"Cupido" caído del cielo romance Capítulo 48

Gustavo sabía muy bien el carácter de Paulina y su madre era la única que podía derribarla. Por lo tanto, era imposible que ella esperar hasta 24 horas.

Mañana por la mañana, solo necesitaba presionarla un poco y así Paulina iría a hablar con Marcos sobre la colaboración obediente.

Sentada al otro lado, Diana había sabido esta buena noticia, por lo que estaba muy contenta. Pero no entendía por qué se inquietaba.

¿Se marchaba viento en popa la cosa?

Ahora, sonó el timbre de la puerta, Gustavo se sentía un poco asustado: ya era muy tarde y ¿acaso llegó Paulina?

-Señor policía, qué…-

Paulina estaba detrás de los dos policías, mirando a Gustavo con mucho desamor.

El policía dijo, -Señor Gustavo, hemos investigado que trasladas la enferma ilegalmente, la devuelva inmediatamente, en cambio, te tendremos.-

Terminada las palabras, Gustavo mudó de color.

Suponía que Paulina llamara a la policía pero no pensaba que esta hiciera la gestión de este caso porque no llegó a 24 horas la desaparición de la persona.

La razón por la que la policía lo encontraba es que Mateo había este secreto. ¡Qué perdedor!

Gustavo parecía descompuesto y sonrió con vergüenza.

-Señores, quizá se equivocan, solo quiero que mi ex-esposa reciba mejor cura, es que no me he comunicado con Paulina bien, lo siento molestarse.-

Viendo a Gustavo, Paulina sentía repugnancia. Era él quien se valía de su madre para amenazar a ella y ahora decía que toda esto era para cuidar a su madre sin vergüenza.

-Todo es mi error, Paulina, haz que la policía salga, ya es muy tarde…-

Gustavo daba miraba llena de amenaza a Paulina, pareciendo que estaba diciendo que si no salía la policía, no me culpaba de dañar a tu madre.

Como la policía estaba aquí, Paulina no temía que Gustavo hiciera daño a su madre.

En sus ojos, había algo ironía. Dijo con desamor, -Mi madre ni ha tenido ningún vínculo contigo, yo puede atenderla, no se preocupes, señor Gustavo, ex-esposo.-

La cara de Gustavo era verde de ira, pero como estaba aquí la policía, no podía decir nada.

Fijando a Gustavo, la policía le urgía a contar dónde estaba Agustina.

Gustavo, conteniéndose enfado y no resignado, sabía que no tenía capacidad de colar.

Al fin, Gustavo les contó la dirección que era una pequeña clínica en Ciudad J.

-¿Es lo que dices atender bien a mi madre?-

Paulina miraba a Gustavo con ironía. Escondía a su madre en una clínica tan pequeña y no temía que necesitara alguna operación si le sucedía algo a su madre.

Cuando sabía la dirección, Paulina no siguió metida en este escándalo y salió con la policía.

La clínica estaba un poco apartada. Tenía muchas cosas que hacer y alejó a su madre hasta muy tarde.

Viendo a su madre acostada en la cama salva, Paulina empezó a llorar, cogió las manos de Agustina y dijo, -Madre…-

No podía imaginarse que qué debiera hacer si sucedía algún accidente.

-Señora Paulina, ye madre se ha encontrado, ahora nos vamos, si tienes alguna cosa, llámanos.-

Paulina se enjugaba lágrimas y dijo de disculpa, -Señores, muchas gracias, os molesto mucho, y ahora es muy tarde.-

-No te preocupes, esta es nuestra responsabilidad.-

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: "Cupido" caído del cielo