DOS HERMANAS, UN ALFA romance Capítulo 108

CAPITULO 22

Miranda llega a su manada, decide tomar una ducha y colocarse su bata de seda roja favorita, ordena que preparen su habitación con las mejores escencias y flores.

Su plan está marchando perfectamente, tanto que se siente ganadora de un premio que no existe pero que en su cabeza tiene nombre, Lucius.

Lo que pasó estuvo tan bien armado, que solo quiere lograr ese paso definitivo para sellar su compromiso.

Maria Antonia siempre fue una loba ante sus ojos despreciable, pero debe admitir que gracias a ella, hoy tiene el mundo a sus pies como siempre soñó.

Ordena llamar a su beta, Paul.

El lobo había estado de viaje, y tenía noticias sobre sus negocios en todas las tierras cercanas.

Paul no era precisamente guapo, algo regordete, un poco calvo, estaba lejos de tener los atributos que ella deseaba en un lobo, pero su lealtad hacia ella era fundamentales para lo que logro.

Estaba enamorado de ella, siempre la había visto con ojos de deseo desde que era entrenado por su padre para ocupar su lugar de Beta algún día.

Paul nunca hubiera soñado con tener a una diosa como Miranda en sus brazos, solo podía fantasear con ella y en señal de su amor, darle su fidelidad.

El lobo es invitado por Miranda a subir a su habitación, esto lo sorprende pues ella nunca es tan informal con el, por el contrario parece que siempre quiere poner una barrera entre los dos.

— Cuéntame lo que lograste — Miranda se sienta en una silla frente al lobo que está sentando frente a ella poniendo atención a casa detalle.

Miranda cruza la pierna enseñando toda su feminidad, pues debajo de aquella bata roja su cuerpo está desnudo.

Paul tartamudea, se siente nervioso y se sonroja, nunca había visto el esplendor de aquella flor con la que tenía sueños íntimos.

— Creo que con esto hemos logrado que Luna roja sea la segunda manada más rica, después de Luna Azul.

Miranda sonríe, se acerca y sensual coloca su rostro muy cerca del lobo.

— Hiciste un buen trabajo y siempre se debe premiar al Beta, mi padre me decia que se les debe dar lo que más quieren ¿Que es lo que más quieres Paul?—

Paul sé sonroja, lo que más quiere está en frente de el comportandose como nunca pensó, viendolo en medio de la invisibilidad de su falta de carácter.

— El regalo que elija para mí es adecuado — Paul intenta sonar cortes, ser respetuoso, ser ese empleado maravilla.

— Yo se que puedo darte, porque se mejor que nadie que quieres — Miranda le da un beso pasional que deja a Paul pensando si quizás esto es solo un sueño de su cabeza loca.

Miranda sonríe, se muerde el labio fingiendo que esto lo disfruta pero para ella solo es una estrategia.

Sabe que necesita un lobo que la embarace, pero a la vez que sea tan manipulable que nunca diga nada y entienda con sus manipulaciones el porque elige a Lucius.

Paul abre los ojos, observa como Miranda deja caer la bata al suelo quedando desnuda, ese cuerpo que soñó por años, está en frente suyo, disponible.

—¿Que... Que quiere mi reina ?— tartamudea en medio de su inseguridad, Temeroso de no entender el mensaje que ella desea darle.

Miranda sonríe burlona, siente que está hablando con un pelele, pero debe seguir teniendo las cosas en sus manos.

— Yo solo quiero lo que deseas, tienes dos opciones, irte olvídarte de esto, o pasar el mejor fin de semana conmigo.

Paul sé lanza sobre ella mientras con celeridad se quita la ropa para tomarla, Miranda finge que lo disfruta, que le gusta cada cosa que el lobo Inexperto hace con ella.

Al finalizar este la llena de besos

—¿Nos vamos a casar?— pregunta iluso mientras la venera con la mirada y espera que lo que siente y nace en su pecho sea real.

— No podemos hacerlo, se que me amas y eso es mucho para mí, pero si hablamos, sabes mejor que nadie lo que pasará, nunca nos dejarían estar juntos, debemos vivir el momento.

Miranda lo besa, cree que con otra sesión de placer lo hará caer en sus pies.

Amanece...

Todos están preocupados pues no hay ningún rastro de Bianca.

Lucius se levanta con un terrible dolor de cabeza después de tomarse la mitad del bar de casa.

Quería ahogar sus penas, sentir que el dolor de creerse un canalla se limpiaba con el alcohol.

Romeo le pide a su suegra Inés que le prepare algo para que se le quite la borrachera.

VIVIR CON DOLOR 1

VIVIR CON DOLOR 2

VIVIR CON DOLOR 3

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