El CEO estaba muy contento cuidando de su pequeña recién nacida, la nena era todo lo que había soñado y más, pasaba las noches arrullándola hasta que se quedaba dormida, Angelina, veía que su esposo estaba loco por su nena, pero también veía que le faltaba su pequeño Lucien, para completar su felicidad
El niño desde el día en el que conoció a Luciana, dejó de hablar con Lucien Black, se refugió con su abuelo Angelo, como era antes de conocer a su padre, seguía dolido por qué pensaba que su adorado padre lo había reemplazado con otro bebé y lo rechazaba por eso
Ese sábado al mediodía, el CEO salió de la ducha y fue al enorme armario a vestirse en ropa casual, unos jeans azul oscuro, una playera blanca y tenis blancos, como la mayoría del tiempo vestía de traje era un poco extraño verlo en un outfit tan juvenil
Angelina, se encontraba convaleciente en cama, hasta ella llegó el varonil aroma de la loción de su esposo, supo de inmediato que probablemente iba a salir a por algo
— ¿Cariño, vas a salir? te has puesto demasiado guapo, además ese outfit casi nunca lo usas para salir conmigo — Angy, hizo un puchero
— No lo uso para salir contigo por qué es muy informal, ¿qué van a decir de ti si me ven a ti lado sin vestir apropiadamente? me vestí así por qué iré a hacer una diligencia rápida, estaré de vuelta antes de que Luciana, despierte a comer — el CEO dió un beso a su amada y salió de la habitación
— ¡Me traes un dulce cuando vuelvas! — pidió Angelina a los gritos, ese hombre si que se movía rápido, en menos de nada estaba fuera de su vista
— Ahora sí bigotes, iré a buscar a mi pequeño Lucien, ya no soporto más esta guerra fría, está vez me va a escuchar soy su padre, ¿cierto? no puedo dejar que nos alejemos más de lo que estamos, está pensando mal las cosas
Bigotes maullaba al CEO, tal vez le quería decir que no se demorarse más en traer a su amo y amigo a casa por qué lo extrañaba, el niño no se lo pudo llevar a casa de su abuelo por qué Angelo Di Monti, era muy estricto con la limpieza
Lucien Black, salió de su mansión en su lujoso deportivo, en menos de nada llegó a la residencia de los Di Monti, apenas entró divisó a su hijo que subía las escaleras
— Lucien Black, que sorpresa tenerte por aquí, ¿buscabas a mi nieto? — preguntaba el abuelo Angelo, el niño ya tenía una semana fuera de la mansión Black, el CEO lo extrañaba muchísimo por eso es que vino a por él
— Sí, así es, he venido por mi hijo, Lucien ven a hablar con tu padre
— No quiero hablar con papá, el pequeño Lucien, me quedaré con el abuelo, tu ya tienes otro hijo como yo — el niño iba a seguir subiendo las escaleras cuando se escuchó la voz del CEO retumbar en la sala
— ¡Baja de inmediato de esas escaleras y ven a hablar con tu padre, es una órden Lucien Black Di Monti, dónde me sigas desobedeciendo voy a darte tremendo castigo, empezaré con regalar a bigotes, si ya no vas a estar en la mansión Black, no tiene sentido que tengamos un gato!
— No serías capaz de regalar a bigotes, solo me estás amenazando con él, pero no voy a caer, si no fuera por qué el abuelo no me deja traerlo aquí, no tendrías con que negociar — el niño era un hueso difícil de roer
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: CARIÑO VUELVE A MI LADO