Con la velocidad de tu amor romance Capítulo 1

POV - Cleo:

Llego a mi casa luego de una larga semana de entrenamiento continuo. En cuanto entro me recibe un característico olor a galletas de chocolates recién horneadas. Con una sonrisa en mi rostro me dirijo al lugar donde proviene ese delicioso olor, la cocina. Me recuesto en el umbral y veo a mi nana cocinando. Me quedo apoyada en este unos segundos más hasta que se da cuenta de mi presencia. Me dedica una sonrisa y se acerca a abrazarme.

— ¡Cly! Te extrañe mucho mi niña. No te vuelvas a ir tanto tiempo —me toma con ambas manos mi cara y me examina para corroborar que estoy bien.

—Te prometo que no me iré más por tanto tiempo —alzo mi mano derecha y suelta una leve risita.

— ¿Cómo te fue en el entrenamiento? ¿Le pateaste el trasero a esa bola de pendejos?

Ahora soy yo la que suelta una carcajada. Por eso la amo tanto, ha estado para mí y para mi hermano cada vez que nos ha hecho falta, desde que mi papá murió y mi madre dio rienda suelta de nuestras vidas.

—Claro que sí, eso no lo dudes nunca —vuelve a abrazarme y luego de unos minutos me suelta.

—Ve a darte una ducha y baja, ya casi está la comida —dice mientras me empuja suavemente en dirección a la escalera.

—Vale vale, como ordenes mandame —me suelta y me encamino a mi cuarto.

Voy pasando por el pasillo cuando un sonido un poco extraño se escucha desde el cuarto de mi hermano menor Alain. Retrocedo y toco suavemente la puerta por si está haciendo algo poco decente. Nadie me responde así que abro la puerta encontrándome con una escena muy graciosa.

— ¡Alain! —grito haciendo que se caiga de la silla donde estaba parado.

No lo aguanto y suelto la risa que estaba conteniendo desde que abrí la puerta.

— ¡Joder Cly! Casi me rompo un hueso y tú ahí partiéndote de la risa —trata de sonar enfadado pero se le escapa unas risitas y termina acompañándome en mi loca risa.

—Deja de quejarte tanto por algo insignificante y ven a darle un abrazo a tu hermana favorita.

Se levanta del suelo y me abraza fuerte, alzándome unos centímetros del suelo. Le doy unos golpecitos en la espalda para que me suelte.

—Técnicamente eres mi única hermana, a menos que haya otra y no lo sepa.

—Igual seguiré siendo tu hermana favorita, aunque hayan miles más —digo con un tono de falsa arrogancia.

—Te eché mucho de menos hermanita. Para la próxima me llevas contigo.

—Sigue soñando, dark —le revuelvo el cabello y continúo mi camino hacia mi habitación.

Mi hermano tiene dieciséis, nueve años menos que yo. Tiene el cabello negro como la noche. Sus ojos son de un color avellana muy hermoso, son de un tono intermedio entre el marrón y el verde. Su nariz es pequeña y gordita, perfecta para morderla —lo sé porque se la mordía bastante cuando era apenas un bebito— y sus labios son un poco carnosos. A veces me pregunto en la oscuridad y en el silencio de mi habitación si mi hermano quedó con algún tipo de trauma, si le afectó tanto como a mí la muerte de mi padre y los desplantes y rechazos de nuestra descuidada y rencorosa madre. Aunque él no me lo diga, yo sé que le duele que su propia madre lo rechace y lo haga a un lado. Él tan solo era un pequeño de dos años cuando Anne empezó a odiarlo de un momento a otro, sin ningún motivo. Si a él lo odiaba y no tenía la culpa de nada, a mí que tuve que ver con todo, no quiero ni pensar las miles de veces que se dirigió a mi por términos como asesina, zorra, p**a, criminal, delincuente. Al principio me afectaba, pero con el tiempo aprendí que las palabras rencor, repulsión, asco, odio, antipatía, se quedan cortas con lo que ella siente hacia mí.

