Conquista Dominante: Mi Esposo Salvaje romance Capítulo 175

Luna se levanta enfadada y empuja a Emilio.

Emilio tiene sus gafas, así que deja que le empuje.

—¡Emilio, cabrón! —Luna está tan enfadada que quiere abofetear a Emilio. Su mano es detenida por Emilio en el aire.

Emilio le coge la mano y mira pensativo la cara de Luna.

Después de quitarle las gafas a Luna, ve sus rasgos con claridad. Pero se siente diferente. El rostro de la secretaria es realmente mayor. Tiene arrugas y huellas del tiempo.

Emilio devuelve fríamente las gafas de Luna. Dice decepcionado:

—No tienes que estar tan enojado. Aquí tienes.

—...

Por supuesto, Emilio no ve la verdadera cara de Luna. Porque ayer Luna fue a casa y se puso pegamento en la cara. Cambió completamente su apariencia.

Emilio no ve nada en su cara hoy.

Pero lo importante ahora no es que no se parezca a la bella mujer de anoche, sino que Emilio le juegue una mala pasada.

Luna mira con rabia sus gafas en la mano de Emilio. Sus ojos se vuelven rojos y ruge:

—¿Me estás tomando el pelo para quitarme las gafas? Bastardo. ¿Qué te crees que soy?

Al ver los ojos rojos de Luna, Emilio se queda atónito y no puede hablar:

—Yo...

Luna tira los vasos con rabia y dice:

—¡No quiero las gafas! Ja, ja. No esperaba que coquetearas con una secretaria con un hijo. Eres un desvergonzado.

Luna se burla de él. Emilio sabe que se equivoca, pero no está contento con las palabras de Luna. Dice descontento:

—Es sólo un beso. No tienes que ser serio. Realmente no te he hecho nada. Además, no me gustas.

Luna se burla.

—¿Sólo un beso? ¡Más vale que no te guste! Pensé que sólo te gustaba coquetear con las mujeres. ¡No esperaba que tu vida privada fuera tan sucia!

Pasan seis años, ¡pero sigue así!

Luna está muy enfadada. Ahora parece volver a la escena en la que fue humillada por él hace seis años. Se siente tan triste y enfadada que se estremece.

Luna levanta la mano e intenta abofetear a Emilio en la cara, pero éste la coge por la muñeca.

Emilio aparta la mano de Luna y su cara es fría. Dice con desprecio:

—No te sobreestimes. No puedo soportar a una mujer como tú.

—¡Imbécil!

Luna mira fijamente a Emilio, se muerde los dientes y se va.

Cierra la puerta de golpe al salir. Se separan de nuevo en discordia.

Luna va al salón de té y sirve el café. De repente se le ocurre que siempre está enfadada con Emilio y discute con él. Tarde o temprano la despedirán. No encuentra a Conan.

Luna vuelve a su asiento enfadada y frustrada. Piensa un momento y sigue trabajando.

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