Desde un matrimonio falso romance Capítulo 201

Ante las palabras algo impotentes de Nuria, Mariana se fue calmando poco a poco por la conmoción que acababa de sentir, y su rostro volvió a ser frío.

Miró hacia Nuria que la miraba preocupada, reprimiendo los pensamientos de su corazón, sacudió su mano para recuperar algo de fuerza y habló suavemente,

—Nuria, estoy bien, la gente inocente no necesita dar explicaciones, lo que no he hecho, no importa lo que digan los demás, no me afectará.

Sin embargo, ella no estaba claro si estas palabras eran para convencer a otros o a ella misma.

El rostro de la mujer estaba pálido, como si fuera transparente y fuera a reventar en el siguiente momento, convirtiéndose en pequeños fragmentos, muy frágil.

Nuria no sabía qué decir para consolar a Mariana, así que finalmente se limitó a asentir,

—Sí, los inocentes no necesitan dar explicaciones.

Sin embargo, ambos conocían la dificultad.

—Ayúdame a informar a todos colegas de que hay que celebrar una reunión sobre la cooperación tripartita.

Con el rostro normalizado, Mariana miró a Nuria y habló con calma.

Esto fue un asunto establecido ayer.

—Bien.

Nuria asintió y salió.

Después de ajustar sus emociones, Mariana tomó la información y se dirigió a la sala de conferencias, sentándose en la posición en la que solía sentarse antes, pero después de esperar durante mucho tiempo, no entró nadie.

Desde que se alcanzó el acuerdo de cooperación tripartita, Mariana había celebrado una reunión de movilización casi todas las mañanas después de asumir el cargo de Elisa para llevar a cabo mejor su trabajo.

Bajó la cabeza y miró el reloj de su muñeca. Habían pasado veinte minutos desde que envió a Nuria a informar a todos de la reunión.

Sus ojos mostraron impaciencia, y Mariana estaba a punto de levantarse cuando Leonor entró ansiosa, y al ver a Mariana, se apresuró a decir,

—¡Mariana, ve a echar un vistazo, Nuria y esa gente están discutiendo!

Ante estas palabras, Mariana se quedó ligeramente aturdida y, en un instante, caminó rápidamente hacia el exterior.

Cada vez que había una reunión como ésta, participaban personas de varios departamentos, pero en este momento, Nuria estaba de pie en el departamento de operaciones discutiendo con alguien, y un montón de gente ya se había reunido alrededor de la periferia, todos observando la escena.

Al ver esa imagen, sus cejas se fruncieron un poco y se sintió un poco irritada en su corazón.

—Entiendes las reglas de la reunión diaria de la rutina matutina, así que ¿qué haces aquí?

Las palabras estaban llenas de agudos interrogantes, Nuria miró a la mujer que tenía delante y habló con voz profunda.

—Simplemente no quiero ir, ¿por qué debería tener una razón? Además, ¿no sabes qué clase de persona es el director de diseño del que hablas? ¡La noticia está en toda la empresa ahora! Por ejemplo, la amante quiere ser una esposa oficial, y cambiar su futuro con el cuerpo, y ligar con algunos hombres al mismo tiempo...

Antes de que la mujer pudiera terminar sus palabras despectivas y burlonas, Nuria, que estaba furiosa, dio un paso adelante y le dio una bofetada en la cara.

El sonido fue tan fuerte que silenció el ambiente ruidoso por un momento, y todos miraron con sorpresa, sin esperar que Nuria lo hiciera.

—¡Cómo te atreves a pegarme!

Diciendo eso, la mujer bajó la mano para cubrirse la cara y avanzó enojada, a punto de pelear con Nuria.

Mariana estaba molesta en su corazón, y entró en pánico mientras empujaba a la multitud y se acercaba al centro, diciendo con voz profunda:

—¡Basta!

Al ver esto, Mariana intentó separar a los tres, pero para su sorpresa, fue empujada hacia atrás con gran fuerza.

Con los ojos sobresaltados, Mariana cayó hacia atrás y se golpeó fuertemente contra el suelo, con un ligero dolor procedente de su codo.

Con las cejas fruncidas, Mariana se desplomó en el suelo, con el cuerpo dolorido y entumecido.

En ese momento, el caótico parloteo que la rodeaba desapareció de repente, y la sala quedó muy silenciosa.

Un poco confundida, Mariana estaba a punto de levantar la vista cuando vio una gran palma blanca extendida frente a ella, con dedos largos y delgados y un poco de frialdad.

Mariana levantó la vista aturdida en dirección a su mano y vio a alguien inesperado.

Era Leopoldo.

Antes de que pudiera darse cuenta, Mariana ya había colocado su mano en la gran palma que tenía delante, sujetando su mano mientras se levantaba.

Sujetando su codo y de pie junto al hombre, Mariana tembló en su corazón y miró en secreto a la alta figura a su lado, sintiendo una extraña sensación en su corazón que hizo que la gente no pudiera resistir.

Los tres que habían estado retorciéndose juntos también se separaron, mirando a Leopoldo que había llegado de repente, y al asistente que estaba detrás de Leopoldo, las dos mujeres que estaban al lado de Nuria no pudieron evitar bajar aún más la cabeza.

—¿Qué estáis haciendo?

Desde el incidente de la última reunión tripartita, el personal de la empresa ya había comprendido que el jefe máximo de la empresa Elamorad no era el señor Castro, sino Leopoldo detrás de él.

Por eso, ahora que veían a Leopoldo, sus corazones se asustaron y sus cuerpos no pudieron evitar temblar.

La multitud que les rodeaba también intentaba rebajar su presencia lo máximo posible, no queriendo que estos dos jefes se fijaran en ellos.

Las dos mujeres estaban demasiado asustadas para hablar, pero Nuria se adelantó.

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