"Cupido" caído del cielo romance Capítulo 47

Al oír esto, los ojos de la enfermera resplandecían, se ponía muy alegre.

-¿Verdad? Cariño, eres muy bueno. -

Hablando ponían las manos alrededor del cuello de Mateo.

Mateo despedazaba la ropa de la enfermera con las manos y quería ir al siguiente paso. La puerta de la oficina se abrió.

Había ruidos fuera de la oficina, la cara de Mateo era hosca por la interrupción. Dejó de actuar con la enfermera y dijo con voz llena de ira-¿Quién? ¿No sabes llamar a la puerta cuando entres? Y sabes las ….- normas

No había terminado hablar, cuando se levantó la cabeza, le sorprendió mucho.

-¿Superintendente?-

Mateo iba a creer que era una enfermera que no sabía muy bien las normas y que olvidó tocar la puerta y nunca pensaba que fuera el superintendente que siempre se ocupaba de diversas cosas.

Él se calmaba y se arreglaba la ropa.

Y el superintendente tenía la cara verde de ira y sentía vergüenza.

La enfermera no se atrevía a hablar por susto.

-Superintendente, ¿por qué llega aquí? ¿algo ocurre? -

Después de ordenarse, Mateo dijo apresuradamente embarazoso.

Miraba alrededor y vio a Paulina y la policía. Le asaltaban mal presentimiento.

Un policía dio un paso adelante y dijo, -Tenemos un denuncia de que señora Agustina fue trasladada sin permiso y esperamos que pueda ayudarnos a investigarla.-

pueda armar un jaleo tan grande que comprometía al superintendente.

Se calmaba y hacía que estas personas entraran en la oficina con reverencia.

El superintendente dijo, -Mateo, ¿por qué sucedió esto? ¿por qué trasladaste a la enferma sin permiso de su familiar? Si a la enferma le pasa algo, ¿puedes asumir esta responsabilidad? -

Al oír esto, explicó apresuradamente, -Señor, aquella persona dice que es su marido y tiene certificado en la mana. Loa trámites no tienen ningún problema, así tengo pruebas.-

Paulina sonrió con ironía por sus palabras.

-Mi madre no tiene marido y yo soy la única pariente de ella.

-Pero…los trámites se han gestionado según los reglamentos. Y no conozco a Agustina, ¿por qué ayudo a otro a trasladar a ella?-

Después del enfrentamiento, Mateo sudaba mucho, volcándose en tranquilizarse.

Y en este momento, apareció Manuel.

-¿Aseguras que los trámites se gestionan según los reglamentos? -

Cuando vio a Manuel, Paulina estaba un poco sorprendida.

Mateo se quietaba más y el presentimiento la asaltaba más.

-Manuel, ¿qué pasaba?-

Manuel entregó la documentación al superintendente.

Este la cogió y la abrió, viendo las fotos de Mateo y Gustavo que estaban juntos en el café.

En las fotos, Gustavo daba dinero a Mateo.

-Director, dices que los trámites se gestionan conforme a las normas, pero ¿por qué viste a Gustavo el día anterior del traslado, y él te dio tanto dinero.-

Al instante, la cara de Mateo se ponía pálida. ¿Dónde obtenía las fotos Manuel?

-Lo he investigado. No se conocieron tú y Gustavo antes, además, para trasladar a enfermos, se debe informar de esto a responsables de ellos. ¿Has informado a señora Paulina?-

No podía ser retenido, si este caso se hacía público, se deshonraba como médico, ¿cómo podía seguir sobreviviendo en este terreno.

El superintendente se ponía muy enfadado, mirando a Gustavo con mucha ira.

-Era aquí donde desapareció la enferma, debes encargarse de esto porque tú hiciste la gestión y fue untado, ¿crees poder huirse? -

Nunca creía que ocurriera esto en el hospital, mientras que Mateo hablaba con mucha confianza.

La cara de Mateo era muy pálido y él dijo cogiendo las manos del superintendente, -No, ayúdame, superintendente, si se publica esta cosa, aseguro que nuestro hospital es muy afectado. Garantizo que posteriormente no haga tonterías. -

Al oír esto, el superintendente dijo con frío, -Mateo, desde ahora, eres despedido.-

Sea esta razón o aquella, Mateo no debía quedarse en hospital.

Era echado por el hospital…la cara de Mateo se ponía pálida de inmediato.

Él se cayó sentado en la tierra, y jamás pensaba que perdiera su empleo por su codicia. Hacía muchos años que ascendía en este puesto.

-No.-

Se ponía cada vez más válido, viendo a Paulina, -señora Paulina, discúlpame, he sabido equivocarme, ayúdeme por favor.

Paulina no le hacía caso y dijo viendo a la policía-señor, ¿cómo puedo encontrar mi madre?-

Fue llevada por Gustavo, por lo cual era lógico que fuera en busca de Gustavo.

En este momento, en la familia Ureña, todo estaba en armonía.

Gustavo, sentado en el sofá con mucha alegría, podía imaginarse que Paulina se preocupara mucho.

Era inútil llamar a la policía porque solo podía operar este asunto hasta que la persona desapareciera después de 24 horas.

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