Las palabras de Mariano resonaban en la cabeza de Carla.
Ella pensó que Enzo, al igual que los demás, dudaba de ella, por eso fue tan cruel y estricto cuando ella lo buscó.
Pensó que él le dio la oportunidad de buscar pruebas para aclarar la verdad solo por lástima, porque él era el líder.
No esperaba que Enzo creyera en su inocencia desde el principio, que le pidiera buscar pruebas, era para que ella pudiera usarlas para refutar esos rumores.
Cuando sucedió el incidente, solo su abuela y Manu e Ire confiaban en ella sin condiciones.
Enzo, era el líder de una corporación de primer nivel, una figura respetada, había trabajado con ella durante un mes y tres días, pero él ya confiaba en ella sin condiciones, al igual que las personas más cercanas a ella.
Por eso, Carla decidió que incluso si no tenía un salario alto, le sería leal a Enzo y se convertiría en su subordinada más competente.
De vuelta en la mesa, Enzo estaba tomando sopa, Carla lo observaba en silencio. Si el carisma fuera un arte, no hay nadie que pueda superar a su director Farré, incluso tomando sopa, se veía tan elegante y distinguido, como un hermoso cuadro famoso mundialmente.
Enzo sintió su mirada: "¿Qué estás mirando?".
Carla mostró una sonrisa lisonjera, y lo elogió sinceramente: "Solo pienso que el director Farré es el mejor jefe del mundo".
Mariano la golpeó levemente para recordarle que el director Farré solo valoraba la habilidad de sus subordinados, no aceptaba este tipo de adulaciones.
Enzo no reaccionó a sus palabras, fríamente dijo: "Menos habladuría en la mesa".
Carla asintió: "De acuerdo".
No mucho después, los empleados llegaron al comedor, todos estaban charlando y riendo, pero cuando vieron a la figura prominente en el centro, todos se pusieron serios, incluso más que durante el trabajo.
Sin embargo, no pudieron evitar mirar hacia su mesa.
Carla supuso rápidamente. ¿El hecho de que Enzo, que nunca venía al comedor, viniera de repente era su forma de decirle a todos que Carla seguía siendo su secretaria especial y que este incidente no cambiaría nada?
Carla preguntó en voz baja sobre su suposición, "Director Farré, ¿vino al comedor para ayudarme?".
Enzo se limpió la boca con elegancia, luego respondió fríamente: "No, no vine para ayudarte, sino porque tu manera de manejar las cosas y tu eficiencia hoy me demostraron tu valor".
Su respuesta, aunque era fría, era el mayor reconocimiento de la habilidad de Carla.
Carla respondió sinceramente: "¡Director Farré, realmente te lo agradezco mucho!".
Enzo la miró impaciente, y casualmente notó su oreja y cuello irritados, por alguna razón se sintió molesto: "La Dra. Elisa vendrá en un rato, puedes pedirle algo de medicina".
Al recordarle esto, Carla sintió que la zona quemada con agua caliente dolía bastante: "De acuerdo".
Carla acababa de terminar de comer y volvió a la oficina, antes de que pudiera contactar a la Dra. Ella ya había venido con su botiquín.
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