En algún hospital.
Ángela estaba recostada en la camilla del ultrasonido.
"El bebé se está desarrollando muy bien... Cuando estés de cinco meses, necesitarán volver para hacer una ecografía detallada", dijo el doctor.
"Está bien, gracias", Ángela suspiró aliviada.
"No seas tan formal. Yo era muy amigo de tu madre cuando estábamos en la escuela". El doctor imprimió el resultado del ultrasonido y se lo entregó. "Tu madre me dijo que el padre del bebé no quiere al bebé, por eso vinieron a este hospital pequeño para el chequeo... Ángela, estás esperando gemelos, ¡eso va a ser un desafío para ti!"
Ángela tomó el resultado del ultrasonido, sonriendo dijo: "Está bien. ¡Lo iré llevando poco a poco!"
"Es bueno que estés preparada".
Ángela: "Doctor, ya no te molesto. Me contactaré contigo cuando vuelva".
Después de despedirse del doctor, Ángela salió de la sala de ultrasonido.
"¿Cómo está el bebé? ¿No hay problemas, verdad?" Begoña se acercó a ella tan pronto como la vio salir.
"Sí, el bebé está bien. Mamá, ¿estás cansada? ¡Estoy muy cansada!" Ángela bostezó.
No había dormido la noche anterior.
Había salido de la casa de la familia Ferro a las seis de la mañana, se encontró con su madre y tomaron el autobús a este lugar.
El viaje duró más de tres horas,
todo el camino fue muy accidentado.
Ángela casi se quedó dormida en el autobús varias veces, pero se mantuvo despierta.
Ahora que los resultados del chequeo son normales, ya no está tan ansiosa,
solo quiere dormir bien.
"¿Qué tal si buscamos un hotel para descansar un poco?" Begoña miró su rostro cansado, sintiéndose triste.
Ángela negó con la cabeza: "¡Tardaremos más de tres horas en volver! ¡Mejor volvamos primero!"
"Vamos a comer algo primero. No has comido en toda la mañana, ¿no tienes hambre ahora?" Begoña tomó su mano y la llevó fuera.
Begoña acarició suavemente su cabeza. Sin querer tocó su mejilla izquierda, y ella se retorció de dolor, murmurando: "Duele... duele mucho..."
Begoña miró detenidamente su mejilla,
notó que tenía una capa gruesa de maquillaje.
"Ángela, ¿qué te pasó en la cara?" Begoña despertó a su hija.
Ángela abrió los ojos y preguntó: "Mamá, ¿qué pasa?"
Begoña tocó suavemente su mejilla izquierda,
y ella inmediatamente inhaló aire frío por el dolor.
"¿Qué te pasó en la cara? ¿Quién te golpeó? ¿Fue Stuardo quien lo hizo?" Begoña preguntó preocupada.
Ángela respondió como si no fuera nada: "No... tuve una pelea con su madre anoche... Intenté divorciarme de él a través de su madre, pero no funcionó muy bien".
"¡Pero qué tonto eres! ¡Aunque quisieras divorciarte, no tenías que pensar en un método tan estúpido!" Begoña suspiró, "¿Por qué no fuiste a recoger algún medicamento en el hospital esta mañana?"
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