Emma llegó agitada a MELODY, busco rápidamente a su amiga, la cual se encontraba detrás de un mostrador de madera lustrada tomando pedidos de las camareras del lugar. Cuando sus miradas se encontraron, ambas sonríeron y Samy le hizo seña para que se acercara.
Samy con sus dieciocho ya cumplidos, tenía el pelo cobrizo algo rebelde, y unos ojos oscuros que a veces eran marrones y otras veces negros, su piel tan blanca como la porcelana la hacía ver como una muñeca. Su novio Hunter siempre se lo decía. Era su única amiga, la única con la que había compartido todo.
Se habían conocido en segundo año de primaria, cuando a penas tenían siete años. Y no se separaron nunca más.
Tres años atrás su padre había fallecido en un accidente automovilístico, dejando a su esposa y sus cinco hijos, Samy que era la mayor, decidió trabajar para evitar que a su familia le faltará algo, abandonando asi, una de las cosas que mas le gustaba, jugar al fútbol.
Pero a pesar de la energía y las ganas que tenía de trabajar, nadie queria contratar a una niña de quince años. Así que por medio de Danny que hablo con Kevin, fue contratada de inmediato en MELODY, dada su situación.
El primer año, sólo hacía la limpieza, ordenaba las mesas, lavaba los trastos y sacaba la basura. Era una chica muy trabajadora y Kevin logró apreciar su esfuerzo, y sin darse cuenta, en ellos había tal confianza que se trataban como amigos o hermanos, más que como jefe y empleada. Al siguiente año su categoría ascendió a camarera. Siendo una de las mejores del lugar, Kevin casi se arrepentía de haberla puesto como encargada ese mismo año, pero realmente se lo merecía y nadie había puesto objeción.
Samy solía estar de muy buen humor, aunque estuviera pasando por un mal momento, con los clientes era encantadora, pero era de carácter fuerte, cuando algo no le gustaba, simplemente decía lo que pensaba sin vacilar.
-Pero que cara es esa Emma? - dijo Samy sorprendida por lo agitada que estaba su amiga, y al instante noto su preocupación por la tensa mirada.- ya dime que te pasa.-
-Estoy asustada.- contestó Emma.
-Siéntate aquí, y mientras no haya clientes hablaremos, no me puedo mover porque tengo a la administradora vigilando. Cuéntame, como te fue con el jefe? acaso el té hizo algo?-
- Oh no, para nada. Dejaré para después el encuentro con el Sr. Limón.- dijo Emma con una pequeña sonrisa.- Es Luca el que me tiene así.-
-Ah ese maldito infeliz, que te hizo? juro que le daré una paliza, porque se está pasando de la raya.-
-Samy porque no esperas a que te cuente? o mejor dicho te muestre.-
Emma le contó que no le había dicho a Luca que su profesor sería Kevin y a continuación le mostró los mensajes. Samy estaba casi sonrojada de ira. Emma miró alrededor, por si venía algún cliente, pero por suerte no había nadie.
-Quien se cree este estúpido? Que con esas amenazas dejarás todo y correrás a él? Emma yo se que lo quieres, pero ya va siendo tiempo de que te des cuenta que no es quien crees-
- Está mañana leí tu mensaje, que querías decirme algo sobre Luca, que era?- Pregunto Emma sin entender mucho la reacción de su amiga.
-Anoche en la fiesta del amigo de Hunter estaba Luca, y muy bien acompañado con una chica. Yo se que a esa chica la vi en algún lado, pero no me acuerdo y a mitad de la fiesta me acerqué a él y se puso pálido como un papel. Y de repente soltó a la chica y evitaba toda cercanía con ella mientras yo andaba vigilandolo. Si no hice nada, fue para no arruinar la fiesta. Pero no fue ninguna imaginación mía. Yo se que no creerás hasta que lo veas con tus propios ojos. Pero el no va a ser tan imbécil de mostrarse ante ti.- Dijo Samy llena de rabia.
Emma, que siempre estaba de lado de Luca, está vez, se sintió la más estúpida del planeta, se sentía herida. Pero por muy mal que se sintiera, tenía que hablar con él.
-Tengo que aclarar las cosas, o terminar con él- Dijo Emma con un nudo en la garganta.
-Llámalo y dile que quieres hablar con el, pero que venga para acá. Ni loca te dejó sola con ese psicópata, esos mensajes no los manda un novio preocupado. Hablen acá y en el momento que quiera propasarse contigo, lo haré pedazos.-
-Samy, creo que estas exagerando.- Dijo Emma con calma.
-Eres tan cabeza dura. No se que hacer contigo. Lláma al idiota a ver que te dice.-
- Lo siento amor, tienes razón en todo. Me comporte como un estúpido, y no te mereces que te trate así, perdóname. Pero no me pidas que nos tomemos un tiempo. Te amo.-
Emma que jamás había escuchado decir esas palabras, se quedó helada. No lo podía creer, alguien la amaba. Era este el momento de abrir su corazón? Se sintió casi derrotada. Lo miro con el ceño fruncido, pero no pudo evitar derretirse. Estiró su mano y la apoyo en la mejilla de Luca. Él besó sus dedos y la miro perdido en sus ojos.
-De verdad lo siento amor. Estaba celoso.- dijo Luca arrepentido. Esas palabras bastaron para que Emma volviera a confiar.
Cuando se estaban yendo. Emma fue a saludar a Samy, y le dio un abrazo.
-Gracias, no se que hubiera hecho sin ti.- Dijo Emma.
- Seguro hubieras tardado mucho menos en perdonar a ese idiota. Emma por favor no seas tan necia, él te miente.- Dijo Samy con preocupación.
- Ya me pidió perdón, es sincero, dijo que me ama.- Susurro Emma con una sonrisa inocente, por lo cual Samy rodó los ojos.
-Hay por dios deja de ser tan melosa y abre los ojos. Deberías pensar que vas a hacer con el cuando te vayas a España. O piensas que tendrán una relación a distancia y el te será fiel?- Dijo Samy riendo.
-Lo hablaré cuando sepa lo que realmente pasará. Ahora me voy. Te adoro Sam, después te llamó.- y volvió a abrazarla.
-Todavía me debes lo que pasó con el jefe.- Le dijo Samy, mientras Emma se iba.
-Luego te llamó.- Fue lo único que le dijo a su amiga, dejándola con la intriga. Luego corrió hacia Luca quien la esperaba en la puerta, tomó su mano y se fueron.
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