Dejando de lado el tema de mi madre, me concentro en buscar mis cosas para darme una relajante ducha. Todo el estrés del entrenamiento me tiene tensa desde hace días, espero que estar en casa haga que me relaje un poco. Luego de media hora, bajo el chorro de agua caliente de la ducha, por fin siento mis músculos menos tensos, así que alcanzo un albornoz y me cubro mientras camino en dirección a mi cama. Me acuesto y cojo mi teléfono para revisar si me confirmaron la solicitud que hice de una compra por Internet. Veo que si me la aceptaron y dejo el celular a un lado de mi cuerpo. Me levanto para colocarme algo de ropa ligera para bajar a comer. Opto por un pijama de algodón corto y unas pantuflas de andar por casa, súper monas y cómodas. Bajo y me encuentro a Susy colocando la mesa y a mi hermano trayendo la comida.

—Debería capturar este momento y colocarlo en las redes —hablo haciendo que Alain se sobresalte.

—No seas envidiosa Cly, si lo haces sabes que cogeré más me gusta que tú en I*******m —comenta arrogante y dándome un guiño.

Suelto varias carcajadas antes de contestarle.

—Ya quisieras, hermanito —le tiro un beso y hago una pose de diva.

Ahora es su turno de reír.

—Déjate de tonterías y siéntate a la mesa, ya casi está todo listo. Susy preparó tu comida favorita, pollo marsala con arroz pilaf. Un buen vino nunca puede dejar de acompañar una deliciosa cena, y esta no será la excepción —alza una botella de un vino blanco espumante— así que prepárese señorita.

Deja el vino en el centro de la mesa y se marcha a colocar los últimos detalles para ya poder empezar a comer. Cinco minutos después ya estamos saboreando el delicioso platillo que preparó mi nana.

—Maravilloso como siempre —cojo una servilleta y me limpio las comisuras de la boca para luego dedicarle una sonrisa de agradecimiento a Susy.

—Todo por mi niña.

— ¡Hey! Que yo sepa no estoy pintado en la pared ni tengo la capa de invisibilidad de Harry Potter como para que no me vean —expresa Alain haciendo un berrinche claramente fingido.

—Tal parece que sí —le saco la lengua burlándome de él.

—Muy graciosilla —me devuelve el gesto.

Media hora después ya estamos recogiendo la mesa. Luego de reorganizar las cosas utilizadas con Susy, me dirijo a mi cuarto para tratar de dormir un rato, aunque dudo que duerma mucho, todavía estoy pensando en lo que me dijo Andrea.

*Flashback*

Bajo las gradas que me faltan para llegar a donde se encuentra mi amiga lo más rápido posible, pues me está llamando —urgentemente, según ella— hace cinco minutos. No la había escuchado porque me encontraba absorta en el entrenamiento de los chicos principales y acordándome de mi adolescencia, de cuando yo no era más que una más entre ellos, ahora soy una de las mejores, y lo presumo con orgullo, pues sé que mi padre lo estaría igualmente si estuviera aquí conmigo. Llego a donde está ella en unos segundos.

—Hasta que te dignas a hacerme caso, Cly.

—Lo siento, estaba concentrada en el entrenamiento —señalo la pista— y también estaba un poco pensativa.

—Que bueno, porque te voy a dar otro motivo para que sigas pensando... —se calla, lo que me intriga más.

—Ya suéltalo Andry.

—Pues... tu pesadilla volvió, y esta vez para quedarse.

La sorpresa en mi cara era muy notable. Andrea vaciló unos minutos antes de continuar.

—Así que ten cuidado, en cualquier momento puede aparecer en tu campo.

*Fin Flashback*

Capítulo 1 1

Verify captcha to read the content.Verifica el captcha para leer el contenido

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Con la velocidad de tu amor