Capitulo 321
Nono quedó fascinado y miró hacia arriba por un buen rato, señalando y diciendo: “Nono también quiere subirl”
Parecía más emocionante que un avión.
¡Qué genial!
Cuanto más lo miraba, más emocionado se sentía Nono.
Rafael siguió su mirada y frunció el ceño al instante, “No puede! ¡Ella tiene miedo a las alturas!”
Violeta se quedó atónita.
Rafael también parecia sorprendido. No sabia por qué había dicho eso, cómo sabía que ella tenia miedo a las alturas, como si en lo más profundo de su corazón, debiera saberlo….
Intentó explorar la razón detrás de su conocimiento, pero el dolor familiar en su cabeza volvió a atacar
Tenía que evitar pensar en eso para que el dolor desapareciera.
Sus miradas se encontraron, y por un momento, ambos se quedaron en silencio.
Cuando Violeta parecía a punto de perderse en sus pensamientos, Nono de repente hizo un puchero y dijo con urgencia: ¡Tengo que hacer pipi!”
Ella rápidamente llevó a Nono a buscar un baño. Al encontrar uno, como se esperaba, Rafael llevó a su hijo al
baño de hombres.
Después de terminar su visita al zoológico, el sol ya se estaba poniendo. Mientras Rafael conducia bajando del puente elevado, sugirió que deberían ir a cenar.
Ellos habian almorzado en el restaurante del parque, la comida en los lugares turísticos siempre dejaba mucho que desear. Violeta no había comido mucho y cuando Rafael mencionó la comida, se dio cuenta de que tenía mucha hambre. Sin esperar su respuesta, Rafael ya había decidido y se detuvo frente a un
restaurante local..
Cuando volvieron al apartamento, ya se habían encendido las luces de la calle.
Nono habia jugado todo el día, estaba bostezando durante la cena y se quedó dormido en los brazos de Violeta en el camino de vuelta al apartamento. Se veia tan tierno y relajado, con la boquita entreabierta, como si estuviera soñando con algo hermoso.
Rafael estacionó el Range Rover con cuidado y preguntó, ¿Se durmió?”
“Si,” respondió Violeta con un asentimiento.
“¿Cuándo?” Rafael preguntó después de una breve pausa.
*No estoy segura todavia… Violeta negó con la cabeza, entrelazó sus dedos y respondió en voz baja, “Todavia tengo dos entrevistas más, una vez que terminen, debería ser el momento…”
Rafael no dijo nada después de eso.
El aire dentro del auto se volvió quieto, con solo el ligero ronquido de Nono de vez en cuando.
Justo cuando pensó que la conversación habia terminado y estaba a punto de abrir la puerta del auto, Rafael habló de nuevo, “Violeta, ¿podrias considerar quedarte?”
Violeta se quedo paralizada.
La mirada intensa seguia en ella, igual que hace cuatro años.
Como una cerradura, sus ojos oscuros la tenían completamente atrapada.
Violeta tragó saliva, sin saber qué responder, cuando escuchó su voz tranquila de nuevo, cada palabra resonando en su oido, “Si te pido que te quedes, ¿lo considerarías?”
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