Conquista Dominante: Mi Esposo Salvaje romance Capítulo 174

La imaginación es hermosa. No es hasta que Luna se va que Abram arranca el coche.

Luna no está allí, así que Silvana deja de fingir. No puede evitar darle una palmadita en el hombro a Abram y decirle:

—Cállate cuando hablo. No hables conmigo al mismo tiempo —Silvana vio la cara de Luna en ese momento.

Abram sigue de buen humor. Sonríe suavemente.

—Prestaré atención la próxima vez.

—¿Quieres tener otra vez? —Silvana mira a Abram con descontento.

—¡No volveré a comer contigo! ¡Ni siquiera lo pienses!

—VALE... —Abram se encoge de hombros con impotencia.

Pero Silvana está aún menos contenta. Inmediatamente dice enfadada:

—Te advierto que no debes intimidar a Luna. Si descubro que no eres amable con Luna, ¡no te dejaré ir!

Al oír esto, Abram no puede evitar reírse.

El ambiente serio desaparece con la risa de Abram. Silvana dice enfadada:

—¿De qué te ríes?

Abram no contesta y mira atentamente el tráfico que hay por delante. Al cabo de un rato se vuelve hacia Silvana, sonríe y dice:

—¡Creo que eres lindo!

—¿Qué?

La sonrisa de Abram es tan suave como la brisa de primavera. Por un momento, Silvana mira la sonrisa de Abram y pierde la cabeza.

Cuando recupera la mente, descubre que se siente atraída por su sonrisa. Se regaña a sí misma en su corazón y continúa:

—No soy guapo. Soy guapo. No creas que voy a cambiar mi impresión de ti si me elogias. Deja de soñar despierto.

Silvana siempre habla con arrogancia, pero a Abram no le importa. Se limita a reírse.

No es hasta que Silvana llega a casa que deja de regañar y educa a Abram. Abram palmea el volante y observa a Silvana subir las escaleras con alegría.

Esta mujer es realmente...

...

A la mañana siguiente, Luna va a trabajar como siempre. Debido a lo ocurrido ayer por la mañana, Emilio ni siquiera mira a Luna cuando llega a la empresa.

A Luna no le importa y sigue trabajando.

Por la tarde, Luna le lleva café a Emilio. Emilio termina su trabajo y se levanta a descansar. Ve entrar a Luna.

Se miran el uno al otro. Luna echa un vistazo a Emilio y baja la cabeza para dejar el café en el escritorio de Emilio. Luego se da la vuelta y quiere irse.

—Espera —Luna está a punto de irse cuando Emilio la detiene.

—Eres raro. ¿Por qué tienes que quitarme las gafas?

No responde. Apoya la cabeza en el hombro de Luna y olfatea la tenue fragancia que desprende. Cierra los ojos con placer. Sus labios tocan el cuello de ella sin querer.

Pica.

El cuerpo de Luna tiembla un poco. Cada una de sus células se siente diferente y la hace desear más.

Luna sabe lo que le pasa. Bloquea el pecho de Emilio e intenta apartarlo. Emilio es más inteligente que ella. Antes de que ella lo empuje, él la sujeta fuertemente entre sus brazos y evita que se libere.

La última vez estaban en el coche. Esta vez...

Los labios de Emilio besan el cuello y la clavícula de Luna.

Luna aprieta los dientes y sigue presionando a Emilio. Sin embargo, su cuerpo es más honesto que ella. Después de que Emilio la bese, sus piernas se ablandan y se apoya en Emilio como si hubiera perdido las fuerzas.

Emilio la pone sobre la mesa y apoya su espalda en ella. Le pone la cara en el cuello y la clavícula. Por fin besa los dulces labios de Luna.

Después de un rato, Emilio le quita las gafas a Luna en silencio. Luego levanta la vista y la sostiene con orgullo. Quiere decir que ha ganado.

Luna se marea. Cuando ve la expresión de triunfo de Emilio y sus gafas, entiende inmediatamente por qué Emilio le hace esto.

¡Se está burlando de ella! ¡Quiere quitarle las gafas!

¡Este maldito hombre!

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Conquista Dominante: Mi Esposo Salvaje