KELLY
En mi mente se reproducen una y otra vez las palabras del doctor... Duele, me emociona y a la vez me rompe el corazón. La cara de Barry es todo un poema, refleja sorpresa y nada más que eso, sus manos tiemblan ligeramente y por un momento pienso que se terminará desmayándose.
-¿Me lo puede repetir?-dice Barry con dificultad.
-El bebé está bien, la placenta lo protegió muy bien, su bebé está en perfectas condiciones.-Ya está dicho, el bebé está bien, aún está en mi vientre -es muy importante que después de qué se vaya del hospital esté en reposo total, no hacer ningún tipo de esfuerzo innecesario, y tú muchacho-señala a Barry y me sonríe -debes de darle todo el cariño del mundo, debes de cuidarla porque eso dependerá el futuro de tu bebé, debes cuidar de ella lo más que puedas.
-Claro que sí doctor -dudo mucho que me dé cariño.
-También hay que recordar que cualquier síntoma como dolor en el vientre bajo, calambres o sangrado deben de venir lo más rápido posible, ya qué es probable que puedas estar sufriendo un aborto espontáneo-debo de cuidarme, y sé que Barry no quiere perder a este bebé, y lo sé por cómo volvió a respirar cuando el doctor nos volvió a decir que todo estaba bien.-Así que los dejo, en un momento se verá los tramites de tu alta.
-Gracias- digo débilmente, el doctor sale de la habitación y yo me quedo sola con éste hombre.
-¿Te sientes mejor? -pregunta.
-Claro, sólo que tengo una poca de hambre, quisiera ver a mi mamá, por favor -no me siento cómoda aquí con él, quisiera estar en compañía de mi madre, quiero que mi cuide y me de cariño un rato.
-Ahora la llamo-me mira y finalmente camina hacia la puerta y desaparece. Mi mamá se apoya en el marco de la puerta, me mira con los ojos llorosos.
-Gracias a Dios, hija-corre hacia mí y me abraza con cuidado.
-Tranquila, mamá. Estoy bien.-Le acaricio el cabello para que tranquilice.
-Ay mi vida, tu bebé está bien, está a salvo.
-Lo sé, mamá-me río un poco para que vea que estoy bien.
-¿Cómo te sientes?-rompe el abrazo para conponerme la almohada.
-Bien, me duele la cabeza pero estoy bien.
-Tus hermanos están aquí, quieren pasar a verte, iré por ellos.-Deposita un beso en mi frente y se va.
-Hola, pequeña-Dice Denis.
-¿Como te encuentras?-Steven me acaricia la mano con suavidad.
-Estoy bien, mastodontes -les dedico una sonrisa.
-¿Estas embarazada, entonces? -pregunta muy serio Denis.
-Sí-espeto.
-Ok-dice incómodo.
-Bueno, los dejo, estaré allá afuera esperando a tu padre, mi amor.
-Está bien, mamá.
Por un rato muy largo, Barry y yo nos quedamos en silencio, un silencio muy incómodo y raro. Me siento muy incómoda, como pequeña. Tengo unas terribles ganas de ponerme a llorar, siento que el mundo se me viene encima, que éste tipo se me viene encima y también el bebé, los dos me caen como un edificio gigante de New York en colapso, no sé cómo sentirme, hace una hora estaba ciento por ciento segura que sentía algo por el bebé al saber que está en perfecto estado, pero ahora no me siento tan feliz de eso, creo que hubiera preferido que sufriera el aborto. Y aunque suene feo, creo que nunca debí aceptar embarazarme.
-Oye-me llama Barry.
-Mande-digo tajante.
-No iré al trabajo hasta que te mejores -su seriedad me hace sentir un poco insegura.
-Puedo irme a la casa de mis papás, así no tendrás que faltar por mí. -Me revuelvo en la cama, repentinamente siento como si fuera de clavos.
-No, me sentiría mejor quedándome contigo y en mi casa-me mira y niega con la cabeza-no te comportes así Kelly, que también es sangre de tu sangre.
Sus palabras resuenan en mi cabeza una y otra vez...
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