(Richard Maxwell)
Una hora más tarde, ya calmado tras haber discutido con Olga por teléfono y tras darme un baño, me pongo el pantalón de la pijama y sobre este, mi bata y me decido por ir a disculparme con Melody, no debí gritarle cuando ella fue la agredida y también me disculparía por el comportamiento y las mentiras de Olga, por lo que salgo de mi habitación y cruzando la sala me dirijo a su puerta, abriéndola un poco temiendo que este molesta o dormida, pero veo la luz encendida y la escucho hablando por teléfono.
-Si cariño, mandare el dinero no te preocupes,
-… … … …
-si puedes tomar lo que necesites
-… … … …
-si mi amor yo también te amo
-… … … … …
-adiós.- le escuche decir antes de colgar el teléfono.
Melody no se había dado cuenta de que yo estaba en la puerta, desde donde la observaba tratando de contener la furia que sentía tras lo que acababa de escuchar, por lo que al voltear y darse cuenta de mi presencia le digo
-Así que mi dinero sirve para que mantengas a tú amante, te lo advertí, que mientras fueras mi esposa te comportaras como tal.- grito entrando en la habitación, acercándome a ella hecho una furia
-No Rick, no es lo que tú crees, espera.- me dice levantándose de la cama en donde había estado sentada, su voz se escucha asustada, pero no le hago caso, me acerco observándola, viendo que solo viste un delgado y ligero camisón y bajo este unas pequeñas bragas de encaje. Lo que enciende mi deseo, ese que durante dos días he estado reprimiendo y tomándola con fuerza entre mis brazos le digo.
-Ahora vas a ver lo que hace un hombre, cuando se siente burlado.- ella quiso gritar pero no se lo permití, pues la silencie tomando con fuerza sus labios, dándole un beso salvaje y profundo, mordiendo sus labios, sin importarme lastimarla.
A pesar de la furia que siento, al besarla siento mi deseo arder, la beso con fuerza, salvaje, mordiendo su labio inferior, la escucho gemir y siento el sabor de su sangre, pues la había lastimado. Cuando por fin separo mis labios de los de ella, solo la escucho decir.
-Espera Rick, estas cometiendo un error, escúchame por favor, todo tiene una explicación.- ella trata de detenerme, poniendo sus pequeñas manos en mi pecho, la veo sorprenderse al sentir mi piel, pues bajo la bata no llevo más que el pantalón de mi pijama, lo que la hizo tensarse más y emitir un ligero jadeo.
-El error lo cometí yo, cuando me casé contigo.- le digo fuera de mí, y con un brusco movimiento le arranco el camisón, para comenzar a acariciar sus senos desnudos, mientras la sujetó con fuerza.
-Rick, por favor escúchame, esto es un error por favor.- le escucho suplicar, trata de detenerme, pero soy mucho más alto y fuerte que ella, y solo pudo emitir un ligero grito de sorpresa y dolor al sentir como le arranco las bragas, para seguir acariciándola.
La aviento sobre la cama, y segundos después me arrojo sobre ella, para seguir besándola y acariciándola con lujo de fuerza, mientras ella trata de resistirse, de detenerme pero no la escucho
-Espera Rick, por favor, no sabes lo que haces, si no paras, vas a arrepentirte, por favor Rick, no lo hagas, escúchame.- me dice nerviosa, trata de detenerme, poniendo sus manos en mi pecho, tratando de empujarme, sin lograrlo, pero su suave toque solo consigue encender más mi deseo; termino de desnudarme completamente. Para volver a posicionarme sobre ella.
-Me engañaste, te dije que respetaras mi nombre y no lo hiciste, ahora sufre las consecuencias.- le digo con furia, me sentía traicionado al ver que la única mujer de la que me había enamorado me engaña, y sin medir mi fuerza y sin preámbulo alguno, la penetro, invadiendo su cuerpo joven y suave que me está volviendo loco.
La escucho gritar al sentir mi brutal invasión, al ser violada de esa manera, siento como su cuerpo se tensa, pero es tal mi deseo por ella, que no puedo ni quiero detenerme, la beso, hambriento de ella, explorando su boca, mientras comienzo a moverme, encontrando un lento y dulce ritmo, provocando unos sensuales gemidos que comienzan a salir de su boca, mientras la invado y la exploro con la mía.
Siento como Melody me clava las uñas en las caderas, atrayéndome hacia sí, buscando su propia satisfacción. Un grito ahogado escapa de su garganta mientras le doy lo que quiere; moviéndome lentamente y profundamente al principio, para ir incrementando la velocidad y fuerza de mis penetraciones, hasta alcanzar la cima del placer.
Un nuevo e intenso grito surgió de los labios de Melody, a la vez que sentía como se estremecía todo mi cuerpo sobre ella, mientras alcanzábamos la liberación total. Unos minutos después, dejo caer sobre ella todo mi peso, tratando de regular mi respiración.
Siento como acaricia me cabello tiernamente, una y otra vez, como si quisiera consolarme, pero la escucho sollozar y siento como su dulce y suave cuerpo se estremece ligeramente con cada silencioso sollozo, no lo puedo aguantar más y me ruedo en la cama, saliendo de su cuerpo tibio y suave, levantándome y tomando mi bata, me la pongo saliendo en silencio de la habitación cerrando la puerta tras de mí.
