Otra posibilidad es que Fiona esté mintiendo. Emilio no le dijo eso en absoluto. ¡Ella se lo inventa!
Pero según la actitud ambigua de Emilio hacia Fiona, Luna no puede entender la situación de repente.
Luna está confundida.
Fiona se alegra mucho de ver a Luna dudar. La mujer tiene una idea sobre Emilio que no debería tener. Ahora debe estar dudando sobre el precio.
Fiona se burla y saca un cheque de 500.000 dólares de su bolso y lo lanza delante de Luna. Bromea:
—Te daré un millón y medio de euros como máximo. Te aconsejo que seas prudente. He hecho la mayor concesión.
Luna mira el cheque de Fiona. De repente sonríe de forma inquietante.
—Señorita Alcocer, el dinero...
—Luna, ¿qué estás haciendo?
Antes de que Luna termine, es interrumpida de repente por una voz grave. Luna y Fiona miran a la dirección de la voz sorprendidas al mismo tiempo. Accidentalmente ven a Emilio con la cara oscura.
Cuando Luna intenta explicarse, Fiona grita:
—¡Emilio! ¡Vuelves tan pronto!
Luna es interrumpida de nuevo. Mira con descontento a Fiona, pero la encuentra pálida de miedo.
Emilio ignora la expresión de sorpresa de Fiona. Mira fríamente el cheque en la mano de Luna y pregunta:
—¿Qué estás haciendo?
Viendo el miedo de Fiona y el enfado de Emilio, Luna piensa que hoy va a pasar algo interesante. Puede que hoy le devuelva toda la rabia que le da.
Luna no puede evitar reírse en su interior. Retira su mano extendida. Agita el cheque hacia Emilio y dice simplemente:
—Como puedes ver.
—¿Sabes lo que estás haciendo?
La reacción de Luna estimula a Emilio. Emilio le grita a Luna.
—¿Por qué eres tan feroz? —Luna está desconcertada. Su descontento también es despertado por Emilio.
Hoy es el objetivo deliberado de Emilio. No ha descansado bien en toda la mañana. Ahora, cuando ve a Fiona dándole la cuenta, no le echa la culpa a Fiona sino que le grita.
La cara de Luna está roja de ira. ¡Qué es lo que hace mal! ¡Por qué tiene que ser tratada de forma tan especial por Emilio!
Luna está enfadada, pero Emilio lo está más. Señala el cheque en la mano de Luna y gruñe:
—¿Qué quiere decir con estos dos cheques?
Hay un poco de dolor y decepción en sus ojos. Quiere comerse a Luna.
Luna está muy enfadada. No puede evitar morderse los dientes y dice enfadada:
—¡Quiero preguntarte qué quieres decir! Tu mujer tomó el cheque y me dijo que me fuera de aquí. Ahora...
—Emilio, dijiste que no te gustaba la secretaria. Veo que hoy estás frío con ella. Creo que ella no quiere renunciar y por eso estás molesto. Lo hago por ti. Me gustas y no quiero verte disgustado, así que le di dinero y dejé que te dejara.
—Además, ha prometido irse. Emilio, no te enfades.
Con eso, Fiona da un paso más cerca de Emilio y extiende la mano para abrazar el brazo de Emilio de nuevo.
Emilio le lanza una ligera mirada y aparta la mano de Fiona. Dice con disgusto:
—No tienes que decidir mis asuntos. En el futuro, no tomes tus propias decisiones como lo haces hoy.
—...
La pequeña acción de Emilio muestra muchas cosas.
Fiona tiene frío. Sabe que su comportamiento de hoy decepciona mucho a Emilio. Al mismo tiempo, se siente reacia e insatisfecha con Luna.
Sólo es una secretaria. ¿Por qué Emilio está tan serio? Puede encontrar otra secretaria. Fiona es inteligente. Ella ve la forma en que Emilio se lleva con Luna en este momento y siente que su relación definitivamente no es simple.
Fiona tiene la corazonada de que esta secretaria es diferente a Emilio. Al pensar en esa posibilidad, Fiona tiene un rastro de hostilidad hacia Luna.
Además, la belleza de Luna despierta la envidia de todas las mujeres, por no hablar de las consecuencias de que una mujer así se quede con un hombre. Fiona tiene que vigilar a Luna. Por eso le ofreció dinero a Luna y le pidió que se fuera.
Ahora parece que tiene razón. Afortunadamente, acaba de obligar a Luna a marcharse. Si se queda con Emilio, no sabe cuáles serán las consecuencias.
Es sólo una secretaria. ¡No puede vencerla!
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