Gustavo, Longoria, pudo llegar tiempo para atrapar la mano que iba hacia el bellos rostro de la mujer embarazada, Karime Longoria, quería destrozarla, era tan engreída que se sentía por encima de todas las mujeres que se encontraban presentes, ella se sentía más bella, más inteligente que todas, un gran partido
— ¡Ella me abofeteó primero tío! ¿cómo pretendes que me quedé con el golpe? voy a mostrarle quién es Karime Longoria, y que nadie puede meterse conmigo y salir ileso, no me importa que sea la esposa de Lucien Black
— Es verdad, yo la golpeé primero, ella no va a venir a faltarme al respeto ni a faltarle el respeto a mi embarazo llamándome gorda asquerosa, con mi bebé no se va a meter, suficiente he tenido con ver cómo se le ofrece a mi esposo y que me dijera en la cara que mi marido le gusta — refutó Angelina
Muchos ahí escuchaban a la bella joven embarazada, entre ellos Lucien Black y los asistentes Philips y Jan Pierre, que habían asistido a la reunión como todos los manos derechas de tan importante CEOS
— Y te lo sostengo mujer, cuando tu barriga crezca más a Lucien Black, le vas a dar asco por lo gorda que vas a estar, entonces el verá la diferencia entre las dos, tú no eres nada al lado mío deberían echarte por qué no eres una de nosotros, solo eres una esposa trofeo más
Los empresarios conocían la clase de Angelina, su poder y sus riquezas, además ella aún embarazada seguía siendo muy hermosa, la CEO parecía un hada etérea, la mujer que muchos quisieran a su lado como esposa, pero que el suertudo de Lucien Black, les arrebató
— ¡Suficiente!—se escuchó gritar a Lucien Black, el hombre no iba a permitir que esa m*****a mujer siguiera matratando y ofendiendo a su amada esposa, pero en eso se escuchó una dulce voz hablar por teléfono
— Papá, una mujer que se ha encaprichado con Lucien, me ha estado molestando, me ha dicho que soy una gorda asquerosa y que... que mi marido no va a amarme más cuándo la barriga me crezca, quiere hacerme echar de la reunión por qué dice que no tengo derecho de estar aquí, que solo soy una... esposa trofeo más
El silencio sepulcral dejó escuchar la conversación completa, Angelina no le iba a dejar pasar una más a ese mujerzuela que solo por qué le gustaba Lucien Black, se acercó a ella para ofenderla
— ¡¿Cómo se atreven a ofenderte de esa manera mi princesa?! te juro que no los dejaré ir, ¿a qué familia pertenece esa mujer? les haré pagar la forma en que te han tratado — el imponente CEO, estaba furioso al otro lado de la línea
— La familia es... la familia Longoria, papá, ella se ha metido con mi bebé, eso no se lo voy a permitir — Angelina, jamás presumía de su alto estatus, tampoco de sus importantes conexiones y sus incalculables riquezas, pero vaya que tenía poder
— No sé en qué momento te encaprichaste conmigo por qué yo jamás te he dado pie a nada, estoy casado y enamorado de mi esposa, ella es la única dueña de mi corazón y de mi pasión, decir que a mis ojos ella se podría ver asquerosa mientras que lleva a mi hijo en su interior, es la estupidez más grande que he escuchado
Nunca voy a poder pagarle lo suficiente a mi mujer por darme a mis adorados hijos, agradezco que a pesar de su alto estatus social no le importe perder su perfecta figura por dar a luz a nuestros bebés, por qué mi esposa es la mujer más extraordinaria que he conocido en mi vida, ella no es superficial y engreída como tú
— ¿Esa persona a la que llamó hace unos momentos se trataba del CEO Angelo Di Monti? Gustavo Longoria, preguntaba preocupado, más el sonar de su celular le aclaró sus dudas, le comenzaron a llegar mensajes tras mensajes, a él y a la arrogante de Karime
— Señora Black, lamento mucho que mi sobrina le causará tantos inconvenientes, ella es parte de la familia Longoria, sí, se le ha permitido ser socia de nuestras empresas por la insistencia de mi hermano, pero... nosotros no somos culpables de su comportamiento, tengo una familia que mantener, le suplico que hable con su padre para exponerle mi caso, quiza no hoy, en el momento que usted lo considere, de usted depende el futuro de mi familia que nada tiene que ver con Karime — dicho ésto, el afligido hombre se retiró de inmediato del lugar
Karime, estaba en shock, no entendía nada, en qué momento una simple esposa, hermosa sí, hasta embarazada se veía divina, ella la envidió apenas la vió por qué tenía la suerte de llevar al hijo de tan atractivo y exitoso hombre en su vientre, mientras que ella no tenía ni siquiera una sola de su verde y hermosa mirada, el hombre parecía ser un tempano de hielo sin importarle la belleza de las mujeres que lo rodeaban
Comprendió tarde las consecuencias de sus acciones, cuando supo de quién se trataba la mujer que enfrentó por querer arrebatarle a su marido ya las empresas Longoria, valían menos que un pepino, Angelina Di Monti, la CEO más joven exitosa y millonaria de la que había escuchado hablar pero no la conocía en persona, no era rival para esa mujer, había acabado con ella y su familia con una sola llamada
— Vámonos, cariño, ya ha sido suficiente de fiesta por hoy, muero por cargar a mi bolita de carne Angelo, cada día se te parece más y a Angelo, eso lo tiene feliz — comentó Lucien
— Si, papá está feliz pese a las travesuras que le hace, no sé cuántas veces le ha tirado la comida encima de sus costosos trajes, le he dicho que tenga cuidado con sus veloces manitas pero parece que se le olvida
La bella pareja salió de la reunión entre arrumacos y besos, se podía ver lo enamorados que estaban, los dos eran ricos, Angelina más que Lucien, pero los dos pertenecían a clases sociales de élite, no se podía decir que alguno fuera interesado y que estaba con el otro solo por dinero, ahí había amor verdadero, se podía sentir
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