Dulce Disparo al Jefe Cachorro Enamorado romance Capítulo 106

Capitolo 106

Rafael rápidamente le quitó el brazo, su voz calmada se había vuelto ronca, como si una piedra hubiera raspado una plancha de hierro. “Note vestiste así para que yo te viera?”

¡Vestida asi, te mereces lo que te va a pasar esta noche!”

En toda la noche, Rafael parecia un hombre insatisfecho, siempre exigiendo más de ella.

Como era de esperar, la mañana siguiente Violeta caminaba como si flotara, incluso después de desayunar, seguía sintiéndose mareada

El Bentley negro aún estaba estacionado abajo, con Rafael alli, Raul solo se encargaba de abrir y cerrar las puertas, sin atreverse a ayudarla demasiado.

Durante la hora pico, el auto avanzaba y frenaba constantemente

Rafael tenía una expresión de satisfaccion, la ventana estaba medio bajada, y entre sus dedos ardia un cigarrillo Con cada inhalación y exhalación, el humo se esparcia hacia fuera, sus rasgos faciales firmes parecian esculpidos.

Para Violeta, era como si estuviera viendo a un león lamiéndose las garras después de una comida copiosa

Recordó como, al levantarse esa mañana, había visto su camison de seda negro hecho pedazos en el suelo…

No mucho después de que el Bentley bajara del viaducto, Rafael de repente dijo que se detuviera, el conductor, sin atreverse a cometer cualquier error, indico hacia la derecha.

Después de detenerse, Rafael abrió la puerta del cache.

Violeta echó un vistazo y vio que estaban junto a una calle comercial, ya había varias tiendas abiertas, incluyendo una tienda, una cafeteria y varias tiendas de ropa

Vio a Rafael caminando en direccion a la tienda, asi que no pensó mucho en ello, asumiendo que iba a comprar cigarrillos, pero se preguntó por qué no le pedia simplemente a Raúl que lo hiciera

“Esto es ¿para qué?”

Violeta abrió la boca, pero comenzo a tartamudear de nuevo

Rafael, como la noche anterior, se acerco a ella como un lobo hambriento, mordiendo cada palabra en su oido, “A partir de ahora, cada noche ponte uno para mi

“…”Violeta se encogió en la esquina del asiento del coche, apretando los puños en sus jeans.

Oh, queria matar a Marisol por sugerirle tal idea!

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