"Cupido" caído del cielo romance Capítulo 40

Paulina no esperaba que Gustavo fuera tan descarado. Lo rechazó de inmediato.

-¿No sabes Marcos? Es imposible que yo pueda llamarlo para que él venga a verte. Si quieres verlo a él, encuentra la manera de hacerlo tú mismo.-

Después de decirlo, Paulina quería abrir la puerta.

Inesperadamente, Gustavo le arrebató el bolso directamente y sacó el móvil.

Paulina se enfadó de inmediato, -¿Qué quieres hacer?-

Gustavo no creyó nada en lo que había dicho Paulina. Marcos había golpeado a Santino por ella. Paulina debería ser importante para él. No sabía por qué su hija rebelde tenía tanta suerte.

El móvil de Paulina no tenía contraseña. Por eso Gustavo accedió el móvil con facilidad.

Buscó su lista de contactos, como esperaba, encontró el número de Marcos. Gustavo lo marcó inmediatamente.

-¡Devuélveme el móvil!-

Paulina se enfadó y quería estirar la mano para agarrarlo. Pero los guardaespaldas la detuvieron, ella no pudo impedírselo en absoluto. Solo pudo dejar que él consiguiera marcar el número.

Marcos estaba leyendo los documentos en la oficina. El móvil en el escritorio sonó. Cuando él vio que era Paulina, sus ojos parpadearon levemente.

Rara vez ella le llamó. Por eso,Marcos contestó la llamada de buen humor.

Pero, en el otro lado no era la voz de Paulina.

-Hola, gerente Marcos. Soy el padre de Paulina, me llamo Gustavo.-

Al escuchar eso, Marcos frunció el ceño ligeramente.

-¿Dónde está Paulina?-

Había un poco de preocupación en su tono indiferente, e incluso Marcos mismo no lo notó.

Aunque estaban hablando por el teléfono, Gustavo tembló inconscientemente cuando escuchó la voz fría, por eso su tono se volvió más respetuoso.

-Paulina está en mi coche. Planeamos ir a comer. Me gustaría invitarle a usted a comer con nosotros, ¿vale?-

Después de escuchar lo que dijo, Marcos oyó la voz de Paulina.

-Marcos, haz tus propias cosas. No lo hagas caso. Yo misma puedo resolverlo.-

Gustavo miró a Paulina con fiereza.

No podía que Marcos no lo hiciera caso. Él dijo a la ligera, -¿Dónde?-

Gustavo no esperaba que Marcos estuviera de acuerdo tan fácilmente. Le dijo la dirección del restaurante con sonrisa.

Paulina no tuvo ningún remedio que ser llevada al restaurante por Gustavo en el coche.

Un rato después, llegaron al restaurante. Paulina siguió a Gustavo a la habitación priva reservada.

Olivia y Diana estaban adentro. Mirando a ella, ellas tenían un poco de desprecio en sus ojos.

-Vaya, hermana. Ahora es muy difícil invitarte a comer.- dijo Diana con un tono extraño.

Paulina ignoró a Diana y encontró al azar un asiento para sentarse. En este momento, Gustavo le preguntó a ella, -¿Cuándo conociste a Marcos?-

Si él hubiera sabido que ella conocía a Marcos, Gustavo no había tenido tan mala actitud con ella.

Paulina siguió callada y guardó el silencio sobre Marcos.

Gustavo tenía mucha furia en sus ojos y dijo, -Paulina, ¡te estoy preguntando!-

-Lo siento, no quiero responder tu pregunta.-

-Tú…- Gustavo estaba tan enfadado que no podía decir ni una palabra.

Al ver lo que había pasado, Diana quería decir algo cuando se abrió la puerta de la habitación privada.

El hombre fuera de la puerta, vestido con un traje negro, tenía un rostro hermoso sin expresión alguna. Había una atmósfera fría en todo su cuerpo. Entró en la habitación como un rey, por lo cual, la atmósfera de la habitación privada se volvió un poco fría de inmediato.

-¿Usted es el señor Marcos?-

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