Conquista Dominante: Mi Esposo Salvaje romance Capítulo 52

Luna se contagia del sol de Mariano. Dice:

—Si tu hermano pudiera ser tan extrovertido.

Se ríen al mismo tiempo. Aunque no se conocen desde hace mucho tiempo, tienen una buena relación.

En el segundo piso de la villa, Emilio abre las cortinas y mira a Luna que se ríe alegremente. Nunca ha visto a Luna reírse tan alegremente.

Ahora está hablando y riendo con su hermano, lo que hace que Emilio se enfade mucho. Aunque Luna es una mujer sucia, le pertenece.

Sus ojos se vuelven fieros.

Emilio cierra las cortinas y baja las escaleras. Irrumpe bruscamente en la conversación entre Mariano y Luna. Frunce el ceño ante Luna y murmura:

—Es tarde. Deberías irte a la cama.

Luna no sabe lo que pasó con Emilio. Duerme en habitaciones separadas con Emilio y éste nunca se preocupa por su hora de dormir. Hoy lo pide.

Luna está a punto de replicar, pero Emilio se dirige a Mariano y le dice:

—Debes estar cansado nada más llegar a casa. Ve a descansar. Ya he hecho limpiar tu habitación.

Mariano mira desconcertado a Emilio y a Luna. Se siente extraño pero no habla. Asiente con la cabeza.

Emilio dice unas palabras y arrastra a Luna a la habitación.

—¿Qué vas a hacer? —Cuando Luna entra en la habitación, grita— ¿por qué quieres controlarlo todo?

Luna no tiene escrúpulos. No tiene que disfrazarse delante de Mariano. Ella lanza la mano de Emilio a un lado.

—Eres una escoria controladora y neurótica.

—Luna, estabas coqueteando con Mariano hace un momento —se burla Emilio—. ¿Qué crees que soy?—

Luna se gira para salir de la habitación.

—Eres un loco.

—¿Quieres irte?

Emilio agarra de repente la mano de Luna y la golpea brutalmente contra la pared. Apoya los brazos en la pared y la mira fijamente. Le dice con mala cara:

—Qué sucia eres. ¿No puedes soportar la soledad cuando ves a un hombre? Has seducido a mi hermano. Qué lasciva eres.

Luna aprieta los dientes y gira la cabeza con resentimiento.

—¿Crees que soy igual que tú? —Luna se burla.

Emilio resopla y aprieta todo su cuerpo contra el cuerpo tembloroso de Luna, dificultando su movimiento.

Grita Luna. Su delicado cuerpo estalla con tremenda fuerza para empujar a Emilio.

—Mariano y yo estábamos hablando normalmente —ruge.

Emilio no espera que Luna le empuje. Su mirada se vuelve feroz en un instante. Presiona el hombro de Luna y le dice con rabia:

—Tienes que recordar tu posición. ¿Te atreves a resistirte a mí? Quieres morir...

Antes de que Emilio termine, Luna gira repentinamente la cabeza y muerde con fuerza a Emilio en la mano que le sujeta el hombro.

Luna sólo siente un ligero ruido de amortiguación. La mano delgada y fría de Emilio es mordida por sus dientes. La sangre caliente fluye de entre sus labios y dientes.

Emilio no ha sido tratado así. Y mucho menos si es una mujer lasciva. Para entonces está furioso y empuja a Luna contra la pared.

Luna siente un golpe en la espalda, tiene frío y casi se desmaya. Levanta la vista y se encuentra con la amplia palma de Emilio dispuesta a golpearla en la cara.

—¡Esclava, quieres morir! —La voz de Emilio es fría y violenta.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Conquista Dominante: Mi Esposo Salvaje