capitulo 37
Adicto
Narrado por Álex
Decido regresar temprano a Inglaterra, estoy cansado de estar aquí solo, y además, la extraño mucho.
No puedo dormir una noche más sin su calor.
Soy adicto a esa loca, no debo, porque no sé ni lo que va a hacer esto, pero no puedo sacarla de mi cabeza, de mis pensamientos, y honestamente no lo hago. Ni siquiera quiero.
Voy a la empresa, directamente desde el aeropuerto, llego y estaciono en otro piso, porque mi lugar lo ocupa el auto de mi reemplazo.
Subo al ascensor y cuando salgo en el piso 44, quien pasa se sorprende al mirarme, pero luego me saludan y me dan la bienvenida, me siento acogida, eso es bueno.
Voy directo a la oficina de mi flor, es a ella a quien quiero ver, solo a ella.
Entro en la habitación de Caroline y ella me mira y sonríe con simpatía.
Caroline: - Sr. Alexander, bienvenido - dice levantándose de su silla.
Alex: - Hola Caroline, me alegro de verte, ¿cómo estás?
Carolina: - Estoy bien, muchas gracias.
Alex: - Y Amy, ¿está en su habitación?
Caroline: - Sí, quieres que lo anuncie o no, ¡vale la pena!
Alex: - Quiero que digas que hay alguien aquí para verte, pero no digas quién es - le sonrío.
Ella siente mi intención y me devuelve la sonrisa.
Carolina: - Puedes.
Pasa por delante de mí y abre la puerta.
Está ocupada con su cuaderno, tanto que ni siquiera levanta la vista de la pantalla mientras habla con Caroline.
Cuando se da cuenta de que estoy ahí, veo su mirada de felicidad y eso llena mi corazón de esperanza, esperanza de que nuestra relación funcione muy bien.
Después de dejar la oficina de Amy con George, iremos a su oficina, hablaremos sobre mi regreso a la empresa. George está muy feliz de tenerme de vuelta.
George: - ¿Y vas a volver a tu casa ya la de Amy?
Alex: - Sí, lo haré. ¿Te sientes mal?
George: - Claro que no, me parece una excelente idea, la casa es tuya, es natural que vuelvas allí. ¿Le has dicho?
Alex: - Sí, y claro que no le gustó la idea.
George: - Por supuesto que no - respira hondo - Amy es tan terca, y no es normal que se burle de ti.
Alex: - Ella no tomó bien la idea del contrato, la maldición, el matrimonio, y para ayudar, ella y yo empezamos muy mal.
George: - Sí, creo que ese era el problema.
Alex: - Bueno, y entonces cuando puedo volver al trabajo - digo para cambiar de tema.
George: - Llamaré a Albert ahora mismo, para que hablen y se conozcan.
Alex: - Genial, tengo muchas ganas de volver.
Narrado por Amy
Amy: - ¿Solo te veo en las puertas hoy? - Me refiero a diversión.
Alex: - ¡Y dónde quieres verme! - Habla bajo, con esa voz sensual.
Amy: - Aquí conmigo, me parece una excelente idea. Incluso porque estoy como me pediste... desnudo.
Alex: - Niña traviesa - dice desabrochándose los botones de la camisa y caminando hacia mí.
¡Pero necesita tener toda esa sensualidad! No puedo soportarlo. Incluso siento mi clítoris vibrar de placer.
Arroja su camisa al suelo y se baja los pantalones junto con sus bóxers, y tengo una visión que una vez más llena mis ojos.
Su polla está justo frente a mí, lista para mí.
Me inclino en el borde de la bañera y lo tomo en mi mano, está caliente, grande y grueso, tal como lo recordaba, le lamo el glande y se estremece, lamo toda su longitud y gime, lo meto en mi boca y el habla.
Alex: - Ah Amy, eso me chupa la flor.
Y hago lo que me pide, le chupo toda la polla, le lamo con avidez, me encanta su polla.
Termino después de un rato, y él entra al baño conmigo, lo hago sentar y se sienta encima de él, me besa los senos y mordisquea lentamente el pezón, haciéndome tener sensaciones vibrantes.
Me enderezo y meto su polla dentro de mí, ay como extraño que me llene así.
Cabalgo encima de él, y me aprieta el culo bajo el agua, se siente tan bien. Me detengo y lo muevo volviéndolo loco y sigo subiendo y bajando.
Siento que no puede soportarlo más, así que me acerco a su oído y le susurro.
Amy: - Ven conmigo, ven - le pido.
Y nos corremos, una explosión de nuestro orgasmo aquí en mi bañera, donde me he masturbado tantas veces pensando en él, pero tenerlo aquí es mucho mejor, mucho mejor.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Destinado a