(Melody Jhons)
Casi una hora después salgo del baño, vistiendo solo mi camisón y mis bragas, estoy triste y decido llamar a mis hermanos, tengo que esperar unos minutos para que me comuniquen con ellos, pero al escuchar la voz de Albert me da ánimos.
-Hola Mel como estas?- escucho preguntar a mi hermano Albert
-Bien cariño, y ustedes como están? Están estudiando?
-Ahora vas a ver lo que hace un hombre, cuando se siente burlado.- quise gritar pero Rick no me lo permite, pues me silencio con sus labios, dándome un beso salvaje y profundo, invadiendo mi boca con su lengua, lastimándome en el proceso.
Me besa con fuerza, salvaje, mordiendo mi labio inferior de tal manera que hace un pequeño corte en este, haciéndolo sangrar, lo que me hace gemir por el dolor; cuando se separa de mí para poder respirar le suplico.
-Espera Rick, estas cometiendo un error, escúchame por favor, todo tiene una explicación.- Trato de detenerlo poniendo mis manos sobre su fuerte pecho, y es cuando me doy cuenta de que bajo la bata no lleva más que el pantalón ligero de su pijama de seda, lo miro asombrada y en respuesta al sentir el calor de su piel desnuda, me tenso y no puedo evitar emitir un pequeño jadeo, de sorpresa y de excitación.
-El error lo cometí yo, cuando me casé contigo.- le escucho decir, mientras aprieta más su abrazo a mi alrededor y con un movimiento brusco y un tanto salvaje, me arranca el camisón, comenzando a acariciar mis senos desnudos, sujetándome con fuerza y observándome, viendo como mi cuerpo reacciona ante sus salvajes caricias.
-Rick, por favor escúchame, esto es un error por favor.- le suplico nerviosa, pues no sé cómo detener a Rick, él es mucho más grande y fuerte que yo y solo puedo emitir un pequeño grito por la sorpresa y el dolor al sentir como me arranca las bragas, y comienza a acariciarme con fuerza.
Esta tan furioso y fuera de sí que no se da cuenta de que me he ruborizado por completo, al estar totalmente expuesta y desnuda entre sus brazos.
Me avienta sobre la cama, y segundos después se arroja sobre mí, para seguir besándome y acariciándome con lujo de rudeza, pues mis esfuerzos por detenerlo no sirven de nada. Por lo que vuelvo a suplicarle que pare, estoy nerviosa, tratando una vez mas de detenerlo, poniendo mis manos en su fuerte torso, trato de empujarlo, pero Rick es tan fuerte que no logro moverlo ni un milímetro, pero me doy cuenta de que al tocarlo, no hago más que excitarlo más, mucho más.
Rick se mueve y termina de desnudarse por completo, antes de volver a ponerse sobre mí.
-Me engañaste, te dije que respetaras mi nombre y no lo hiciste, ahora sufre las consecuencias.- me dice con furia, sujetando mis manos a los lados de mi cabeza, y colocándose entre mis piernas, rosando su fuerte erección con mi cuerpo y sin cuidado alguno, lo siento invadir mi cuerpo con fuerza, en un solo movimiento salvaje, profundo y brutal.
Al sentirlo invadir mi cuerpo de esa forma tan brutal, no puedo evitar gritar de dolor y en respuesta mi cuerpo se tensa, el me mira a los ojos, en ellos solo veo deseo, coraje y furia; comienza a besarme, mientras empieza a moverse dentro y fuera de mí con un ritmo lento y dulce, ha soltado mis manos para comenzar a acariciarme lo que despierta mi propio deseo por él y mi excitación y sin poder evitarlo comenzó a gemir mientras me besa, mi cuerpo responde ante sus caricias y su pasión y yo me dejo llevar, respondiendo a ambas.
Llevo mis manos a sus caderas, sujetándolo, clavando mis uñas en él jalándolo, atrayéndolo hacia mí un poco más, buscando casi dolorosamente mi propia satisfacción.
Dejo escapar un grito ahogado mientras Rick me da lo que le pido con mis caricias, llenándome con oleadas de dulce y ardiente éxtasis, que fue creciendo en fuerza y velocidad, hasta llegar a la cima.
Dejo escapar un nuevo e intenso grito al alcanzar el clímax de nuestra unión, mientras siento como el cuerpo de Rick se estremece sobre el mío, al alcanzar la misma exquisita liberación. Para después dejar caer todo su cuerpo sobre mí, exhausto, mientras trata de regular y tranquilizar su respiración; le acaricio el cabello con ternura, más comprendo que lo sucedido no fue por amor, sino por simple deseo y furia al sentirse traicionado, por lo que no puedo contener los sentimientos y sollozo en silencio, sabía que mi silencio fue lo que provoco esto y no puedo culpar a Rick por creerme una mentirosa, pero lo que me duele no es la acción de lo ocurrido entre nosotros, sino que lo amo y el solo ha poseído mi cuerpo por creerse traicionado no porque me quiera, no puedo evitar que las lágrimas salgan de mis ojos.
Lo siento moverse, saliendo de mí y rodándose en la cama, para después tomar del suelo su bata y ponérsela, y sin decir una sola palabra se va cerrando la puerta tras él.
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