"Cupido" caído del cielo romance Capítulo 52

Paulina llevaba una camisa blanca y unos vaqueros, simplemente vestida, pero con un aspecto elegante, su cara estaba ligeramente roja y parecía que había bebido.

Marcos miraba así a Paulina, y en el fondo de sus ojos se arremolinaron todo tipo de emociones complicadas.

Paulina parecía un poco nerviosa, no recordaba cuánto tiempo había pasado desde la última vez que se vieron.

En ese momento, ella había propuesto que rompieran su relación.

Y ahora que los dos se encontraban en esta ocasión, Paulina estaba vacilando entre ir a saludar o no.

En ese momento embarazoso, se abrió la puerta de la habitación privada al frente de ellos. Solo vieron salir a Álvaro, que diciendo, -¿Dónde está mi hermano? Ha bebido mucho vino, está borracho, ¿a dónde ha ido?-

Álvaro levantó los ojos y vio a Marcos y a Paulina.

-Hermano, estás aquí, te he estado buscando durante mucho tiempo, ¿estás bien después de beber tanto?-

Marcos entrecerró ligeramente los ojos.

Paulina estaba un poco avergonzada, en este momento, no saludar no era una opción, se acercó y habló con una serenidad forzada, -Hola, Álvaro,Marcos .-

Bajó la cabeza, sin atreverse a mirar la expresión de Marcos.

Álvaro fingió estar sorprendido, -Paulina, ¡qué casualidad!-

-Pues nuestra compañía se está reuniendo aquí.-

-¿Es así? Entonces se acabó la fiesta, ¿no? ¿Vas a irse?-

Paulina se quedó atonita. Álvaro la miró como si viera un salvavidas, y dijo al instante, -mi hermano está borracho, ¿puedes cuidar de él?-

-¿Eh?- Paulina parpadeó sin comprender.

¿Ella cuidaría de él?

No, no, no, Paulina tenía un millón de negativas en su corazón. Ya habían dicho que rompieron su relación. De estar solos los dos, ¡qué incómodo sería!

-Tengo clientes que tratar dentro, no puedo ser molestado, ¡hazme un favor! Llévalo a casa, ¿te parece bien?- Álvaro se apresuró a decir.

Parecía que había varios cientos de millones de dólares de pedidos en la habitación privada, y no podía perder ni un segundo.

Las comisuras de la boca de Paulina se crisparon, ¿acaso salieron a socializar sin un asistente o conductor?

Marcos se paraba al lado, y echó un vistazo a Álvaro, que estaba haciendo la comedia desde el comienzo hasta el final. Marcos solo había bebido unas cuantas copas, por eso no estaba borracho, sino estaba aquí para tomar el aire.

Los ojos de Álvaro estaban como crispados, insinuándole frenéticamente.

Álvaro Pensando “Hermano, la felicidad está frente a ti. ¡Sé despierto!” En este momento, tenía mucho miedo de que Marcos no tardara en decir las palabras “no estoy borracho”.

Se lo pensó y, como si se hubiera decidido firmemente, le dio un empujón a Marcos que estaba al lado.

Marcos no reaccionó y tropezó sin precaución, cayendo todo su cuerpo hacia delante.

Las pupilas de Paulina se encogieron y se apresuró a sostenerlo, tartamudeada, y preguntó, -¿estás… Estás bien?-

Una sonrisa de triunfo apareció en los ojos de Álvaro.

-Gracias, dejaré a mi hermano a tu cuidado.-

Tras decir esto, Álvaro entró muy rápido en la sala privada.

Paulina se quedó boquiabierta mientras miraba a la persona que tenía a mano. Marcos apoyaba perezosamente contra ella, resoplando su aliento caliente y ebrio en la cara de Paulina.

Pensando “De veras que está muy borracho, ¿eh?”

Paulina se quedó sin saber decir nada, pero no podía dejarlo aquí, así que se resignó a preguntar, -¿aún puedes caminar?-

Marcos negó con la cabeza, sus finos labios se fruncieron mientras respondió débilmente, -no, sostenme.

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