Desde un matrimonio falso romance Capítulo 200

Pero fue inesperado que le dieran el puesto.

Pero antes de que las palabras de disculpa pudieran ser pronunciadas, fueron interrumpidas por la mujer que tenía delante.

Con una sonrisa en su rostro, Nuria habló sin cuidado:

—Bueno, ¿qué estás haciendo? No tengo ninguna insatisfacción, y tú eres el diseñador más destacado esta vez, aprecio mucho tu capacidad.

Al ver la mirada conmovida de Mariana, Nuria se apresuró a cambiar de tema.

—Vale, he venido a buscarte esta vez para hablarte de la cooperación a tres bandas, no hablaremos de otros asuntos.

Los ojos de Mariana estaban llenos de emoción mientras asentía con la cabeza.

Sabía que Nuria le estaba permitiendo relajarse.

—Ahora que Elisa se ha ido, tú eres la directora de diseño de la empresa. No diré mucho sobre el aspecto del diseño, pero la gestión y el movimiento del personal es ahora también tu responsabilidad.

Había una nota de preocupación en las palabras.

El mayor beneficio que Mariana había sentido al venir a la empresa Elamorad era conocer a la mujer que tenía delante. Había recibido mucha ayuda de ella desde que empezó, y todavía lo hacía.

—Gracias, Nuria.

Mirando a Nuria frente a ella, Mariana le agradeció sinceramente.

En los días siguientes, Mariana se dispuso a hacerse cargo del trabajo de Elisa. Aunque no había nadie que la guiara, había algunos colegas del departamento de diseño que la ayudaban a compartir gran parte del trabajo, y este no era tan oneroso.

Sin embargo, el cambio siempre llegaba silenciosamente antes de que nadie se daba cuenta. Y una vez que aparecía delante de todos, seguro que les sorprendería.

Al día siguiente, Mariana llegó temprano a la oficina.

Durante este periodo de tiempo, debido a que tenía que hacerse cargo del trabajo, acudía a la oficina muy temprano todos los días, por lo que se la podía considerar como un cierto modelo a seguir.

Antes, cuando llegaba a la oficina, no había mucha gente en la zona del despacho, y solo cuando terminaba el papeleo entraban las personas una tras otra, sonriendo y saludando.

Sin embargo, hoy, cuando Mariana entró por primera vez en la oficina, todos los compañeros que pasaban le lanzaron miradas extrañas, lo que hizo que un ligero malestar recorriera su corazón.

Sin embargo, Mariana siguió actuando con tranquilidad y calma.

Los empleados de la empresa se reunieron de dos en dos y susurraron algo, pero cuando la vieron acercarse, cerraron la boca de repente y actuaron como si no tuvieran nada que hacer.

Tal movimiento hizo que Mariana sospechara aún más.

Bajo la mirada de varios ojos extraños, Mariana entró en el ascensor y, cuando la puerta se cerró, se oyó un ruidoso parloteo.

—Mariana suele tener un aspecto muy orgullo, ¡pero nunca pensé que fuera a hacer algo así! Ya está casada y sigue saliendo con el Señor Castro, ¡y se dice que el Señor Durán también tiene una relación con ella!

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