Amor profundo: insaciable amante romance Capítulo 50

Dylan le había cambiado cuidadosamente el vendaje a Vanesa, pero por la fuerza que hizo Orlando, las heridas se abrieron de nuevo.

Vanesa apartó la mano de Orlando con la cara pálida por el inmenso dolor, pero Orlando pensaba que ella lo odiaba tanto que ni quería tocarlo.

—Ja. Vaya, Vanesa, qué atrevida eres —regañó Orlando y la miraba con una postura dominante.

En la mirada de Orlando, solo se veía un odio retorcido, era terrible, parecía que se estaba planeando algo. Vanesa le devolvió otra mirada odiosa cuando sostenía sus manos doloridas sigilosamente.

—Nos estamos torturando mutuamente, Orlando. ¿No vas a dar fin a esta tragedia?

—Nunca —rechazó Orlando y salió disgustado.

La puerta se cerró de un golpe y Mercedes, que estaba charlando por teléfono en el salón, se asustó y miró hacia el segundo piso, tapando el teléfono.

Al ver que Orlando bajaba, sus palabras fueron bloqueadas por su rostro sombrío y Mercedes colgó el teléfono.

—Orlando, ¿qué te pasa? ¿Te has peleado con Vanesa? —preguntó Mercedes preocupada.

—Mamá, tengo que irme ya.

Orlando intentó controlar sus emociones al máximo frente a Mercedes, pero su expresión seguía siendo extraño y se marchó rápido tras saludarla.

—¿Qué les pasa? —murmuró Mercedes frunciendo el ceño, cuando vio alejarse a Orlando.

Mercedes llamó a su amiga para pedir disculpas y citar la próxima quedada. Luego, colgó la llamada y subió a buscar a Vanesa.

—Vanesa, entró, soy mamá —Mercedes llamó a la puerta y entró antes de recibir la contestación.

Vanesa escondió sus manos heridas y miró a Mercedes con una sonrisa algo rígida.

—Mamá, ¿qué ocurre?

—¿Qué os pasa a ti y a Orlando? ¿Os peleaste? —Mercedes se sentó junto a la cama y preguntó preocupada.

—Es solo una pelea simple. No te preocupes, estaremos bien en dos días.

—¿Es una simple pelea? Le veo muy enfadado a Orlando, ¿qué ha ocurrido?

En la impresión de Mercedes, Orlando siempre había sido un chico amable y ella pensaba que su yerno tenía muy buen temperamento y amaba a Vanesa. Habría ocurrido algo muy grave para que Orlando se pusiera así.

—Venga, mamá, que no es nada grave, es una simple pelea. Habría puesto mala cara porque se encontraba mal. No te preocupes, ya estaremos bien en unos días.

—Orlando es un buen muchacho y no os quiero ver peleando.

—Sí, sí, lo sé. Prometo no pelear más con él, ¿vale?

Al ver que Mercedes estaba descontenta, Vanesa se apresuró a consolarla e intentó mantener la sonrisa, mientras que le dolía un montón el corazón.

Cuando vio las preocupaciones de Mercedes, Vanesa quería confesarle todo, pero Mercedes empezó a toser muy fuerte y ella tenía que guardarse las palabras.

—Mamá...

—Cof, cof...

—Mamá, ¿qué te pasa?

—Cof, Cof… —Mercedes seguía tosiendo y se puso pálida.

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