Capítulo 33: El reencuentro con él
Observaba me dirigía a los artículos de aseo del baño, así que dijo con cierta timidez detrás de mí, -Nunca había comprado nada para mujeres y no sabía qué marcas se usan, así que compró unas cuantas que olían bien -
-Muchas gracias - abrí el champú y lo olí.
Olía bien.
Después, me llevó a cenar.
Durante la comida, dijo que iba a emprender un negocio y me preguntó si quería trabajar como diseñadora para su empresa.
Sabía que él quería ayudarme, pero había estado en prisión durante un año y medio y no estaba segura de podía trabajar bien.
Yonatán me escuchó y sólo dijo algunas palabras, -Creo en ti -
Después de la comida, me llevó a dar un paseo por su empresa y me mostró el escritorio donde iba a sentarse.
Comprobé que se trataba de la mesa de la esquina de uno de los despachos más cercanos a su oficina.
-Pensaba que a ti también te gustaba sentarte en la esquina como antes en tus clases en la universidad - explicó Yonatán.
-Gracias -
No sabía qué más decir, excepto gracias.
Por la noche, Yonatán me dejó en su casa y se fue.
Me bañé temprano, me puse el pijama que Yonatán había preparado antes y por fin podía dormir bien.
A la mañana siguiente, me desperté y vi a Alicia tumbada en el sofá.
Estaba durmiendo en una posición fea.
En lugar de despertarla, fui a preparar el desayuno.
Se despertó cuando olió la comida y apoyó su cabeza en mi hombro y dijo, -Qué bueno que hayas vuelto, tengo un desayuno amoroso que comer-
Sonreí, -Come más si quieres -
Ese día me acompañaba todo el día y me dijo que ella había sido la jefe de las azafatas y tenía dinero. Aunque me negué repetidamente, me llevó a hacerse un tratamiento de belleza, compró algunos cosméticos comunes y, por la tarde, me llevó a peinarse.
Mi pelo, que era como hierba muerta, fue cortado hasta la raíz de las orejas por el peluquero bajo la orden de Alicia.
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