Atrapada en la Venganza de un Millonario romance Capítulo 96

Ocho meses después

Muchas cosas han cambiado después de que Raúl tuviese su juicio y terminará siendo condenado a 45 años de prisión por diversos crímenes incluyendo, crímenes que él mismo cometió y otros tantos donde él fue quien dio la orden para que sucedieran.

Mi padre recuperó su prestigio en el mundo de los negocios, la empresa ha vuelto a ser la que era antes de todo este desastre y por supuesto que Lucas y Alejandro han tenido que ver mucho con todo esto, no sólo porque han estado trabajando con él todo este tiempo, sino porque ellos han sido en gran parte los responsables de sacar a la luz todo lo que Raúl Sandoval había hecho.

La naviera de mi padre y la empresa de la familia de Lucas han firmado acuerdos para seguir trabajando juntos y supongo que esto ya se trata de algo más que solamente negocios, se trata de acuerdos entre "familia" como le llaman ellos y ya no solo porque Lucas y yo estamos nuevamente casados, sino que también porque Lucía y Alejandro hace dos meses han unido sus vidas finalmente y no han tardado mucho en ir en busca de ese tan ansiado bebé que ambos querían, aún no me creo que en siete meses seré tía, apenas puedo acostumbrarme a ser madre.

—Bella— escucho que me llama mi esposo en un susurro y es que últimamente es de esta manera como hablamos cuando nuestros hijos duermen.

—Shhh...— digo bien bajito y dándole un último vistazo a los amores de mi vida, me alejo de sus cunas para acercarme a mi guapísimo esposo que me hace sentir como una adolescente cada vez que se acerca a mí con su pantalón de pijama color gris y sin camiseta –me ha costado muchísimo que se durmieran. — Comento mientras entrecierro la puerta detrás de mí después de salir de la habitación.

—Son iguales de tercos que tú — bromea rodeándome por la cintura haciéndome reír.

—En eso si no se parecen a ti...— me quejo y es que físicamente son igual de guapos que su padre, cabello oscuro y unos ojos azules que me recuerdan a la primera vez que te vi.

—Afortunadamente porque si tú eres terca, yo lo soy mucho más. — me dice pegándome a él –te buscaba porque ha llamado el ingeniero de sonido para decirte que mañana estará a primera hora en el recinto para prepararlo todo — me explica y aquí van de nuevo esos nervios invadiendome.

—Ufff... estoy nerviosa, ¿crees que a la gente les guste mis diseños? — pregunto con un hilo de voz.

—Por supuesto que sí, ya tienes cientos de miles de seguidores en las redes de la marca y ya verás que después del desfile y que tus vestidos salgan a la venta, se convertirán en millones — me alienta y si hay algo en lo que debo sentirme feliz es que me haya apoyado en este sueño que por momentos me parecía imposible.

—Ojalá que sí. —

—Así será, además mi hermana también te está apoyando en todo esto y ya ha hecho los contactos para puedas importar tus diseños a Italia y venderlos allí también. — explica.