Capítulo 551
Ella definitivamente no se habia equivocado,
De por si, Antonio tenia una presencia que llamaba la atención, y sumado a eso, esos ojos seductores y expresivos, Violeta estaba cien por ciento segura de que era Antonio Pinales.
Violeta no pudo evitar emocionarse más que cuando había contestado el teléfono, “Marisol, ese era Antonio, ¿verdad? No me equivoqué! ¿Ustedes dos están juntos ahora?”
“Si es él”, respondió Marisol sin negarlo.
“¡Anoche Rafael estuvo intentando contactarlo!” Violeta continuó, “¡Antonio seguro supo sobre el terremoto y por eso fue a verte, preocupado, no es cierto?”
Comparada con la excitación de Violeta, Marisol tenía una expresión calmada, negó con la cabeza y su voz sonó un tanto áspera, “Te estás haciendo ilusiones, solo vino porque estaba invitado a una conferencia médica aquí…”
“Ah, yo pensé que…” Violeta se quedó atónita.
Marisol solo sonrió débilmente, encogiéndose de hombros, “Aunque es mala suerte, justo coincidió con el terremoto, por suerte todos estamos bien sin mayores problemas.”
Violeta asintió lentamente, su esperanza desvanecida.
La imagen se entrecortó y Marisol le hizo señas con la mano, “Violeta, la señal todavía es inestable, mejor no hablamos mucho. Solo quería decirte que estoy bien, no te preocupes por mí, y tú cuida de ti y del bebé”.
Después de colgar, Violeta le dijo a Rafael que ya no era necesario contactar a Antonio, pues ya estaba en Sudáfrica.
Pero al recordar lo que Marisol había dicho, no podía evitar sentir que no debía ser así, Antonio, quien estaba tan lejos ayudando en el Tíbet, no podría haber aparecido en Sudáfrica por pura coincidencia, debió haberse enterado del terremoto y viajado miles de kilómetros preocupado…
Violeta suspiró suavemente.
Al salir del trabajo al atardecer y mirar hacia la esquina a 45 grados, podía ver el Range Rover blanco estacionado en la
esquina.
Blair exclamó sorprendida, “Dios mío, el Señor Castillo es tan puntual como el Big Ben en Londres.”
“¡Admítelo, ya perdiste!” Tania comentó con tranquilidad a su lado.
“Uy, ¡ya perdí hace tiempo! Violy, de verdad dudo si en tu vida pasada salvaste la galaxia, ¡qué suerte tienes!” Blair puchereó y luego se abrazó al brazo de Violeta de forma aduladora, “Violy, todavía soy una solterona, ¿no tienes algún hombre para presentarme? No busco un CEO dominante, con que sea un buen hombre como el Señor Castillo ya me conformo, ¡incluso si es un simple programador estaría feliz!”
“Eh…” Violeta estaba en apuros, pensó por un buen rato, “La verdad es que no tengo a nadie.”
Los hombres con los que se relacionaba no eran muchos, definitivamente no había ningún CEO dominante, pero recientemente sí había un buen hombre cerca, Lucio Alves. Pero ni se atrevía a considerarlo, ¡Silvia podría explotar si
se enterase!
Llegaron al Range Rover y Rafael ya había bajado del auto.
Violeta, agradecida por sus colegas que siempre estaban pendientes, no dudó en ofrecer, “Tania, Blair, ¿los llevamos un
tramo?”
Ambas negaron con la cabeza, no querían seguir siendo terceras ruedas incómodas.
Viendo su determinación, Violeta no insistió y se sonrojó al subir al auto.
/
Después de recoger a Nono del jardín de infancia, la familia no fue directamente a la villa, sino que condujeron a un hospital público de primera categoría.
Una vez que el Range Rover se estacionó, solo Rafael bajó del auto, mientras Violeta esperaba con Nono adentro,
Este hospital había tenido una gran influencia en Costa de Rosa durante muchos años, el edificio había sido renovado varias veces y las clínicas y bloques de hospitalización alrededor se habían expandido varias veces también.
Desde los ocho años, Violeta no había vuelto a visitar el lugar.
Justo cuando iba a hablar, él puso un dedo sobre sus labios, “Shh, creo que la niña se movió.”
..” Violeta no pudo evitar reírse. Apenas tenía unos meses de embarazo, era demasiado pronto para sentir movimientos; después de todo, con Nono había tenido que esperar cinco meses para eso.
Al verlo tan concentrado escuchando su vientre, ella dijo con una sonrisa, “¡Debe ser solo que tienes gases!”
“No, ila niña se movió!” insistió Rafael, muy serio.
“Está bien, está bien,” Violeta aceptó con la cabeza para seguirle el juego.
Ella sabía que él estaba tratando de distraerla del bajón que traía desde el hospital. Así era su hombre, tal vez no era el más expresivo con palabras dulces, pero siempre estaba ahí para ella.
Al notar que ella lo miraba fijamente, Rafael sonrió levemente, “¿Por qué me miras así?”
Ella no podia resistirse a esa mirada, toda su fuerza de voluntad se mantenía a duras penas. Estaba a punto de cubrir sus ojos con su mano.
Voletá de volted y se acomodo entre la almohada y su mano, sus ojos brillaban con alegría, “Solo estoy pensando ¿que hice en mi vida pasada para merecer esto?”
Eh? Rafael mostró confusión.
Violeta mordió su labio suavemente, sus ojos brillaban más que la luz del techo, “Tener la suerte de encontrarte en esta
vida.
Los dulces halagos eran su debilidad.
Y la respuesta a sus palabras fue un apasionado beso de Rafael, y un susurro dominante y cariñoso, “No solo en esta vida, sino también en la próxima, y en todas las que vengan…”
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