El Alfa es mi mascota romance Capítulo 2

9 años después.

Lord estaba recostado en medio de los cojines de la habitación destinada como su estudio. Revisaba los ultimo informes referentes a la manada. Se acercaba la temporada de caza, y los suministros debían ser controlados para que hubiera repartición equitativa.

-¿Está todo en orden, alfa?- parado frente a él se encontraba Senas con otros papeles en sus brazos.

El lobo solo alzó la mirada para volverla al papel en su mano y seguir leyendo. Una gota de sudor bajó por la sien del beta. Otra cosa que caracteriza a Lord era que no solía hablar mucho, su mirada decía prácticamente todo, y en este caso era que no osara presionarlo. Quería salir de allí. Sollozó ligeramente, su alfa no parecía de buen humor. Y como no estarlo, si su mate se encontraba lejos de él, jugando con los demás cachorros de la manada. Mal momento para hacerlo.

Era un lobo sumamente dominante con ella, pero le deba su espacio, la cachorra humana de ahora 10 años… podía ser bastante terca cuando quería y era capaz de discutir con él a la misma par. Era una escena complicada de ver. Un pequeño cuerpo intentando imponerse ante uno que exudaba feromonas en toda la habitación, feromonas que ella no era capaz de olerlas dada su edad, pero los demás lobos tenían que apartarse metros para no sufrir y aun así temblaban.

Pero Lord no tenía derecho a quejarse, había criado a la niña igual que cualquier loba guerrera de la manada, y la personalidad de ella había adoptado algunos rasgos del carácter de él. Esto era lo que ganaba.

Lord al final dejó de ver el papel y se lo devolvió.

-Sal- ordenó el alfa y se recostó hacia atrás casi sentado en el respaldar de cojines, cruzando las piernas sobre la alfombra. Las aletas de su nariz se movieron como si hubiera captado un olor familiar.

-Alfa, aún faltan algunos documentos que v…-

-LORD- la cortina de la puerta de aquel lugar de pronto se abrió y una pequeña cabellera alborotada de largos rizos marrones muy similares al pelaje del alfa, pasó por al lado del beta.

Ahora comprendía porque lo había mandado a salir. Lord detestaba que otro macho estuviera tan cerca cuando la cachorra humana estaba con él. Era posesivo, demasiado. Así que con una inclinación de la cabeza el beta salió de allí lo antes posible.

-Lord- la niña se lanzó sobre el cuerpo duro del alfa quedando sobre él. Su pelo estaba todo enmarañado, su vestido claro lleno de tierra al igual que su rostro, sus zapatos eran un desastre, pero sus hermosos orbes azules estaban llenos de felicidad.

-¿Qué ocurre?- el lobo rodeó la cintura de ella con su brazo para mantenerla en su lugar mientras la otra la pasó por debajo de su propia cabeza, recostándose hacia atrás.

Ella hizo un puchero y le pellizcó la mejilla.

-Debes sonreír más, te lo he dicho. Eres muy bonito, pero das miedo.

Lord no le hizo caso a la sugerencia de la niña. Su rostro era inexpresivo e incluso daba miedo a algunos cachorros muy jóvenes que no habían interactuado tanto con él. Era alfa, no tenía tiempo para sentir, aunque con su cachorra se relajaba más de lo que ella se imaginaba. Podía dejar de pensar.

-¿A qué viniste?- a pesar del tono tosco de él, ella supo que estaba interesado en su visita cuando él estaba a mitad del trabajo.

Luna sonrió hacia el lobo como siempre lo hacía cuando quería algo.

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