-Clara, el gerente es realmente una buena persona-.
Después de subir al taxi, Alejandra dijo con emoción.
Varias veces antes, Elisa quería incriminar a Clara. Si el gerente es tan estúpido como Elisa, entonces Clara podría haber dejado el Grupo Santa ahora.
-Telma es buena-. Clara estaba agradecida por la ayuda de Telma en varias ocasiones.
Si tenía la oportunidad de hablar con Guillen, sería posible que pudiera promover a Telma.
-¿A dónde quieres llevarme?-, preguntó Alejandra, mirando fuera del coche.
-Al hospital-.
-¿Hospital?-, exclamó Alejandra, y comprendió al instante, -¿Ir a ver a Lolita?-
-Sí. Lydia también partió, y nos encontramos en la entrada del hospital-.
Sabiendo que van a defenderse, Alejandra estaba dolorida y sus ojos estaban húmedos.
-Gracias-, se atragantó.
Al ver sus ojos rojos, Clara no pudo evitar llorar, pero se resistió.
-Somos mejores amigos, te han hecho daño, ¿cómo podemos Lydia y yo soportarlo?-
Clara se secó suavemente las lágrimas de sus mejillas, -No podemos llorar frente a este par de cabrones, ¿sabes que nuestra actitud es más fuerte que ellos? No tengas miedo, Lydia y yo estamos a tu lado para acompañarte-.
-Sí-. Alejandra asintió, pero las lágrimas cayeron aún más ferozmente.
Quizás la mayor suerte en su vida fue conocer a los dos mejores amigos de Clara y Lydia.
-Tonta, déjate llorar pero aún más ferozmente -.
Clara sonrió y maldijo, sus ojos no pudieron evitar estar húmedos.
...
Cuando llegaron al hospital, Lydia estaba un paso antes que ellos, y tan pronto como las vio, los saludó.
-¿Estáis llorando?- Tan pronto como se les acerqué, las vio a ambos con los ojos rojos.
-No lloré, solo se me entró en los ojos la arena-, negó Clara.
-Me conmoviste-, dijo Alejandra con una sonrisa.
Al escuchar esto, Lydia le dio unas palmaditas en la cabeza a Alejandra, -Me tocarás más tarde-. Luego, miró a Clara -, le pregunté, Lolita está en la sala VIP en el séptimo piso del edificio de pacientes hospitalizados. -
-Esa mujer realmente está arruinando a Alejandra-.
Clara hizo una mueca de desprecio en la comisura de su boca, -Entonces asumiremos la culpa-.
Ella y Lydia se miraron y sonrieron, con un toque de frialdad en las sonrisas del otro.
Si se atrevía a intimidar a su Alejandra, esperaría a soportar las graves consecuencias.
...
-Cuñada, estás aquí-.
Clara se sorprendió cuando vio a Alquiles.
-¿Por qué estás aquí?-, Preguntó.
-Yo lo llamé-.
Lydia a un lado dio la respuesta.
Clara la miró incomprensiblemente y solo escuchó su explicación, -Creo que los tres somos demasiado delgados. De todos modos, debe haber un hombre para apoyar la escena-.
-No es como ti, Lydia-.
esta chica no le tenía miedo a todo, ¿cuándo tendría miedo de que la escena no fuera suficiente?
Y--
-¿No lo odias? ¿Cómo puedes dejar que te ayude?-
De hecho, esto era lo más curioso de Clara.
¿No se pelearon las dos personas tan pronto como se conocieron y no se agradaron?
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