Bebé por Contrato (COMPLETO) romance Capítulo 40

BARRY

Con mucho cuidado deposito a Kelly en mi auto, ya le dieron el alta, al fin, después de cuatro días, ayer no se la dieron porque ya era tarde, así que hoy en la mañana nos dieron la buena noticia de que ya nos podíamos ir tranquilos.

-Gracias -Kelly ya no está enojada conmigo, es más está de un humor diferente y muy positiva, se comió todo su desayuno aunque en verdad daba un poquito de asco, pero creó que ahora entiende que en efecto debe de comer por tres.-Me muero por un baño, me siento pegajosa -en el hospital se dio una pequeña ducha pero al parecer no está conforme y yo tampoco lo estaría si fuera ella.

-Yo igual, me siento muerto.-Desde que la traje hasta hoy solamente me he bañado una sola vez, estoy en el punto donde ya doy asco.

La mamá de Kelly nos prometió que irá mañana en la mañana a cuidar a Kelly y para así poder ir al trabajo sin complicaciones.

-Quiero dormir en una cama de verdad, con almohadas que no huelan a hospital.-Se queja.

-Y yo quiero dormir en una cama de verdad y acostado no sentado en un incómodo sofá.-Ella también debe de comprender que también me canso.

-Bueno, pues apresurate a llegar, por favor -me suplica, le abrocho el cinturón de seguridad y rodeo el auto. Mi padre tenía chófer, en algún momento consideraré la idea de contratarlo y darle la Jeep o comprar un auto nuevo para el traslado de Kelly y los bebés. Me coloco el cinturón y arranco. Dos minutos después vamos en camino a mi casa.

-Oye, la casa que vimos está perfecta, la compraré mañana mismo.-Comento.

-Oh, sí. Me encantó, creo que la naturaleza estará perfecto para los bebés, y cuando crezcan estará muy bien.-Piensa a futuro, me gusta.

-Bien, compra segura entonces. Estaba pensando en comprarte un automóvil.-Le doy el paso a una señora y miro a Kelly para ver que reacción tiene.

-Pues no sé manejar, Barry y en mi estado pues no quisiera hacer nada.-Se toca el cabello nerviosa.

-Puedo ponerte un chófer, y listo. Cuando los niños crezcan no podrás sola, lo que tú necesites Kelly lo tendrás, te lo juro.-Quiero que mis hijos crezcan en un ambiente de paz y armonía, no quiero tener ninguna clase de problemas con su madre, quiero que piensen que somos los mejores padres del mundo y sé que lo seremos.

-Me parece bien, Barry -bosteza y automáticamente cierra los ojos. No le digo nada más, solamente sigo conduciendo. Lo que más me agrada de ella es que transmite paz cuando duerme. Sus pestañas descansan en su piel aterciopelada, me encanta la piel sedosa que tiene.

Odio que para llegar a la casa tenga que pasar por el centro de la ciudad y enfrentar el puto tránsito de mierda.

El móvil empieza a sonar, lo pongo en altavoz sin saber quién es y lo aviento al tablero.

-¿Sí?-contesto.

-Hola, mi amor. -Mala idea, mala idea.

-¿Qué pasó Gabriela?-murmuro.

-Cariño, ayer pasé a ti oficina y no estabas, nadie me supo decir tu localización, ¿me podrías decir donde has estado?

-Oye, Gab, voy manejando... Te llamo más tarde-tengo la esperanza de qué Kelly no esté escuchando nada.

-Bien, nos vemos.-Indiganda cuelga y descanso tranquilo...

Apago el auto y apoyo la cabeza en el respaldo del asiento, estoy realmente cansado. No quiero que Kelly camine, bajo del auto para después bajarla en brazos, ni siquiera se inmuta que la llevo cargando hacia la casa, Tita abre la puerta justo en el momento indicando. Como puedo le hago una seña con la mano indicándole que no haga ruido. Siento las piernas débiles, se me están doblando casa que subo un escalón. Necesito dormir bien.

Recuesto a Kelly en su cama con mucho cuidado, ella dijo que quería un baño y se lo daré. Voy al baño, abro el grifo de la bañera para que ésta se llene. Kelly no tiene ninguna sal de baño como yo pero me da mucha pereza ir a mi habitación.

-¡TITA!-ella me ayudará, aunque grité, espero no haber despertado a la señorita que duerme tranquila en esa cama.

-¿Qué pasó?-aparece con un trapo en la mano.

-Necesito un favor, traeme las sales de baño que tengo en mi habitación, y ropa para cambiarme esto-jalo mi camisa sucia-por favor.

-Claro mi niño-realmente iría yo, pero sí está un poco lejos mi habitación, soy un flojo.

