COMPRADA POR EL JEQUE (COMPLETA) romance Capítulo 29

helena

Me quedé en la habitación esperando a Rajj.

La temperatura del desierto hace que las personas se sientan blandas, acaloradas y soñolientas.

Y dormir era una de las cosas que hacer en la situación en la que me encontraba.

La comida aquí es diferente a nuestra comida allá en Brasil, y no he estado comiendo bien y después de los eventos que habíamos sufrido, estaba débil.

Dormí en bata de baño, no tenía ropa mía aquí, ni siquiera sé si tenía ropa de la mujer que vivía en Brasil, ropa de la verdadera Helena, solo tenía ropa de la mujer que compró Rajj. .

Rostros de diseñador o ropa árabe.

Eso se redujo a mí en este loco viaje con este Sheik.

Soñé con Rajj acostado detrás de mí y desnudo, acariciando mis senos, tirando de los pezones, dejé escapar un gemido, sentí sus manos pasar por mi cuerpo, acariciando mi intimidad y su dedo estaba en mi clítoris excitándome, sentí su miembro frotándose contra mi trasero.

Frotó mientras yo me movía y gemía.

Lo sentí en ese sueño cuando abrió mi trasero y frotó su miembro duro en mi trasero.

Estaba resbaladizo, resbaladizo, y sentí el dolor cuando entró a la fuerza.

Me desperté.

- Rajj que haces?

- Me alejé un poco de él.

- Desearte - besó mi hombro - Eso es todo.

- Estaba durmiendo - Lo miré fijamente - No te avergüenzas y no te cansas.

- No a las dos preguntas y cállate - llegó y levantó una de mis piernas - Gime para mí y disfruta de tu placer.

Fue entonces cuando comenzó a entrar a la fuerza, agarrando una de mis piernas y con él detrás de mí.

Movió mi clítoris, hizo ese movimiento circular y cómo resistir a este hombre que me decía cosas al oído que me excitaban.

Mientras yo deliraba en esos movimientos, él penetraba y solo lo notaba cuando sentía sus movimientos detrás de mí, haciéndose más intensos y el movimiento en mi clítoris me hacía ver las estrellas, la luna, el cielo y el universo.

Eso es porque todavía era media tarde y no había ni una estrella.

Mi placer fue intenso en el sexo anal con Rajj, me estremecí y él se estremeció detrás de mí como un loco hablando palabras en árabe, y gimiendo y sonriendo al tener esta conexión con él, al menos en la cama.

Entonces ambos caímos en un sueño profundo.

Nos quedamos ahí abrazados.

Olvidamos las preocupaciones, los miedos y era como si el mundo fuera él y yo y nada más.

- Despertemos bella durmiente - un susurro de esa deliciosa voz en mi oído - Necesitas comer, acabo de desayunar - Estaba en un sueño, Rajj despertándome con cariño?

¿Qué le pasó a este hombre?

- Pedí una comida ligera, por miedo a que te enfermaras.

- Rajj, ¿puedo preguntarte algo?

- me miró - Quería comida brasileña, no es que no me guste la comida de aquí, pero prefiero la comida sencilla de Brasil.

- Por supuesto Helena – se rió – Allí en el palacio les pides que te preparen lo que quieras y te apetezca – me ayudó a levantarme – si quieres un chef brasileño escoge uno y que te cocine solo habla con Matthew quien te lo soluciona.

- No hace falta que te burles de mí Rajj - rodé los ojos - Solo quiero comida que como allá en Brasil.

-No me estoy riendo de ti – me ayudo a sentarme en la silla – Estoy hablando, contrata a alguien que te guste, pregúntale a Matthew, él organiza todo para ti – se sentó a mi lado – Hablando de Mathew lo despedí, por haberte ayudado a conocer al pendejo Alan Barack y también a Alex.

- Despediste a Matt, no lo puedo creer - Me levanté y mi enojo era visible - No fue su culpa.

- Estoy esperando a que se arrepientan de haberme traicionado - se rió - Pediré que traigan a Matthew y Alex aquí y mañana irán directos a palacio.

- Rajj, no puedo creer que los hayas despedido a los dos, no tienes corazón.

Me sentí mal, me sentí mal, náuseas y mi presión arterial bajó mucho.

Y me desmayé.

Estaba débil, el calor, los viajes y el estrés con Rajj contribuyeron.

Ni siquiera vi este palacio, porque llegué desmayado, y esa era mi situación deplorable.

Pero cuando desperté estaba en una cama gigante, una habitación gigante, todo gritaba lujo multimillonario.

Mi amigo Matt al lado.

- Redneck, me alegro de que te hayas despertado, me preocupaba que no te despertaras.

- Estoy bien Matt, y te extraño mucho - Abrí mis brazos - Ven aquí y abrázame.

- Redneck, pensé que habías muerto no sé cómo lloré, me sentí culpable por dejarte sola en ese restaurante y encima me despidieron.

- Matt Fui secuestrado por Rajj, me dejo en medio de la nada, mi suerte de no enloquecer fueron Mayla y Mohamed.

- Menos mal que te quedaste con ellos o te habrías asustado y solo veríamos al paleto corriendo desnudo por el desierto con un camello detrás de ti - ríe - pero en realidad, pensamos que te habían secuestrado y asesinado, desapareciste por días , hasta que hasta Alan se asustó, dio la vuelta a Nueva York, y nada ni rastro de ti, se siente culpable de que desaparecieras.

Pero envié un mensaje, escondido del Todopoderoso, y Alan ya sabe que estás bien y con Rajj.

- Bien hecho, pobre Alan, no debe haber entendido nada, desaparecí de la faz de la tierra, pero estos rebeldes querían mi cabeza y la de Mohamed, casi morimos.

- Rajj me dijo paleto, que tú le pusiste las palomitas a los hombres - hizo una señal de arma con las manos - El paleto de la justicia del desierto - y se echó a reír.

- La justicia del desierto tiene hambre, quiero comida de verdad, pídeles que me la hagan - junté las manos - Por favor, quisiera una feijoada con arroz, repollo, naranja, farofa.

- Mira todo esto no lo sé, pero lo intentaré, ¿sabes quién cocina muy bien?

Alex, le voy a pedir que lo haga, volveré paleto a ver si no desaparece.

- Tonto, vete en cuanto tenga hambre – y se fue.

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