Un estruendo rompió el silencio, la botella de licor se hizo añicos y el líquido, mezclado con sangre, nubló la vista de Mireia. Todo sucedió tan rápido que nadie alcanzó a reaccionar, probablemente nadie esperaba que esa mujer fuera tan dura consigo misma.
"¡Mireia!", Eliseo se alarmó, sosteniéndola mientras ella tambaleaba, y le reprochó en voz baja. "¡¿Qué estás haciendo?!".
Esa chica, prefiriendo herirse con una botella antes que disculparse, ¡vaya temperamento!
Mireia, apoyada en Eliseo, tomó un momento para recuperarse y miró a Osmar: "¿Suficiente? Si no estás conforme, voy a seguir", intentó tomar otra botella, pero Eliseo la detuvo.
Él también estaba furioso y, con los ojos inyectados de rabia, enfrentó a Osmar: "Osmar, nos conocemos casi treinta años, ¿seguro quieres que esta noche termine mal?".
Rita entró justo a esa escena, corrió hacia Mireia y al ver la sangre en su frente, los ojos se le llenaron de lágrimas de culpa.
Mireia también la vio y con voz débil preguntó: "¿Cómo llegaste aquí?".
Osmar frunció el ceño: "¿Quién te dejó entrar?".
Desde un rincón, Leoncio dijo con dificultad: "Pues, fui yo, yo la llamé".
Rita miró a Osmar y luego a Kiara, que se sentaban juntos, pareciendo una pareja perfecta. Rápidamente, caminó hacia Kiara; ésta última se aferró al brazo de Osmar, quizás por miedo o para marcar territorio.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Amor enmudecido: La esposa muda del CEO
Deseo que se apresures von los nuevos capítulos....