Capitulo 102
Francisco trunció el ceño, soltando sus palabras con fuerza
Violeta sintió un frio en el corazón, siempre era asi, siempre era asi “Papa, ¿por qué no le preguntas a Estela lo que me hizo?”
Antes de que Francisco pudiera hablar, Isabel intervino ¿Qué te ha hecho ella? ¡No importa lo que sea, sigue siendo tu hermana! Estela siempre te ha tratado con respeto, siempre mostrándose amable contigo, ¡y tú le respondes de esa manera!”
“Hermana, realmente no sé qué te he hecho para merecerme esto, si me lo dices, ¿no puedo corregirlo .7”
Estela, con su maquillaje perfecto, lucia aún más hermosa mientras lloraba, ella y su madre trabajando en perfecta sincronia, como siempre
Francisco, como era de esperar, se enojó aún mas. Incluso si Estela se equivoco contigo, solo perdona y ya está, eres la hermana mayor!”
Violeta tuvo ganas de reirse
Después de que su mamá murió ella fue expulsada de la casa. ¿Cuando habian considerado Isabel y Estela que ella era parte de la familia? ¿Y ahora querían que mostrara la gracia de una hermana mayor?
“Trata a los demas como mismo te tratan a ti
Violeta recordó las palabras de Rafael aquella noche, repitiéndolas con la espalda erguida.
Marisol, que habia estado observando todo, no pudo intervenir y se sintio impotente.
Repentinamente recordo algo, recogió silenciosamente el teléfono de Violeta que estaba en el bolsillo de su pijama y corrió hacia el balcon
Estela, llorando aún más fuerte, exclamó: “Violeta, te has pasado de la raya!”
“Mi querido, mira lo que ha hecho a tu hija”” Isabel, abrazando a su hija con los ojos llenos de lágrimas, exclamó: Incluso si Estela hizo algo mal primero, no puedes actuar asil Si no hubieramos llevado a Estela al hospital a tiempo, las consecuencias habrian sido terribles! ¿Cómo crees que deberia actuar Estela en el futuro?”
“Hoy, si puede drogar a Estela, mañana podria matarnos a nosotras dos.”
‘No, hace más de diez años que mató a nuestro hijo
Isabel, que había estado al lado de Francisco durante muchos años, conocía bien sus puntos débiles y sus puntos sensibles para hacerlo enfadarse.
Como era de esperar, cuando dijo la última frase, la furia en el rostro de Francisco se duplicó instantáneamente, como una tormenta que se avecina
Ingrata’ Pidele perdon a tu hermana ahora mismo!”
“No creo que haya hecho nada malo. Violeta apretó sus temblorosas manos. Había experimentado muchas situaciones de aislamiento en los últimos
hasta el punto de volverse insensible.
años.
Isabel señaló a Violeta, insistiendo: Violeta, si hoy no te arrodillas y le pides perdón a Estela, no dejaré pasar este asunto tan fácilmente!”
“Dejemoslo asi, mama Estela se acerco y agarró el brazo de Isabela, sollozando en su hombro. “Puedo soportarlo…
Francisco, mirando a su esposa enojada y su hija menor obediente y considerada, y contrastando con Violeta, que seguía obstinada y con los labios apretados, parecia ver a través de ella un par de ojos similares, igualmente obstinados. En un instante, sus cejas parecian estar a punto de moverse
Francisco la miro con furia. Admites que te equivocaste o no?!”
“Yo no hice nada malo Violeta apreto los dientes, su espalda se enderezo aún más.
“Mi querido, mira su actitud! Hoy debes enseñarle una lección a Violeta por Estela”” Isabel no dejó de avivar el fuego. Ten cuidado, algún dia puede que ni siquiera te respete”
Francisco siempre fue una persona firme y autoritaria
Isabel se dio cuenta de esto, por eso siempre podia sembrar la discordia fácilmente. Francisco estaba a punto de explotar de rabia se acerco rápidamente a Violeta y levantó la mano
Pero cuando sintió el calor real en su hombro, se quedó atónita, y acto seguido, fue levantada por una fuerza repentina.
“Rafael…”
Estela, aún con su expresión satisfecha por ver a Violeta ser golpeada, exclamó sorprendida.
La esencia masculina la rodeó, su barbilla fue sujetada y levantada, no con mucha fuerza, y Violeta se encontró con aquellos ojos profundos y oscuros, en los que se veía a sí misma desaliñada, y en los que tambien parecía vislumbrar un fuego frio, “¿Quién te golpeó?”
Unas pocas palabras, pero sonaban como un trueno.
Las pestañas de Violeta temblaron, parecia que sólo entonces confirmó que el hombre frente a ella era realmente él, conocía muy bien su calor y su voz.
En un instante, madre e hija parecian globos desinflados, y Francisco también parecia confundido, frunciendo el ceño, “Rafael, solo estaba disciplinando a mi hija”.
“¿Quién se atreve a tocar a mi mujer?” Rafael resoplo friamente
Al escuchar estas palabras, Isabel y Francisco se sorprendieron, aparentemente no esperaban que Violeta y Rafael tuvieran alguna relación, y Estela se enfureció aún más
“Rafael, ¿por qué siempre la proteges?”
Isabel tambien tomó partido por su hija, con furia, “Rafael, no lo sabes, Violeta es muy astuta, no te dejes engañar por su cara inocente, incluso le echó drogas a la bebida de su propia hermana”.
“Cuando vayas a patear a un perro, primero debes mirar al dueño. Además, fui yo quien lo hizo, ¿por qué la buscan a ella? Si tienes algun problema, ven a resolverlo conmigo”. Los ojos profundos y oscuros de Rafael se entrecerraron, su tono de voz se enfrió considerablemente.
Isabel se quedo sin palabras, miró a su hija, y al recibir una respuesta afirmativa en su mirada, se enfureció aún más.
“Si alguien más vuelve a golpearte, devuélvele el golpe con fuerza, ¿me has oido?” La mano de Rafael en su hombro nunca se solto, bajo la mirada y pronuncio cada palabra con claridad, mirando a los demás con una luz ligeramente desviada en sus ojos, “Esta es la última vez que dejas que alguien te golpee”.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Dulce Disparo al Jefe Cachorro Enamorado