Capítulo 17: No todo el mundo podía probarse ropa tan cara
Después de ese día, no veía a Hector en casi un mes.
La vida volvía a la paz poco a poco, me mantenía ocupada por el trabajo para adormecerme y olvidar que todavía tenía ese matrimonio.
Hoy era el día en que recibía mi sueldo, Alicia había pedido desde la mañana que le invitara a cenar.
Para no me esperaba, también terminaba el trabajo a tiempo.
Salía del edificio de oficinas cuando un hombre de traje se me acercaba y me decía cortésmente, -Buenas tardes, señorita Julieta, soy el conductor del presidente Hector y me pidió que la recogiera-
Cuando era el horario normal de salir del trabajo, todos a mi alrededor me miraban con ojos extraños.
Yo estaba aturdida por un momento, -¿El presidente Hector? ¿Es Hector?-
¿Cómo volvía a recogerme?
El conductor me explicaba, -El presidente Rayan Navarro quiere verte, es decir, el abuelo del presidente Hector-
Pensando en la llamada telefónica de hacía un mes, y no quería verle, tenía miedo de que Hector me insultaba frente a su abuelo.
Pero no podía evitar ir.
Como no tenía remedio, solo podía seguirlo en el auto.
Primero, me llevaba al Megacenter El Cielo, y me entregaba una tarjeta plateada para que comprara una ropa adecuada.
Aunque no quería aceptarlo, era Megacenter El Cielo, el más lujoso centro comercial de la Ciudad Yiela, casi todas las marcas de fama mundial se podían comprar aquí.
Pero la ropa que se vendía, incluso si agotaba mi tarjeta de crédito, era posible que no pudiera pagarla.
Los compradores aquí solían ser celebridades y estrellas.
Yo llevaba un traje de negocios barato, tan pronto como entraba, todos los dependientes me miraban y me ignoraban.
No me importaba, después de todo, no era alguien que podía consumir aquí.
Paseaba por el centro comercial y finalmente me detenía en la puerta de una tienda en la esquina, porque nunca había oído de ninguna otra marca excepto de esto.
Entonces, parecía que la ropa en esta tienda debería ser barata.
Llevaba dos bolsas en la mano y la empleada se acercaba a saludarla calurosamente cuando la veía.
Entonces, se daba la vuelta para mirarme y le decía, -Le parece mucho a esta invitada...-
Jimena solo me veía y miraba la falda en mi cuerpo, le recordaba a la empleada maliciosamente, -La ropa es tan cara, ¿por qué cualquier persona puede probarla? Si se ensucia la ropa ni siquiera podrá pagarla, ¿qué deberías hacer?-
La empleada me miraba con un poco avergonzada.
No tenía más remedio que decir, -Yo lo compro-
Al escuchar que yo decía esto, ella estaba un poco sorprendida, pero se callaba.
Yo sacaba la tarjeta plateada de mi bolso y se la daba a la empleada, y luego entraba en el vestuario y me cambiaba de ropa.
Cuando salía, Jimena se quedaba de pie y se burlaba, -No esperaba que realmente tuvieras dinero para comprar este vestido-
Mientras le entregaba la ropa a la empleada para que la empacara, le decía a Jimena, -Sí, hoy voy a visitar al abuelo Rayan, así que mi esposo me pidió que comprara una ropa-
Después de hablar, le sonreía dulcemente.
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