(COMPLETO) Mi Maldita Obsesión romance Capítulo 19

Bárbara Úrsula Medina

¡Gracias a Dios he podido resolver el problema! Es sobre un terreno que acabe de comprar, preferiblemente implante un área de juegos. El caso es que había llegado un rumor que el terreno tenía título de propiedad y bueno necesitaba informarme.

¡Hoy es viernes! El apreciado y satisfactorio viernes. No he hablado con Manckenzie, pero lo extraño.

Entro a mi oficina, llevo puesto un vestido azul ceñido al cuerpo con unos tacones altas y mi cabellera en una cola de caballo.

Estuve hablando con Daniel me propuso viajar, en pareja para que las cosas funcionen como antes, pero mi respuesta es no tengo mucho trabajo como para viajar ahora.

Suena el teléfono de la oficina y procedo a contestar.

--Si. Rosa-contesté respirando profundo.

--¡Bárbara Úrsula Medina!-exclamó por lo bajo-. Acaba de entrar a la oficina del señor Manckenzie una mujer muy linda-informa.

--¿¡Enserio!? ¿Cómo se llama?-pregunté-. De seguro tiene que ser una de las tantas amiguitas que tiene-murmuré poniendo los ojos en blanco.

--No dijo nombre-reveló-. Solo paso a la oficina sin ni siquiera mirarme ¿Lo puedes creer?-indicó.

No pero Cristóbal es... Es un degenerado. Cómo se atreve a traer a una de sus amiguitas a mí empresa, pero ya verá.

--Tienes que ir...-expliqué-. Entra y después me informas que viste-ordené.

--¡No barby! Eso lo tendrás que hacer tu querida -reveló y colgó el teléfono.

¿Ahora me tengo que encargar yo? Pero si esto es el colmo. Cristóbal, mujer, oficina, a solas ¡Uju!

Salgo de mi oficina y me encamino hacia la de él, voy con la excusa de que tiene que leer unos informes para ya ¡Si, lo sé, soy muy buena!

Antes de entrar toco la puerta y escucho un adelante.

--Cristóbal, necesito que leas estos informes-anuncié-. Y ya sabes lo demás, hacer una breve presentación, firmarlos, tener buen dominio del tema-indiqué llegando hacia el frente del escritorio y tirando los documentos en el mismo.

El me mira con el semblante serio... Muy serio, enarco una ceja y pongo los ojos en blanco si cree que me puede intimidar con esa mirada. Observó a la chica que nos mira con cautela.

--¿Necesita también que se lo explique con peras y manzanas?-pregunté mirándolo y no me importa que la joven este viendo está situación.

--No se haga la graciosa señorita Medina-murmuró con su voz ronca-. Y para la próxima tenga un poco más de educación y aprenda que las cosas no se tiran-reveló mirándome desafiante.

¡Ah! Con que así es que quiere jugar el señor Manckenzie.

--¡Mire quien habla! La persona más insoportable y petulante del mundo-agregue poniendo las manos en mi cintura.

La chica hace un sonido con su boca para llamar la atención de los dos.

--Señorita Medina, ella es...-lo interrumpo mirando a la joven que tengo ahora en frente de mí.

--Bárbara Medina-respondo-. ¿Usted que hace en mi empresa?-pregunté de inmediato.

--¿Con cuál?-pregunto confundido-. Carolina es mi prima. Se llama Carolina Beatriz Belén Manckenzie-reveló.

Eso era lo último que me imaginaba, estaba celosa de la prima de Cristóbal y solo por esos celos absurdos.

--Aunque tengo que admitirlo, me fascina que esté celosa señorita Medina-comenta llegando hacia mí-. Eso quiere decir que le intereso-responde con una sonrisa moja braga.

--¡Por supuesto que no!-exclamé alejándome de su cuerpo.

Cuando iba a pasar por el lado de él, me agarra por la cintura y me pega a él tengo su miembro en mi trasero y sus manos en toda mi cintura.

--Aléjate-grité-. Suéltame, Cristóbal-chille moviendo mi cuerpo para tratar de alejarme.

--Será mejor que dejes de moverte-susurró-. No querrás despertar a mi amigo-reveló con una sonrisa pícara.

Respiro resignada.

--Por favor Cris...-respondo con voz mimosa-. Anda déjame, necesito trabajar-contesté para tratar de convencerlo y creo que funcionó porque suelta un poco de su agarre y aprovecho para alejarlo de mí y caminar hacia la puerta.

Escucho que grita mi nombre y suelto una carcajada.

--¡Me las vas a pagar Bárbara Úrsula Medina!-gritó.

¡Odio mi segundo nombre! Pero puedo considerarlo si él lo dice.