Desde un matrimonio falso romance Capítulo 45

—Buenas noches.

Después de volver de la taberna, Mariana había estado en trance. Hoy habían pasado demasiadas cosas, y también había pedido permiso y no había ido al set después. Era Lionel quien había llevado a los dos de vuelta a casa.

Ya era tarde en la noche.

El hombre se quedó en la puerta, giró ligeramente la cabeza para mirar a Mariana, sus finos labios se abrieron suavemente y habló con una voz ligera:

—Buenas noches.

Al decir esto, entró en su propia habitación.

Mariana extendió la mano para cubrir su pecho palpitante.

Tumbada en la cama, Mariana miró al techo y se dijo en voz baja.

—Mariana, feliz cumpleaños.

***

Al día siguiente, Mariana acudió al set como de costumbre, con el rostro tan anodino, como si nunca hubiera pasado nada.

—Mírala, qué sinvergüenza, actúa como si nada hubiera pasado, incluso llegó al plató con un gran pavoneo, ¡descarada!

—Sí, si no fuera por el Señor Durán, ¡me temo que el director no habría tenido más remedio que despedirla aunque le gustaran sus diseños!

—¡Esta, tiene una buena vida! Cómo es que no puedo recibir atención del Señor Durán.

Un parloteo tras otro sonaba en sus oídos, ocultando todo tipo de emociones.

Mariana fingió que no les había oído y pasó por delante de la multitud, de vuelta a la sala de vestuario. Nunca había pensado que se convertiría en el centro de atención desde que llegó al set. Al pensar en esto, Mariana no pudo evitar reírse y sacudió la cabeza con impotencia.

Sacando los diseños que no había terminado de cribar ayer, Mariana comenzó un nuevo día de trabajo.

Desde la última vez que vio el clímax de la interpretación de Xavier y Andrea, el director siguió filmar los últimos episodios.

Así que todo el set estaba esperando a que se le ocurriera un disfraz adecuado. La presión sobre ella se multiplicó y la tarea se hizo más difícil una a una.

Pero Mariana no se daba por vencido, cada paso difícil era una experiencia valiosa, el desafío era un peldaño.

«Mientras las dificultades no me maten, seré más fuerte.»

Con esta convicción, Mariana revisó las telas una por una, buscó algunas películas relacionadas y luego leyó la novela y el guion originales de principio a fin. Solo ahora Mariana tenía más confianza en sí misma.

Tras ajustar su mente y sentarse frente al ordenador, Mariana comenzó a trabajar en sus dibujos. Fue entonces cuando sonó un golpe seco en la puerta desde el exterior.

Sin levantar la cabeza, Mariana gritó:

—Adelante.

—Hola.

La voz ronca contenía un ligero tono significativo y decía con una ligera coquetería.

Mariana se giró y vio a Xavier apoyada en la puerta, con los brazos cruzados, sus hermosos ojos eran llamativos.

—Es tarde en la noche. Está oscuro todo alrededor, pero las luces todavía están encendidas aquí, pensé que deberías estar tú aquí.

Xavier dio un paso hacia Mariana, y solo cuando estuvo cerca sonrió y dijo:

—Realmente eres tú.

Las palabras contenían un profundo significado.

—¿Por qué no te has ido todavía?

Sin levantar la cabeza, Mariana siguió moviendo rápidamente el ratón en su mano, y las líneas de varios colores aparecieron inmediatamente en la pantalla del ordenador.

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