Luego de aceptar la ayuda de Kevin y de liberarme del agarre de Nicolas, me salí de la habitación en busca de alguna señal de vida para salir de la casa.
—Iré por algunas cosas mías y del bebé, no tardo, ¿sabes?— no sé con quién hablaba pero debía informarle a un tercero para que no piensen cosas que no son.
—Está bien, señorita Alice, si necesita ayuda con algo solo avíseme— una agradable persona por suerte.
Me dirigí hacia fuera y me encontré con el auto ya listo para dar marcha, subí dando los datos de mi vivienda y nos fuimos.
Ya en la entrada, fui de prisa a mi apartamento, no quería que Kevin estuviera esperando mucho tiempo, al llegar a la puerta me sorprendió mucho ver que esta estaba abierta.
"¿Sam la habrá dejado así?" Pensé.
Entré y vi que todo estaba como lo dejé, reuní todas las cosas que necesitaba y las metí en una maleta que tenía a mano, por si las dudas otra huida aconteciese.
Con todo cargado, estaba a punto de irme pero, de repente, noté que el apartamento olía diferente, era un perfume de hombre muy extravagante, familiar ante mis sentidos.
Iba a girarme al sentir la presencia de alguien detrás de mi pero me cubrieron la nariz con un pañuelo con un fuerte aroma en el. Intenté soltarme pero era inútil, del forcejeo, por suerte, mi anillo de compromiso resbaló de mi mano y lo dejé caer antes de que todo se pusiera negro.
Me sorprendió ver una llamada de Kevin, no suelo recibir muchas de su parte, por lo que al verla no dudé en atenderla.
—Señor, estamos tenemos un problema— Alice fue a su casa a buscar ropa y cosas, ¿Qué pudo haber salido mal? ¿Se les habrá pinchado una llanta y no tienen repuesto?
—¿Qué sucede?— la verdad no estaba espantado por este llamado pero sí estaba atento a lo que me decía.
—La señorita Alice subió a su apartamento hace casi una hora ya, me pareció raro que no bajara después de tanto tiempo así que subí a buscarla pero no estaba en ninguna parte— esto no podía estar pasando, no ahora que todo está bien entre todos nosotros, ¿Qué habrá sucedido?
—Espera, ¿estás diciendo que mi esposa desapareció sin razón aparente?— todo había estado más que bien ayer y hoy, algo no tenía sentido en todo esto.
—Así es, señor— muy extraño lo que estaba pasando, no podía quedarme aquí a conspirar mientras mi mujer está en un posible peligro.
—No te muevas, ya voy para allá— salí con prisa de mi oficina, llegando en cuestión de minutos al apartamento de Alice.
—Explícame ¿Qué sucedió? ¿Cómo?— no sé que pueda saber pero todo puede ser de ayuda en estas situaciones.
—Señor, ella entró algo apresurada a su apartamiento, pasada casi una hora no la volví a ver, estuve todo el tiempo esperando aquí, ella no salió por esa puerta— cada vez se oía más ilógica la situación.
—¿Cómo es eso posible?— subí al apartamento de Alice y comencé a buscar cualquier cosa sospechosa en el lugar.
Su maleta aún seguía aquí por lo que no se escapó por su cuenta de nuevo, no tenía motivos, además, no se iría sin Samuel a ninguna parte. Estuve observando cada rincón hasta que di con algo al lado de una planta.
—Eres muy astuta, Alice— estaba el anillo que le acababa de dar ayer, ella sabía perfectamente que si dejaba esto aquí notaría que algo no estaba bien —Kevin, quiero que llames a la policía y les informes que han secuestrado a
Alice Wilson.
—Entendido, señor, eso haré ahora mismo— no tenía dudas al respecto, esto no es un escape improvisado, algo grave estaba sucediendo.
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