Amor, Guerra&Mi Marido Vegetativo romance Capítulo 152

Ángela volvió en sí al instante.

Tenía un fuerte presentimiento.

La persona a la que Stuardo quería salvar debía ser la mujer que siempre extrañaba.

De ninguna manera podía darles su bendición.

Encendió el auto y el aire acondicionado le golpeó en la cara con aire frío.

Ángela decidió llevar a sus dos hijos a pasear.

Desde que volvieron al país A, no habían salido a pasear.

"Mamá, ¿a dónde planeas llevarnos a jugar?" Rita e Ian estaban sentados en sus asientos de seguridad para niños.

Los dos niños se sentaron obedientemente en la parte trasera.

Ángela no sabía a dónde llevarlos a jugar.

Sus dos hijos parecían más maduros que otros niños de su edad.

"¿Quieren ir al parque de diversiones? Hay un enorme en el centro de la ciudad, como un castillo", sugirió Ángela con entusiasmo.

Rita suspiró y dijo: "Mamá, hace mucho calor. ¿Podemos ir a un lugar fresco?"

Ángela: "¿Qué tal si vamos al parque acuático a jugar en el agua?"

Rita aún fruncía el ceño: "No me gusta que tanta gente se bañe en una piscina... ¡Es demasiado sucio! Mamá, ¿podemos ir a comprar helados?"

Ángela: "......"

Una verdadera golosa.

Rita notó que su madre no estaba feliz y rápidamente dijo: "¡Mamá, solo necesitas conducir y pasearnos un poco! Luego nos llevas a comer algo delicioso, y después de llenarnos, volvemos a casa".

El siempre silencioso Ian: "Está bien".

Estaba de acuerdo con la idea de su hermana.

Ángela accedió a regañadientes.

Ángela sonrió con una cara llena de ternura: "Rita, ¿por qué no comes primero? Después de comer, mamá te comprará un helado".

Rita asintió con alegría.

Mauricio se disculpó con la familia Fuentes la noche anterior con su padre.

Por su sinceridad, Priscila decidió darle a Mauricio una oportunidad.

Hoy, Mauricio invitó a Priscila a cenar.

"Priscila, lamento mucho lo de ayer. Aunque la niña se equivocó de persona, de todos los hombres en el restaurante, eligió molestarme. Supongo que tuve mala suerte... Te hice pasar un mal rato ayer. Pasé toda la noche pensando, tal vez tuve mala suerte porque usé toda mi buena suerte para conocerte".

Mauricio era un hombre atractivo con una buena figura. Además, siempre estaba bien vestido, por lo que parecía muy atractivo.

Con su apariencia y sus palabras dulces, hizo reír a Priscila.

"Este es un regalo que elegí especialmente para ti, espero que lo aceptes. No es solo un regalo, sino también mi sinceridad".

Colocó una caja de regalo roja delante de Priscila.

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