Cristóbal Manckenzie
Ayer Bárbara y yo nos fuimos muy tarde de la empresa, mujer testaruda como ella no hay nadie le dije que la iba acompañar hasta su casa pero la respuesta de ella fue un no rotundo.
Llegó temprano a la oficina todavía tenemos que hacer muchas cosas. Tengo que también supervisar mi empresa.
Subo por el ascensor hasta el piso que me corresponde, camino por todo el pasillo hasta mi oficina.
--Hola Rosa... ¿Bárbara está?-pregunté desde que llegué.
--Si...-responde-. Pero me ordenó que no deje pasar a nadie y cuando es nadie es a nadie-explica, no quiere hablar conmigo ¿Ahora que hice?
--Necesito verla tengo asuntos importante que tratar con ella-expresé caminando hasta su oficina.
--¡No! Puedes entrar ¿Es que no entiendes? Me va a dar el boche de mi vida-dice evitando el paso.
--Sabes que voy a entrar como quiera-expresé con una mirada amenazadora.
Vuelve a su lugar de trabajo y yo a la oficina de Bárbara que por supuesto entro sin tocar.
Ella está leyendo un documento muy concentrada pero cuando entro por completo a su oficina levanta la mirada.
--Ah, Buenos días señor Manckenzie-expuso volviendo su vista a los documentos-. Estoy ocupada-dice sin más.
--¿Qué hice ahora?-pregunté cansado de tanto discutir con ella.
--Nada. Pero le dije que estoy ocupada, necesito avanzar con esta cosa-responde.
--¡Deja las formalidades Bárbara! No sabes cuánto me molesta eso viniendo de ti-murmuré negando varias veces con la cabeza-. ¿Me puedes decir que mierda te pasa?-pregunté al borde del colapso.
Ella recibe una llamada de un celular que se me hace muy parecido. Lo tiene al lado de un informe el caso es que se puso nerviosa, mira al celular y después a mi ¿Hay algo aquí muy raro?
--Tengo que contestar ¿Me permites?-dice levantándose de la silla y pasando por mi lado, pero la detengo para acercarla dónde mí.
--No vas a ningún lado-advertí cerca de ella-. ¿Y ese celular? No te lo había visto antes-confesé.
¿Y esa actitud ahora?
--Bárbara por favor-supliqué-. No me gusta nada...-murmuré.
--¡Está bien! ¿Quieres saber? Pues adelante... Fue la madre de un amigo muy querido, me informó que había fallecido ayer en la noche y pues se siente feo eso-explica-. Él era como mi hermano, pero no quiero hablar de eso, quiero y necesito trabajar Cristóbal-ordena.
No me convence en nada y no sé por qué. Pero Bárbara no me puede mentir con una cosa así.
¿Y por eso tiene que estar distante conmigo? Ni me quería hablar, ni ver... Tengo que averiguar cuanto antes que le pasa.
Si esto es cosa de mi padre se las verá conmigo le advertí que lo quería lejos de Mí Bárbara. Es un hombre testarudo y cómo lo es se las verá conmigo a como dé lugar, tenga que hacer lo que tenga que hacer.
Bárbara es mía, sólo mía y nadie le va hacer daño porque lo digo yo.
Salgo de su oficina, está bueno de tanto insistir ya veré como averiguo todo esto. Me pongo a trabajar en lo que me quede ayer y trato de no pensar en Bárbara que se ha vuelto mi Maldita Obsesión.
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