Amor, Guerra&Mi Marido Vegetativo romance Capítulo 28

"No sé la contraseña. Mi papá no me dijo la contraseña antes de morir". Ángela frunció el ceño y negó con la cabeza.

No estaba mintiendo.

Antes de morir, Darío no había hablado con ella sobre el negocio, ni mencionado nada sobre la caja fuerte y su contraseña.

Había mucha gente en la habitación en ese momento. Si Darío hubiera dicho algo, no sería posible que solo ella lo supiera.

"Tío García, ¿qué tal si vuelvo y le pregunto a mi mamá?". Ángela le propuso al director García. "La última vez que vi a mi papá, no pudo decirme mucho. Tal vez mi mamá sepa un poco más".

El director García no dudó en absoluto: "Está bien. No hables de esto con nadie por ahora. Es el secreto mejor guardado de nuestra empresa. Te lo digo porque tú eres la heredera designada por el director Romero".

Ángela echó un vistazo a la caja fuerte y una voz muy clara en su mente la recordó.

Le revelaron este secreto porque no podían encontrar a alguien que abriera la caja fuerte.

Si hubieran abierto la caja fuerte en secreto, seguramente se habrían quedado con lo que había adentro y no le habrían contado nada.

"Entiendo, no le diré a nadie sobre esto. ¿Quién más sabe sobre esto además de usted y yo?", preguntó Ángela mientras caminaba hacia la salida con el director García.

El director García se dirigió hacia la salida con ella.

"También hay dos técnicos. Son personas en las que tu padre confiaba mucho y que han estado con él durante muchos años. Cuando vendamos todo, todos compartiremos el dinero, ¿qué te parece?", dijo el director García.

Ángela asintió: "Entonces, primero volveré e intentaré adivinar la contraseña".

"De acuerdo. Ángela, no es que no quiera insistir, pero nadie se preocupa por la empresa de tu padre y nuestro equipo. Solo quieren el sistema que hemos desarrollado, y al final, seguramente nos echarán. Fue muy difícil tomar esta decisión".

"Sí, tío García, ¿qué pasa si no puedo recordar la contraseña correcta?", preguntó Ángela, mirando al director García con preocupación.

Realmente estaba preocupada.

No tenía idea de qué hacer.

El director García frunció el ceño: "Tu padre te dejó la empresa, seguramente te dejó alguna pista. Vuelve y busca bien, piénsalo con cuidado".

"Está bien".

Al salir de la empresa, Ángela tomó un taxi de regreso a casa de su mamá.

Begoña estaba preparando la comida.

"Ángela, ¿qué quería Mauricio? ¿No les habías terminado ya?".

Ángela tomó un vaso de agua, bebió y respondió: "Stuardo le dio una paliza y quiere venganza. Quiere usar mi ayuda para matar a Stuardo".

El rostro de Begoña cambió: "Ángela, no le dijiste que sí, ¿verdad?"

"¡Por supuesto que no! ¿Cómo podría matar a alguien? Mamá, ¿qué clase de persona crees que soy?".

Begoña suspiró aliviada: "Has crecido y ya no me cuentas muchas cosas. Como lo de tu embarazo. Si Stuardo no te hubiera obligado a abortar, ¿cuánto tiempo más me lo hubieras ocultado?".

Ángela abrazó a su mamá: "Mamá, no supe del embarazo hasta muy tarde. Por cierto, ¿sabes dónde están las cosas de mi papá?".

La expresión de Begoña se puso tensa y respondió con torpeza: "Ángela, tu papá y yo nos divorciamos hace mucho tiempo. No era mi responsabilidad ocuparme de sus cosas después de su muerte. ¿Para qué quieres sus cosas?".

Ángela le contó lo que había pasado.

"Es una contraseña de seis dígitos. ¿Qué contraseña habría puesto mi papá? ¿Alguna vez te lo mencionó?", preguntó Ángela mientras trataba de recordar.

Begoña negó con la cabeza: "Nunca me habló de la contraseña. Todo el tiempo me decía que lo sentía mucho y lloraba, la verdad, aunque lo odiaba, cada vez que pienso en cómo estaba antes de morir, me ablanda el corazón. En fin, ya está muerto, no tiene sentido seguir odiándolo".

"Mamá, el director García me contó que papá no me dejó la empresa para que cargara con deudas. Dijo que ese sistema que papá desarrolló podría venderse por mucho dinero". Ángela sintió una punzada en la nariz y tenía sentimientos encontrados.