Capítulo 11: Quieres matarla
Cuando me despertaba, estaba en una habitación individual de una sala, solo había una mujer de unos 50 años en la habitación, reconocía de un vistazo que era Rocio Gutiérrez, la sirvienta de la casa de la abuela, Candela Sandoval.
-Rocío…- Llamaba débilmente.
Rocío volvía la cabeza y veía que yo estaba despierta, y enseguida se acercaba y me decía, -Acuéstese y no se mueva, llamo al médico-
Salía corriendo de la sala.
Miraba la sala, y según el grado de decoración de esta sala, debería ser Hospial Central La Paz.
Pero, ¿por qué yo estaba aquí? ¿Por qué me cuidaba el sirviente de Candela?
Estaba perpleja.
Pronto, Rocío traía al médico y el médico me examinaba, yo estaba demasiada cansada y tenía la hipoglucemia, necesitaba complementar mi nutrición.
Le daba las gracias al médico y cuando salía el médico le preguntaba a Rocío qué había pasado.
Rocío me contaba que después de que me desmayaba, Hector me enviaba al hospital, denunciaba mi identidad y se iba, en cuanto el hospital se enteraba de que yo era de la familia Sandoval, me aceptaba.
Primero se comunicaba con mis padres, Mauro y Marina, y ambos decían que no se encargaban de mí.
Sin otro remedio, se contactaba con Candela.
Cuando escuchaba esto, sentía triste.
Candela era la dueña de la familia Sandoval y sus dos hijos compartían su apellido.
Desde que entraba en a la familia Sandoval hacía tres años, todos en la familia Sandoval me habían menospreciado y ni siquiera me habían mirado.
Candela era la única que me quería mucho y recordaba mi cumpleaños y me organizaba la fiesta de cumpleaños.
Especialmente en mi primera fiesta de cumpleaños en la familia Sandoval, Candela invitaba a muchas celebridades y nobles de la Ciudad Yiela para presentarme a todos.
Cuando me acordaba, Candela entraba, estaba sentada junto a mi cama, tocándome la mano, y me decía con enternecido, -Julieta, estás más flaca, mando a Rocío ir a tu casa y te cocina".
-No, me cuidaré bien- No quería que Candela supiera que vivía con Alicia, si ella supiera, definitivamente me ayudaría a encontrar una casa.
No quería molestarla.
Me callaba y cuando Marina terminara de hablar, yo decía, -No es así-
-¿Todavía quieres discutir ahora?- Mauro escuchaba mi palabra y se acercaba y levantaba la mano para golpearme.
Candela me protegía detrás de ella, -¡Basta! Discutía hasta que las dos sean dados de alta del hospital-
Mauro no se atrevía a no escuchar las palabras de Candela.
Mi herida no era grave, y me podían dar de alta del hospital por la tarde, seguía a Candela a volver, y Marina y Mauro nos siguieron también.
Al llegar a la puerta, además de la sirviente de Candela, también había una sirviente de Mauro, Olivia Meneses.
Tan pronto como Mauro veía a Olivia, parecía darse cuenta de algo e inmediatamente le preguntaba a Olivia, -¿No te quedas en casa, qué estás haciendo aquí?-
Ella bajaba su cabeza y no decía nada.
Cuando yo veía a Olivia, me daba cuenta de algo…
Cuando Mauro me suplicaba que me casara con Hector en lugar de Jimena el día antes de la boda, Olivia estaba a su lado.
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