Conquista Dominante: Mi Esposo Salvaje romance Capítulo 163

Pero cuanto más lucha Luna, más se enfada Emilio. La presiona con más fuerza.

Luna se ahoga de repente. Poco a poco abandona su lucha. Dice vagamente:

—Emilio... Qué quieres hacer... Suéltame...

Luna ya no lucha. Emilio sigue manteniendo su fuerza y se burla.

—Mi secretaria no puede ser coqueta. ¡Será mejor que te comportes! ¡No seduzcas a los hombres fuera!

—... —¡Este maldito hombre! ¿Es coqueta?

Luna está enfadada, pero ahora no puede respirar. Se resiste al dolor y se retuerce de nuevo. Le da una palmada en el brazo e intenta que la suelte.

La cara de Luna cambia de rojo a blanco y luego a azul. Emilio sigue con la mirada fría. Su rostro es inexpresivo y sus ojos son fríos.

Emilio no lo suelta hasta que Luna parece desmayarse. Ordena con frialdad:

—Esta vez sólo te lo advierto. Si te atreves a hacer algo sucio la próxima vez, ¡no te perdonaré tan fácilmente como hoy!

Luna puede respirar. Inmediatamente se da la vuelta y tose violentamente. Intenta respirar. Casi se desmaya.

¡Este maldito bastardo! Sigue sospechando que ella tiene una aventura con otro hombre con la misma frecuencia que hace seis años. ¡Sigue siendo tan dominante y cruel!

Emilio, ¡estoy realmente harta de ti!

¡Si no es por su hijo, no quiere estar cerca de este bastardo!

Cuando Luna consigue respirar con tranquilidad, mira a Emilio con frialdad y hace una mueca:

—Señor Palacio, ¿está usted capacitado para controlar mi vida privada? ¿Tiene usted algo que ver con que yo seduzca a los hombres o haga cosas sucias en el exterior? No parece estar calificado para cuidar de mí.

¡Ella no es Luna ese año ni la Sra. Palacio! ¿Por qué le hace eso?

—¿Qué has dicho? —Al oír esto, Emilio mira a Luna con rabia. Su enfado aún no ha desaparecido, y está enfurecido por sus provocativas palabras.

—He dicho... —Luna respira profundamente. El frío de sus ojos desaparece. Sonríe a Emilio y le desafía:

—Sólo soy tu secretaria, no tu amante ni tu mascota. No necesito que te ocupes de mi vida privada. No es asunto tuyo con quién estoy o con quién me acuesto. ¿Lo entiendes?

Emilio está furioso. Parece que hay fuego en sus ojos. ¿Cómo se atreve esta mujer a desafiarle? Debería darle una buena lección a la nueva secretaria.

Emilio tira de repente del brazo de Luna. Aunque todavía están en el coche y hay un conductor delante de ellos, vuelve a apretarla con fuerza debajo de él.

Emilio agarra las manos de Luna y la presiona. No le da ninguna oportunidad de luchar. Luego la besa en los labios.

El beso es como una tormenta. Es agresivo y desmedido. Es feroz y dominante.

—No... —Luna no puede negarse y no puede apartarlo del todo.

Pronto los labios de Luna están rojos e hinchados por el mordisco de Emilio.

Emilio sólo quiere castigarla y asustarla. No esperaba que sintiera deseo por ella. Su cuerpo le insta a querer más.

—No...

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