En el vídeo, Conan sigue vistiendo con ropa de moda. Parece muy enérgico. Mira a su mamá ojerosa en el vídeo y pregunta con preocupación:
—Mamá, ¿qué te pasa? ¿Por qué pareces tan débil? Ya estoy bien. ¿Cómo estás, mamá?
Luna escucha a Conan decir que está bien y se siente completamente aliviada. Para evitar que su hijo se preocupe, sonríe y sacude la cabeza.
—No, no estoy débil. No dormí bien anoche y la habitación está muy oscura, así que mi cara parece débil.
Conan sabe que mamá lo está consolando, así que asiente con conocimiento de causa. Está ligeramente insatisfecho. Le ha dado mamá a papá, pero no cuida bien de mamá.
Si tiene la oportunidad, debe dar una buena lección a papá y hacer que no se atreva a ser malo con mamá.
Conan descubre el cambio en la cara de Luna. Dice con un poco de disgusto:
—Mamá, ¿por qué eres tan fea? ¿No has visto a papá estos días?
Al oír esto, Luna se toca su fea cara. Ella sonríe a Conan y dice:
—No lo entiendes. Esta es la táctica especial de mamá. Pretendo ser fea. Mira.
Luna se quita el pegamento de la cara. Conan no puede evitar saludar y fruncir el ceño. Dice con asco:
—¡Es asqueroso! No me lo enseñes, mamá.
—¡Cómo te atreves a pensar que mamá es fea! —Luna no está satisfecha y retira el pegamento.
Luna va al baño y se quita todo el pegamento de la cara. Vuelve al ordenador y mira a su hijo. De repente, le pregunta:
—Conan, ¿dónde estás ahora? Volvamos a Francia. Quiero salir de aquí. No quiero quedarme aquí.
Conan está muy feliz de ver a su hermosa y joven mamá. Mamá es muy guapa. Pero cuando escucha lo que dice mamá, se pone inmediatamente serio y sacude la cabeza:
—No. Quiero a papá. ¡No voy a volver por el momento!
Conan se pone terco, así que Luna dice impotente:
—¡Si quieres a papá, mamá puede encontrarte un papá!
Pero Conan sacude la cabeza y dice con obstinación:
—Sólo quiero a mi papá. Mamá, sé que te has convertido en la secretaria de papá. Esta es una oportunidad para que ustedes dos se reconcilien. Vamos. Te apoyo.
Una oportunidad para compensar...
Luna está decepcionada al pensar en esta mañana. No tiene ninguna posibilidad durante mucho tiempo.
Es más, ¡pasaron muchas cosas entre ella y Emilio!
Luna no quiere mostrar sus emociones negativas a su hijo, así que le convence:
—¡Conan, detente! Volvamos a Francia. ¿No echas de menos la buena vida en Francia? ¿No echas de menos la vida en la que podemos viajar en cualquier momento?
—Sí —Conan asiente seriamente. Antes de que Luna se alegre, dice:
—¡pero quiero que papá y mamá se reconcilien!
—...
Abram entra en la habitación de Conan y lo ve jugando con su ordenador. No puede evitar sonreír y tocarle la cabeza. Le pregunta amablemente:
—Conan, ¿eres feliz en casa hoy?
Acaba de hacer una videollamada con mamá, ¡así que está muy contento!
—Sí —Conan sonríe ingenuamente. Asiente felizmente a Abram y le pregunta:
—Tío Abram, ¿por qué has vuelto tan temprano hoy? ¿No estás ocupado?
—Sí —Abram acaricia la cabeza de Luna. Debe estar aburrido en casa estos días. No trabaja esta tarde, así que vuelve para sacar a Conan.
Los niños son juguetones por naturaleza. No pueden quedarse en casa demasiado tiempo. Así que Abram sonríe y dice:
—Conan, ¿salimos esta tarde?
—¿De verdad? —Conan se alegra mucho de escuchar eso. Se abraza emocionado al brazo de Abram y lo sacude:
—¡Genial! ¡Conan por fin puede salir a jugar!
No ha jugado al aire libre desde que llegó a Estados Unidos.
Hoy Abram quiere sacarlo. Conan se alegra de todo corazón. De todos modos, le gusta jugar a su edad, aunque su edad psicológica haya superado su edad física real.
Conan está contento. Abram sabe que está muy aburrido estos días. Lo levanta y sonríe:
—¡Primero salgamos a comer y luego te lo enseño!
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