Conquista Dominante: Mi Esposo Salvaje romance Capítulo 71

Luna se acurruca bajo el edredón y dice enfadada,

—Emilio, pervertido. ¿Por qué haces eso cada vez que vas a casa?

Emilio se desabrocha el traje y la camisa para mostrar su fuerte cuerpo y dice,

—¿Pervertido? Eres mi esposa. Eso es lo que debes hacer.

—¡Vete! —Luna ruge.

—Hoy has hecho un buen trabajo. Debería recompensarte. ¿No quieres acostarte conmigo? ¿No disfrutas cada vez?

Emilio sonríe y levanta las cejas.

Luna se sonroja al pensar que Emilio se ha burlado de ella muchas veces.

Para entonces, Emilio se ha abalanzado como un lobo hambriento. Aprieta a Luna bajo su cuerpo y acaricia su suave piel. Besa los labios rosados de Luna y su suave cuello.

Los dos se entrelazan en un instante, y Luna descubre que pronto se calienta por los movimientos de Emilio, y su respiración se va humedeciendo.

Pero Luna aprieta los dientes y no quiere gemir.

Emilio no obliga a Luna a gritar esta vez. Juega con el encantador cuerpo de Luna. Su piel blanca casi hace que Emilio se maree.

La temperatura de la habitación aumenta gradualmente. Sus ropas se tiran debajo de la cama.

En ese momento, la mano de Luna es presionada accidentalmente por Emilio. Luna no puede evitar gemir en voz alta debido al fuerte dolor de su herida.

Emilio pronto se da cuenta de que sus gemidos no parecen ser agradables. Ve a Luna sonriendo de dolor.

—Todavía tienes lesiones. Será mejor que descanses bien —Emilio frunce el ceño.

Luna no dice nada, pero observa a Emilio salir desnudo.

Luna se queda dormida en la cama. No se despierta hasta la cena.

Están tranquilos durante la cena. Emilio se va después de la cena. No presta atención a Luna.

Luna se cae en el sofá después de cenar y no sabe qué hacer.

Sin darse cuenta, piensa en su padre.

Su padre está muy enfermo, pero ella no lo ha visto desde hace mucho tiempo. No sabe cómo está.

—Maldito Emilio. Lo sabe pero no me lo dice. ¡Hijo de puta!

Luna agita el puño varias veces.

Luna no puede evitar correr hacia arriba y decide preguntarle a Emilio.

Emilio no cierra la puerta. Luna abre la puerta y oye el agua. Sus pasos no dudan en absoluto.

Al momento siguiente Luna ve a Emilio en el baño con la cabeza levantada para que el agua caliente le moje el pelo.

Ve la delicada clavícula de Emilio, sus ocho abdominales y sus largas y poderosas piernas.

Luna se sorprende cuando una figura tan perfecta aparece en la bruma de agua.

Emilio se gira para ver a Luna y sonríe:

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