Santino estaba nebuloso como el tiempo que iba a venir la tormenta.
Él le había dicho tanto, no solo no le llamó la atención, sino que le causó la mala actitud.
-Paulina... ¿Tienes que ser tan insensible?-
La chica no se enfadó, en cambio, sonrío, - ¿Soy insensible? Santino, ¿con qué dura cara me dices eso? Hace cinco años, como mi madre necesitó el dinero para los primeros auxilios, te pedí ayuda, pero ti, no me hiciste ningún caso, sino que fuiste al extranjero con mi hermana menor a pasar tu feliz vida. Cuando regresaste, lo primero que hiciste era abandonarrme, incluso miraste con los brazos cruzados que me echaron de la familia Ureña. Cinco años después, eres te vuelves más cruel que me has quitado el trabajo. ¿Me hablas de la indiferencia? Por favor, tú regresa a dónde vienes, ¡vete!-
Mientras decía, presionaba con fuerza la puerta para cerrarla.
Pero la tapó el hombre firmemente. Él hizo todo lo posible para controlarse la furia, - Si quieres un trabajo, yo puedo asignarte un nuevo, que sería mejor con el sueldo y el trato doble que el anterior. Si te gusta Empresa Creativa Excelencia, puedo ofrecerte el puesto de director de Departamento de Planificación, y el proyecto de que te has encargado originalmente, voy a darte los plenos poderes para seguirlo de nuevo.-
Paulina se quedó con la boca abierta, que parecía sorprenderse por las palabras.
Al ver su reacción, sintió que podía seguir ganándose a ella. Le dijo deprisa, - Paulina, puedo darte todo, si quieres, yo deseo únicamente que regreses a mi lado.-
Mirando a ese hipócrita, se sintió irónico.
¿Ese hombre realmente la tomaba como una tonta?
¿Él podía darle todo?
Le había hecho la promesa solemne de amor, pero finalmente lo había quebrantado personalmente al azar. ¿Acaso ahora ella podía confiarle otra vez?
De repente, Paulina estalló en llanto, y simplemente abandonó la intención de cerra la puerta. Se le dirigió frente a frente, - De hecho, Santino, si hace cinco años me lo dijeras, te agradecería mucho. Pero ahora, no necesito que me des nada. Cada palabra de ti no vale ni un centavo para mí. También reconozco que estuvo enamorada de ti, que por la razón que me cegó el sentimiento. Casi todos los días me meto en el arrepentimiento. Y siempre pienso que yo a los cerdos les gusto es mejor que a ti te guste yo.-
-Si bien no sé hoy con qué propósito vienes aquí. Pero yo no quiero tener ninguna relación contigo, ¡nunca jamás! Por eso, vete ahora mismo, por favor. Si no, voy a llamar a la policía.-
Cuando Santino oyó su contesta, la máscara de disfrazar su auténtico pensamiento se hizo añicos inmediatamente y su cara se volvió ceñudo, - ¿Me comparas con los cerdos?-
La chica le mostró una sonrisa inocente y inofensiva, que era bonita como las flores de verano,
- ¡Uf! perdón, de hecho no debo compararte a los cerdos, porque eso es una ofensa para los cerdos.-
- ¡Paulina! - Mudó de color oscuro. Estaba tan furioso que perdió el control. Él levantó la mano y pellizcó la barbilla de la chica fuertemente, las palabras exprimieron de su boca- ¿Acaso realmente piensas que no me atrevo a hacerte algo? Con tu identidad, yo puedo matarte fácilmente como pisotear una hormiga hasta la muerte. Yo te lo he dicho con actitud buena pero no me has hecho caso, ¿quién piensas de ti misma?
Paulina sintió mucho dolor, y parecía que la barbilla aproximadamente se desarticuló. Se enfadó,
- ¡Santino! ¿Qué haces? ¿Estás loco? ¡Suéltame!-
Forcejeaba sin ocultar el odio en sus ojos como si se tocara por lo sucio.
Al ver su expresión, estaba más furioso, - Paulina, ¡Regresa a la familia Ureña conmigo!-
-¿Hay algún problema en tu cabeza? ¿Por qué tengo que regresar contigo?-
A la chica le subió el enojo, incluso se encandilaron, - ¡No te consideres intachable! ¿Acaso realmente piensas que tú todavía eres aquella persona con que yo quiero casarme de todo corazón?-
Hasta aquí, con toda fuerza, finalmente ella se soltó de su mano.
El hombre retrocedió dos pasos por el impulso. Le preguntó con mala actitud, - ¿De veras no vas a regresar conmigo?-
-Vete, no quiero volver a verte en toda mi vida.-
Después dar las palabras, se volvió y cerraba la puerta.
Santino se puso indiferente- Pues no me eches la culpa. - Luego levantó la mano y hizo un movimiento.-
En aquel entonces, su intuición le dijo que él fue a buscar a Paulina.
Por eso ella vino aquí ahora mismo.
No se imaginó que vio el coche de su novio tan pronto como llegó aquí.
A Diana le crujieron los dientes- ¡Hija de puta! Has desaparecido, ¿no? : ¿Por qué tu alma se niega a ir? ¿Por qué vuelves a regresar?
Le reprochó con las malas palabras, pero el rabillo del ojo vio una figura familiar cerca.
¡Era de Santino!
Él se marchó del barrio sosteniendo a una persona con mucho cuidado.
Aunque había una distancia, según el sentimiento conocido, Diana reconoció a Paulina con una sola mirada.
En este momento, ¡aquella perra estaba en los brazos de su prometido como una gata suave!
Ella sintió que el sangre dejó de circular y le atropelló el enojo. Abrió la puerta del coche sin pensar nada para bajar.
Pero mientras tanto, un Maybach superior lujoso conducía hasta la puerta del barrio.
Este le detuvo el paso de Diana, que estaba brava. La puerta del coche lujoso se abrió y bajó del asiento de conductor un hombre alto y grande.
Este hombre contaba con un temperamento noble, y la cual brilló mucho en la oscuridad de la noche. Su gesto no enojado pero marcial, estaba expresando la indiferencia que no se podía ignorar y la autoridad.
Diana no tardó mucho en reconocer a él que había protegido a Diana en el palco del hotel.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: "Cupido" caído del cielo