(COMPLETO) Mi Maldita Obsesión romance Capítulo 23

Bárbara Medina

Voy de camino al departamento de Daniel debe de estar muy molesto conmigo. Pues no lo llamé cuando salí de la casa de Cristóbal.

Discutí con él y la verdad tiene toda la razón pero sólo estoy pidiendo un poco más de tiempo, necesito hablarlo con él. No es fácil decirle que le fui infiel, eso nunca lo perdonaría por nada en el mundo.

Entró al departamento de Daniel pues tengo una llave, observó que hay ropa por todos los lados pero lo que presto más atención es ropa de mujer. Mi mente trabaja y de sólo pensar a Daniel con otra mujer...

Escucho risas proveniente de la habitación principal y subo las escaleras, la puerta está media abierta me acerco de a poco y lo que veo me deja con la boca abierta por completo. Daniel y Estela en pleno acto sexual ¡Oh por Dios; mi Madre y mi Novio!

Tengo tres opciones: La primera es enfrentarlos y darle unas cuantas cachetadas por mentirosos, la segunda hacer como que no ha pasado y planear un plan macabro o la tercera irme y refugiarme en la tristeza y pena. Me voy por la segunda opción es más conveniente para mí.

Voy escalera a bajo y salgo de prisa de ese departamento. ¿Pero cuánto tiempo Daniel me engaña con mi Madre? De sólo pensarlo mi estómago se revolotea ¡Estábamos compartiendo el mismo hombre! Son unos cobarde. Mintiéndome en mis propias narices pero eso es lo último...

Y yo que me sentía culpable por todo lo que hice con Cristóbal pero ahora no me arrepiento de nada. Llegó a la empresa paso por recepción sin saludar ¡No estoy de ánimos! Con lo que me encontré este mañana. Subo a mi piso y me encuentro una grata sorpresa Cristóbal y la rubia del otro día, pongo los ojos en blanco y decido caminar con pasos decididos.

--Barby, en la sala de reuniones están los demás socios y...-la interrumpo levantó una mano para que haga silencio.

--Sólo necesitó cinco minutos-digo mirando levemente a los que estaban ahí, sigo mi camino pero me detengo a ordenarle a mi secretaria-. Si viene Estela quiero que la saques de inmediatamente y si por alguna razón viene Daniel le comunicas que se vaya a la mierda con todo y Estela-comenté con furia.

Sus caras eran de sorpresa pero no me importa necesito unos minutos a solas para procesar todo lo ocurrido.

Entró a mi oficina y me siento en una de las sillas, no voy a derramar una sola lágrima, duele, duele que te engañen en tu propia cara pero lo que más duele es que tu madre te vea como una competencia de quién se tira el hombre primero. Dos años de relación, dos años de que me engañen.

Dos toques en la puerta hacen que vuelva a la realidad. Digo un adelanté y es Rosa mi secretaria.

--Barby, tienes la junta-informa.

Respiro profundo, la verdad no quiero ir no estoy de ánimos como para escuchar a otros.

--Pero si quieres la puedo posponer. Cuando te sientas mejor ¿Quieres un vaso de agua?-pregunta.

--¿Qué pasa aquí?-pregunté levantando una ceja.

--¡Hasta que te dignas a salir!-exclamó-. Vine porque soy una de los socios y de verdad no puedes posponer la junta. Tengo muchas cosas que hacer como para venir y hacerme perder el tiempo querida-explica todo rápido.

Miro confundida a Rosa y Cristóbal. Respiro profundo y decidí calmarme un poco.

--Si quieres te puedes ir por donde viniste querida-anuncié cruzando mis brazos por debajo de mis pechos-. No te estoy obligando a quedarte ¿Qué haces aquí? No te quiero como socia porque no lo podré soportar-digo calmada.

--Mi padre es tu socio, él no se encuentra en el país y pues me tengo que hacer cargo yo-explica de lo más obvio-. Así que si no quieres que hable con mi padre, la reunión no se va a posponer ¿Tú decides?-indica con una sonrisa de oreja a oreja.

Miro a Cristóbal que todavía no ha dicho nada y lo mejor que se me ocurre es dejarlo con tremendo encargo.

--Me avisas cuando la tengas fuera de mí empresa-expuse con una falsa sonrisa-. Querida la última palabra la tengo yo, si decido no hacer la junta pues no la hago y punto. Y para la próxima si no es con tu padre pues no vengas ¡A ver si él te puede quitar lo niñata que eres e inmadura a tus veinte y pico!-comenté con la mejor sonrisa.

Me encamino a mi oficina y me encierro literalmente, no quiero hablar con nadie ni mucho menos toparme con Estela o mejor aún con el imbécil de Daniel.

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