemente contuvo la respiración, con los ojos bien abiertos, mirando la sombra que estaba acercándose.

Al soñar las pisadas de los zapatos de cuero en el suelo, Denis se quedó cada vez más nerviosa.

Ese hombre la acercó paso a paso, con una sensación de presión que le abrumó.

Cuanto más cerca estaba Joaquín, más pálida se puso Denis. Sin embargo, ella todavía mantuvo la barbilla levantada altamente para no bajar la cabeza. Lentamente se puso roja pero morbosa en la cara pálida. Agarró más fuerte la manta de abajo… Por más que intentara disimularse, no podría borrar la realidad de que le tenía miedo a Joaquín.

Con los ojos oscuros y profundos, Joaquín vio todo a la vista. A Denis le vio todos los comportamientos y todas las miradas… Ella le tenía miedo.

Denis le temía.

Al darse cuenta de eso, a Joaquín se le produjo la hostilidad en los ojos.

Él no sabía que el hecho de que Denis le tenía miedo le produjo más impacto inaceptable que la de que Denis insultó a Jimena.

-Sea tres años antes o tres años después, Denis.- La sombra alta y delgada ya la cubrió. Con los ojos bajados, mirándola en actitud de condescendencia, dijo en voz fría, -La relación entre tú y yo, nunca depende de ti.-

Joaquín se obstinó en un asunto en su cabeza: Denis sólo podía amarlo, le pertenecía sólo a él, todo lo que tenía era suyo, incluso una mirada que no pertenecía a los demás.

No permitiría que nadie más que él atrajera la atención de Denis, nadie, ni siquiera Jimena.

“Joaquín, has ganado otra vez…” Denis pensando y cerró los ojos lentamente, como si cubriera las heridas dolorosas.

-No le maldigas a Jimena con el resto de vida.- en voz suave y lenta, el hombre dijo, -¿Qué resto de vida te queda? Tu resto vida pertenece a mí, no tiene nada que ver con los demás.- Añadió por dentro.

Joaquín no di cuenta de que le había hecho mucho daño.

Con una curva en los labios, Denis dijo, -Sí, tienes razón.- Obviamente ella quería refutar, quería odiar a Jimena, y ya le había mostrado la sensación dolorosa a Joaquín, pero finalmente la frase “¿Qué resto de vida te queda?” le hizo que enterrara todos sus odios en el fondo del corazón.

Qué resto le quedó… ¿De donde venía el resto, con el cual podía odiarle a Jimena?

Por eso, ¿Acaso ella no podría odiar a nadie?

Ese día, Denis se revertió de valor para forcejear, y al final, se quedaba cansada sin energía para luchar.

“Joaquín, me rindo, no voy a hacer más esfuerzos, estoy súper cansada, no me queda nada de energía para forcejar…” Denis pensando.

Un pensamiento de autoabandono la invadió, y pensó que dejaría de luchar, que sólo sería una marioneta, esperando a que él se cansara de todo, esperando a que ni siquiera la mirara, a que la arrojara a un rincón y hasta aquel momento, podría escaparse tranquilamente.

-Denis, no te injuries a Jimena, ella ya murió, pero todavía sigues viva. No te conviertas en una persona agria ¡Qué pena! Eso no vale nada.- No merecía convertirse en una mala mujer debido a una muerta, ¡ni valía la pena!

Denis se quedó atónita por un rato. En un segundo, le pareció escuchar la preocupación en las palabras de Joaquín, pero… ¿cómo era posible? Con las comisuras poco profundas de la boca, le dolía mucho el lado izquierda de la cara, como si se hundiera el corazón en el fondo del mar, el dolor penetró en toda su cuerpo.

De repente, Denis se dio cuenta de ser recogida por este hombre. No le quedó tiempo de saber la situación, pero subconscientemente, le abrazó fuertemente a Joaquín en el cuello.

Al darse cuenta de la fuerza puesta en el cuello, Joaquín no podía evitar mostrar una sonrisa difícil de observar. Sosteniéndola en el brazo, Joaquín salió del cuarto del enfermo, dijo, -Volvemos.-

Se fue hacia el ascensor, cogiéndola.

-Puedo irme a mí misma.- Denis intentó bajar.

Sin embargo, el hombre dijo abrazándola más fuerte, -Obedece.-

Debido a esta frase, Denis tembló inconscientemente en su brazo. Otra vez, el miedo se produjo en los ojos, y no se atrevió a actuar.

Joaquín la colocó en el lado del copiloto, inclinándose para ponerle el cinturón de seguridad, luego dijo, -Te llevo a casa.-

Durante todo el camino, Denis se quedaba nerviosa… le tenía miedo.

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