Conquista Dominante: Mi Esposo Salvaje romance Capítulo 268

Juan sonríe y toca la cabeza de Conan. Dice con alegría:

—Conan es muy inteligente. Deberías alabarlo.

Conan, conmovido por Juan, sonríe con suficiencia y acepta.

Luna finge ser insoportable. Ella dice:

—Tú come primero. Yo iré a la habitación a cambiarme.

—De acuerdo —Juan coge tranquilamente el bol y empieza a comer. Conan se sienta al otro lado para verle comer. Charlan de vez en cuando.

Al ver esto, Luna vuelve a su habitación.

No importa que Juan esté aquí hoy, se llevan como en Francia. No tiene ninguna razón para rechazar la llegada de Juan.

Luna se pone el pijama y espera un rato en la habitación antes de estar lista para salir. Nada más llegar al pasillo, ve venir a Juan por sorpresa.

—Juan, tú... —Luna se sorprende un poco. ¿Por qué no está comiendo?

Juan se ríe a gusto. Le dice a Luna:

—Luna, tengo algo que discutir contigo. Vamos a tu habitación.

—Vale... —A pesar del presentimiento, Luna lleva a Juan a la habitación y le pregunta:

—¿Qué pasa?

Luna no se cree que Juan vaya a su piso y evite a Conan y hable con ella sin motivo.

Luna le pregunta a Juan por lo que él dice:

—Quiero llevaros a Conan y a ti a mi casa.

—¿Por qué? —Luna no responde. Mira a Juan sorprendida y no parece creer lo que dice.

¿Por qué tienen que mudarse a su casa?

Juan está mucho más tranquilo. Levanta las cejas, mira a Luna y pregunta sorprendido:

—¿No dijiste que volverías a Francia cuando encontraras a Conan? Por lo que sé, lo encontraste ayer. No creo que quieras volver a Francia, así que será mejor que te lleve a mi casa. Podemos cuidarnos mutuamente.

Lo hizo, pero...

Pensando en la petición de Conan, ella no puede irse. Conan quiere que se reconcilie con Emilio. Aunque Luna es reacia, puede fingir delante de Conan.

Está pensando en cómo rechazar la invitación de Juan. Juan dice:

—¿Vas a decirme que estás enamorada de Emilio en este periodo?

Luna inhala y mira a Juan sorprendida.

Juan parece amenazarla. Si rechaza a Juan, significa que le gusta Emilio y no quiere ir con él.

Pero si no se niega, realmente deja a Emilio para siempre. Ella conoce a Juan. Él odia a Emilio y definitivamente no le permitirá ver a Emilio de nuevo.

—De acuerdo... —Luna no tiene más remedio que comprometerse.

De hecho, Juan tiene razón. Ella no tiene ninguna razón para rechazarlo. No tiene que despedirse de Emilio. Tal vez él no la deje ir en absoluto.

Emilio es un cabrón mandón. Seguramente la obligará a quedarse. Entonces seguro que se peleará con Juan. Luna abandona la idea de despedirse de Emilio.

Luna le hace una seña a Conan y le dice que se van a mudar a la casa de Juan. Conan dice feliz:

—¡Guau, genial! ¡Puedo vivir con el Padrino! ¡Conan quiere comer la comida hecha por el Padrino!

—Bien... —Juan toca alegremente la cabeza de Conan y sus ojos son un poco petulantes.

Por fin gana. Juan cree que mientras convenza a Luna con Conan, Luna no tiene motivos para rechazar todas sus peticiones. Ahora parece que su elección es correcta.

Luna y Conan hacen la maleta. Juan ayuda a Luna con la maleta y salen juntos.

Cuando llegan al chalet de Juan, son más de las 10 de la noche. Luna y Conan se bañan y se acuestan.

Juan les da las buenas noches con una sonrisa. Conan le pide felizmente a Juan que le bese la frente antes de irse a la cama.

En la cama, Conan está en brazos de Luna y dice emocionado:

—Mamá, nos hemos reunido con el Padrino. ¿Estás contenta? Conan está muy contento. No tenemos que volver a Francia y podemos vivir con el Padrino como antes.

Luna mira al feliz Conan y tiene un estado de ánimo mixto.

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Conquista Dominante: Mi Esposo Salvaje