El closet de Kelly está seco, no tiene mucha ropa, ahora veo con claridad las razones por las que compró todo eso, sí le hace falta, no sólo son caprichos. Busco ropa interior, rebusco en su cajón, tiene bragas muy chistosas, nada sensuales. Caricaturas, florecitas y corazones, típica ropa de una adolescente, esto me causa mucha ternura. Busco más en otro cajón, pero oh... Esto ya no es nada infantil, esto ya no es de una niña, si no de una señorita, ropa interior de encaje... Algunas prendas aún tienen la etiqueta, eso me hace pensar que casi no las usa. Escojo la de encaje en color vino, muy mono. Tomo una pantalón de chándal y una camisa holgada, seguro que con esto estará bien, llevo todo al baño y cierro el grifo antes de salir.

-Kelly-susurro, la muevo ligeramente.

-Cinco minutos más... -su voz es casi inaudible.

-Debes de tomar un baño, y comer algo para poder tomar tus pastillas.-Acaricio su cabello lentamente.

-Está bien, estúpido-me río por su palabrota y por su mal humor.

-Vamos-la levanto y la llevo al baño. Cuando al fin se recupera del sueño me mira fijamente.

-Ehh...-mira todo, la ropa interior que hay en la encimera blanca y las toallas, Tita aún no regresa con lo que le pedí.

-Relajate, Kelly -susurro, le aplasto las mejillas para después salir del baño en busca de Tita, pero no es necesario, ella aparece con las cosas en las manos muy animada como siempre.

-Aquí están -me sonríe muy feliz -me alegro que ya esté aquí, señora.

-Gracias, Tita-dice Kelly aún adormilada.

-Gracias -tomo las cosas y dejo en la encimera mi ropa. Ocuparé una de mis sales favoritas, sé que su aroma relajaran a Kelly y de paso a mí porque la bañaré, sé que será incómodo pero no importa. Apenas está atardeciendo, así que no encenderé la luz; así tomará más confianza. Vierto la sal y muevo el agua con la mano bajo la atenta mirada de la señorita madre de mis dos desconocidos.-El agua está muy bien.

-Eh, ok.-No sé cual es el problema, en cuestión de minutos por ventana del baño ya no entrará ni un rayo de luz, así que no la veré más que un poco.

-Ven-yo ya estoy junto de la tina, ella aún descansa en el banco de la entrada mirándome. La bella Kelly está dudando, pero finalmente viene.

Tomo su sudadera deportiva y se la saco, le estrecho las mejillas suavemente con la esperanza de que se relaje un poco. Tomo del dobladillo de la camiseta, alza los brazos para que yo pueda sacarla. Se ve tan chistosa, tiene las mejillas sonrojadas y está ligeramente temblando, no sabía que hiciera frío. Sonrío y con lentitud tomo su cintura para poder bajarle su pantalón, lo hago, me agacho en frente de ella y le doy un gilpecito en el pie para que lo levante, las calcetas no están, seguro las dejó en la cama mientras dormía, suele pasarme. No sé porqué pero no puedo controlar las inmensas ganas de besar y abrazar su vientre en cuánto lo miro... Mis bebés están aquí, posiciono mi mano y sonrió. Soy un puto imbécil feliz.-Bien, continuemos con tu baño.- Ella se desabrocha el sujetador y se baja las bragas, me sorprende que lo haya hecho, la ayudo a entrar en la bañera.

-Tenías razón, el agua está riquisíma.-En su rostro se dibuja una sonrisa.

-¿Está bien?

-Sí, gracias -cierra los ojos y se apoya en la cabecera.-Esto es gloriaaaa-su suspiro me provoca un suspiro.

-Me ducharé, no te levantes sin qué yo regrese.-Hago ademán de salir del baño pero ella me jala del brazo.

-Bañera para dos-dice avergonzada.

-¿Segura?-¿estas segura que quieres que me meta en la bañera desnudo y correr el riesgo de mostrarte mis bellos atributos sin pudor?

-Supongo-dice quitada de la pena, me quito la camiseta rápidamente, y lo mimo hago con los tenis y las calcetas, miro como Kelly se voltea para no mirarme, me quito el pantalón y los bóxers juntos. Ésta escena jamás me la había imaginado con Kelly, es como un sueño cumplido, se mueve ligeramente para dejqeme espacio detrás de ella, SANTO DIOS, KELLY, ESTO ES TAN... Entró totalmente y me recargo, la jalo para que ese pueda recostarse en mi pecho, y ella lo hace.

-¿Cómo te sientes?- le doy un pequeño beso en la coronilla.

-Bien, ¿y tú?-su voz es débil y nerviosa.

-Perfectamente bien, te lo juro. Hace rato pensé en como podrían ser los desconocidos.-Suspiro de la emoción.

-¿Desconocidos? No les puedes decir así a tus hijos, son unos bellos bebés. -Su regaño me causa tanta ternura.

-Perdoname pero no sabemos qué son, lo tanto son desconocidos, fin.-Abruptamente voltea a mirarme y no puedo evitar ver como la espuma se deliza por su pecho.

-No son desconocidos, Freeman, son bebés, fin.-No se inmuta de que mi mirada no está en su cara, si no en otra parte de su cuerpo.

-Depravado -rápidamente me da ma espalda, y no sé porqué pero me empiezo a reír muy fuerte.

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