"Soy yo Logan."
Se escucha la voz de una señora mayor detrás de la puerta.
"Maldición Greta, siempre nos asustas!"
Contesta Jack abriendo la puerta rápidamente.
Una señora bajita, de más de cincuenta años y cara amable entra por la puerta.
Porta un vestido blanco como los nuestros, solo que más largo, su cabello largo y cafe está arreglado en ondas y luce guantes rosas en sus manos.
Parece una gran muñeca vieja andante.
"Ellas son las muñequitas de las que me hablaron?"
Mi instinto es de protección hacia las chicas, por lo que me coloco frente a ellas con el bisturí ocultó en mi mano.
No.
No me relajaré hasta que esté muy lejos de este lugar.
Y creo que ni de ese modo podré volver a estar tranquila en lo que resta de mi vida.
Tampoco creo que pueda volver a confiar en las personas.
"Vaya, ella es la líder de las muñequitas, correcto?"
La señora se aleja y coloca sus manos enguantadas frente a ella mientras que me sonríe de forma amable.
"Si, ella es princesa, todas siguen asustadas."
"Escaparon de los reales y de los cocineros."
La señora se tapa la boca con sus manos mientras que abre los ojos mostrando verdadero asombro.
"Los reales?"
"Los cocineros?"
"Dulce señor, que terrible vida tuvieron!"
"Yo escapé de los practicantes!"
La señora se quita la peluca de su cabeza y lo que vemos es terrible!
Tiene cicatrices profundas por toda su calva cabecita!
Despues se quita su suéter de color rosado afelpado para dejarlo en el sillón.
Se quita despacio sus guantes blancos largos los cuales le cubren más arriba de los codos.
"No tienes que hacer eso Greta."
Logan la insta, pero ella niega con la cabeza.
"Sé lo que es no confiar en nadie que no haya sido tan torturado y vejado como nosotros."
"Recuerdas cuando escapé?"
Jack enlaza su mano con la de Logan mientras que le hace una seña de aprobación a la señora.
Ella se quita sus guantes y todas nos tapamos la boca por lo terrible de sus profundas heridas, las cuales parecen tan dolorosas!
"Los practicantes son una casa que forman médicos y pues..."
"Practican con sujetos vivos sus operaciones, transplantes y demás torturas..."
Mis pies me mueven hacia ella y mi mano se mueve hacia adelante para tocar las profundas y largas heridas.
"Tenía solo cinco años cuando me capturaron..."
"Escapé de mi infierno, medio muerta a los quince años..."
"Ellos..."
Unas lágrimas se asoman en los ojos de la señora por lo que la abrazo.
"Lo sé, ellos son unos bastardos miserables malnacidos y cobardes."
Mi voz es venenosa cuando hablo.
Cuando nos alejamos, Greta me acaricia mi cadavérica cara con sus manos y puedo sentir la textura rugosa de sus manos.
"Oh lo siento, siempre olvido que mis quemaduras son rasposas."
Las palmas de sus manos están completamente llenas de quemaduras profundas.
"Los practicantes querían ver hasta que punto me desmayaba de dolor cuando hicieron que pusiera la mano sobre una superficie caliente..."
"Y después me cortaron la piel para coserme, sin anestesia, injertos de piel de mis muslos."
"Los cuales cortaron también sin anestesia alguna."
Trago saliva al escuchar sus horribles recuerdos de sus torturas pasadas.
Rey si me golpeó, me torturó, me encadenó, me dejó sin comer, pero lo que pasó ella...
Me supera con creces.
Jack le extiende su peluca para ocultar sus heridas en su cuero cabelludo y la sonrisa amable de nuevo aparece en ella.
Se coloca sus guantes y parece una personal normal de nuevo.
"Ahora que sabemos que todos escapamos del mismo infierno, estoy aquí para encargarme de las cortesanas."
Greta abre de nuevo la puerta para salir un segundo.
Despues entra jalando una maleta gigante de color rosa pastel con figuras de gatitos en ella.
"Tengo suplementos y medicamentos, tal como me lo pidieron."
Jack toma la maleta en su mano y le indica.
"Vamos, ellas están durmiendo aun en la enfermería."
Ambos caminan hacia ese lugar.
Uva recoge los pedazos del plato que dejó caer al suelo.
"Muñequitas, ustedes coman, regresaré en solo un instante."
Greta se despide de nosotras moviendo su mano y todas hacemos lo mismo.
"Sientense por favor."
Logan nos pide, por lo que todas soltamos el aire y comenzamos a relajarnos.
La risa vuelve y todo parece iluminado de nuevo.
En verdad que estamos completamente dañadas y arruinadas para la vida alla afuera.
"En verdad ella escapó de los practicantes Logan?"
Cuestiona cereza al ancianito.
"Si, fue muy duro cuando la encontramos..."
"Creímos que no lo lograría, pero ahora ella es una de nuestras socias."
"Verán, nosotros escapamos de ese maldito lugar, pero pudimos robarle dinero a la niñera de esa época."
"Encontramos esta casa abandonada, por lo que fue un refugio para nosotros dos."
"Sin padres ni nadie que nos cuidara, decidimos ir a la ciudad para buscar trabajo."
"Y para nuestra buena suerte, el sastre nos contrató pues necesitaba mano de obra barata..."
Logan y Jack se ríen al mismo tiempo.
"El sastre nos pagaba con comida y alojamiento por nuestro trabajo."
Una de las cortesanas se remueve en su cama y ambas nos acercamos para que no se arranque la intravenosa.
"Tranquila muñequita, ya todo está bien."
"Nadie te hará daño, estás a salvo..."
"ssssshhhhhh..."
Greta acaricia con suavidad la cabecita casi sin cabello de la niña, quien se relaja.
La niña se tranquiliza y de nuevo vuelve a quedarse dormida.
"Es hora de dormir princesa."
"Ve con las demas muñequitas a descansar."
"Yo cuidaré de las chicas."
"Ahora, nada malo les pasará."
Y eso quiero, ansio y espero en verdad.
Pero algo dentro de mi todavía me dice que no estaré a salvo en ningún lado.
Camino hacia la habitación que me asignaron y miro mi mochila en el suelo.
Reviso frenéticamente todo su contenido, temiendo que el par de ancianitos me hayan robado algo, pero no.
Todo está dentro, en completo desorden.
Enciendo los celulares, pero veo que tienen poca batería.
Los dejo apilados a mi lado y cuento el dinero tirando las carteras a un lado.
No contienen nada más que billetes, lo cual es extraño.
Recuerdo que mi padre también guardaba tarjetas de crédito, fotos, papeles variados, recibos.
Pero estas carteras solo tienen dinero.
Dejo el bisturí que siempre cargo escondido en los pliegues de mi vestido a un lado para pensar un momento.
Que debo hacer?
No puedo irme y dejarlas a su suerte, por maravillosa que sea esta realidad idílica.
En este lugar, en esta cabaña...
No tengo hambre.
No tengo frío.
No estoy encadenada a la pared.
Y mucho menos nadie ha querido violarme ni compartirme con otras personas.
Levanto la cabeza y escucho las risitas de las frutitas.
Todo esto es...
Normal hasta cierto punto.
Camino hacia la ventana y puedo ver la luz de luna por primera vez desde hace mucho tiempo.
"Ojala esto no sea una trampa."
Susurro para mi abrazandome con mis brazos.
Me sobresalto cuando siento que unos brazos con una frazada me aprietan!
***By Liliana Situ***
Valoro mucho tu opinión.
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