Aventura Amorosa romance Capítulo 46

Los dos salieron del dormitorio y fueron al salón.

Fionna estaba delante de la ventana, parecía estar pensando en algo. Su figura estaba llena de soledad y tristeza, no tenía nada de la agudeza que debería tener una mentirosa.

Fionna escuchó a Eric llegar al salón y se dio la vuelta.

—Lo siento, te ha hecho sentir incómodo los actos insensatos de la niña. Mañana tendré una buena charla con ella. Este tipo de cosas no volverá a suceder —dijo suavemente Fionna.

En esta noche silenciosa, su voz sonaba aún más solitaria.

—No es su culpa. No deberías culparla.

Eric también bajó el volumen, pero su frialdad se mantuvo.

—No la culpo, es un hecho indiscutible que no tiene padre. Tiene que aprender a afrontar la dura realidad, y no puede llamar papá a todo el mundo que ve.

Fionna se culpó a sí misma. Dio a luz a Yunuen, pero no le dio una familia completa. Fue su vida desoladora la que afectó a su hija. Pero no podía cambiar nada, solo podía ser fuerte.

Fionna hizo una pausa y continuó hablando.

—En cuanto a Lucas, todos hemos olvidado de una cosa. Puede que no eche de menos a su mamá cuando está conmigo, pero te extraña. Establezcamos una hora fija para que vengas a reunir con él, te lo llevas a casa por la noche o te lo llevas a donde el presidente Romero.

Hablando de esto, Fionna se paró de nuevo, respiró hondo y lo soltó.

—En el futuro, no vengas más aquí, o si no Yunuen estará celosa de Lucas.

Fionna tenía la sensación de romper una amistad cuando dijo eso, estaba un poco triste y un poco reacia, pero ¿a qué estaba reacia?

Este hombre era extremadamente trabajador, guapo y rico. Sin embargo, todas estas cosas que poseía eran exactamente las que Fionna despreciaba. ¿Por qué la hacía sentir reacia?

—No hemos dicho esto antes.

Eric reprimió su ira y le lanzó una mirada peligrosa a Fionna.

—Fue nuestra negligencia. Deberías considerarlo como por el bien del niño. No tengas en cuenta los detalles —dijo Fionna con indiferencia, sin mostrar ninguna emoción en su rostro.

No quería que volviera a pasar lo de hoy. No quería que Yunuen cogiera demasiada confianza con Eric y tampoco quería ver la crueldad de no reconocerse

Eric no dijo nada, pero su indignación estaba escrita en su rostro.

Después, se levantó y se fue enojado.

Fionna respiró hondo, pero se encontró temblando inexplicablemente y también se sentía agraviada.

Se giró de nuevo y vio que ya se hizo de noche afuera. Inconscientemente miró hacia abajo. Esa figura emanaba una luz deslumbrante incluso en la oscuridad. Un hombre así solo sería apto para el liderazgo.

Después de dejar de ver la figura de Eric, Fionna se dio la vuelta.

Caminó hacia el sofá y se dejó caer en ella. Estaba a punto de relajarse cuando sonó el teléfono.

Al ver la persona que llamó, volvió a sentir la angustia.

—¿Crees que es apropiado llamarme tan tarde?

Fionna habló primero.

—¿Por qué no? Me arrebataste a mi hombre y a mi hijo. ¿Y qué si te llamo tarde? Fionna... —Gloria dijo siniestramente, incluso en el teléfono, Fionna podía imaginar lo fea que sería su rostro.

Fionna no quería discutir por el teléfono, porque tenía miedo de que afectara a los niños, interrumpió a Gloria directamente.

—Si quieres, hablamos mañana. Elige la hora y el lugar.

Fionna colgó el teléfono.

El día siguiente era el fin de semana y Eric vino a buscar a Lucas.

Todavía recordaba las palabras de Fionna de anoche, así que no subió.

—Bájame a Lucas.

El tono de Eric en el teléfono era aún más frío.

—¿Adónde le vas a llevar? —preguntó Fionna preocupada.

—A la mansión.

Fionna suspiró y luego colgó el teléfono. La forma en que hablaban hizo que Fionna se sintiera un poco incómoda. Eran tan distantes que parecían desconocidos.

A Fionna le preocupaba que Yunuen estuviera sola arriba por lo que también la bajó.

Estaba preocupada de que Yunuen dijera tonterías cuando viera a Eric, pero afortunadamente, se encontró con Deivid en la puerta del primer piso.

Deivid iba a entrar cuando Fionna abrió la puerta.

—Deivid, cuídame un rato a Yunuen. Voy a llevar a Lucas al garaje.

Fionna tenía prisa y confió Yunuen a Deivid.

Deivid aceptó sin preguntar por el motivo.

—Ve, yo me ocupo de Yunuen.

Después de que Deivid terminó de hablar, se inclinó y cogió a Yunuen, pero los ojos de Yunuen siguieron a Fionna y Lucas.

Fionna pensó que Eric la estaría esperando en el garaje, pero descubrió que Eric estaba en el pabellón.

Eric tenía una alta estatura, llevaba trajes hechos a mano incluso los fines de semana. Tenía las manos en los bolsillos.

Las líneas de su rostro eran perfiladas y frías. Las cejas espesas, la nariz alta y la hermosa forma de los labios mostraban su temperamento noble y frío. Solo que sus ojos eran tan fríos que la gente desechaba todas las fantasías que tenían sobre él.

Fionna tomó la pequeña mano de Lucas y caminó hasta Eric.

—El niño está malo del estómago en los últimos dos días, no le des comidas frías. Si…

—Sé cuidar de mi propio hijo.

Fionna solo quería exhortarlo, no esperaba que atrajera la insatisfacción de Eric.

Fionna estaba un poco avergonzada, así que no le dijo nada más a Eric.

Se puso a la altura de Lucas y le miró con cariño.

—Lucas, recuerda lo que te dije hace un momento de no enfermarte. Cuando llegues a casa de bisabuelo, sé educado y no seas demasiado travieso. También ten cuidado a tu propia seguridad.

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